El tiempo invertido por los Beatles, el tiempo dejado por Godard, la canción imposible de volver a cantar...
... Y otras noticias y canciones para ponerte al día
¡Valladolid, buenos días!
Hoy os hablaremos de Godard, de Afghan Whigs y lo difícil que a veces es volver a obras propias, de los Beatles, la vuelta de Weyes Blood y mucho más.
Adiós al joven eterno
Se ha ido uno de los grandes mitos del cine europeo, pero también mundial, y una persona que traspasó por completo su condición de cineasta hasta el punto de que hoy hay más gente haciendo memes o utilizándolo como arma arrojadiza que viendo sus películas. Se ha muerto Jean Luc Godard.
Hacer un breve bosquejo de su carrera sería una locura. Incluso sus inicios son difíciles de contar en pocas palabras: se la teoría y la crítica en la Cahiers Du Cinema de Bazin a la práctica desde 1960, cuando debutó con ‘Al final de la escapada’, ya pasan más cosas artísticas en Godard de las que ocurren en vida.
Desde ese prodigioso debut, su cine será de todo menos obvio. Y eso incluye, sí, films donde a veces parece su propia celebritiieeee, que es posiblemente lo que le ha convertido en un arma paródica contra el cine de autor, los amantes de los márgenes de la industria y las maneras de entender el cine que no se rigen exclusivamente por el sótano-caballo-rey.
¿Santo impoluto o demonio? Pues ni una cosa ni otra: en su producción hay películas apasionantes como ‘Bande à part’, ‘Pierrot Le Fou’ y ‘Alphaville’. También hay engoladas pero disfrutables piezas entre lo snob y lo político (‘Masculin/femenin’) con Godard buscando los límites de su Marxismo adorador de, sí, Mao entre el espíritu adolescente.
Y también algunas obras infumables, con un Godard enrocado sobre sí mismo y su cosmovisión. Pero siempre alguien empeñado en vivir en un lugar distinto y, hasta su última película, un radical innovador. Así lo explicaba él en una entrevista de 1983, preguntado a cuál era su posición como creador de películas:
“Es una posición al margen. Pero que sea así es normal. Ningún libro puede existir sin márgenes, y ya vea tenis o fútbol, siempre estoy en el margen en relación a los jugadores; es decir, estoy en el lugar del público, de los espectadores. De hecho, esa es la posición real del público: estar al margen. Es una posición necesaria: lo que se ve no podría ser visto sin aquellos que lo ven”.
Godard necesitó escapar de sí mismo, de manera que no existe un sólo Godard, sino muchos. A veces cambiaba radicalmente de forma y tono y sus películas nunca estaban a la altura del Godard que existía en la cabeza de la gente, que también era uno diferente para cada cual. Un poco como el Dylan al que gritaban ¡Judas! por tomar la guitarra eléctrica.
Entre algunos de los mejores obituarios, ahí está el de Richard Brody en el New Yorker:
“Si sus primeras películas significan que todo es posible, sus últimas llevan las posibilidades tan lejos que prácticamente desafían a los cineastas más jóvenes a intentarlo siquiera. Su forma de mantener su propia juventud cinematográfica fue en gran medida abrumar a la nueva generación de jóvenes cineastas con su propio poder artístico. Hay un despecho sublime en su obra posterior que emerge de forma similar en las entrevistas (de las que era un hábil maestro dialéctico, a lo largo de su carrera). No parece el rechazo de un viejo cascarrabias a sus sucesores, sino la lucha de un joven eterno por un lugar en el mundo y la oportunidad de hacerlo un poco mejor de lo que lo encontró. Tras trasladarse a los márgenes, se convirtió de nuevo en un forastero y vivió y trabajó -y luchó- como tal. Hasta el final de su vida, seguía luchando por subir y entrar, incluso desde las alturas de la historia del cine que había escalado.”
No sólo hablamos de sus películas, también hay algo detrás de ellas que es aún más poderoso:
Entrevistado maravilloso, Godard hablando de cine, de la realidad que lo rodea y de quienes le admiran es también alguien divertidísimo, que siempre deja poso muchísimo más allá de sus hateos, como éste a Tarantino, a quien consideraba “nul”, que tiene más connotaciones negativas, muchísimas más, que la de “nadie”:
“Escogió una de mis peores películas (n.e: Band á Part) para darle nombre a su compañía cinematográfica. Es algo que no me sorprende en absoluto.”
En fin, pasa muchas veces con figuras totémicas que uno no sabe por dónde meterles mano, si creerse algo de todo lo enorme que se dice de ellas. Crees que vas a ser aplastado por el peso de la leyenda. Pero los mitos son para disfrutarlos, interpretarlos y, después, compartirlos de nuevo bajo riesgo de que desaparezcan si no se comparte. Retomando su propia posición… Si nadie ve a Godard, Godard no existe. Y hoy Godard vive… si así lo queréis.
Minutos musicales (y esta vez de manera estricta)
En horas, cantidad de tiempo invertido por los Beatles para grabar cada uno de sus discos.
La canción imposible de Afghan Whigs
Una de las mejores cosas que pasa hoy en día cuando alguien saca disco nuevo es que parece haber más acceso a repasar toda su carrera a costa de poder hablar del nuevo. Y ya sabéis por nuestra tier que Afghan Whigs han vuelto con How Do You Burn? y que Greg Dulli anda concediendo entrevistas a diestro y siniestro.
En la que le da a Uncut donde repasa disco a disco la mayoría de la obra de su grupo, de Twilight Singers y de sus aventuras con Mark Lanegan, Dulli vuelve a su disco más alabado (Gentlemen, 1993) pero en vez de diseccionarlo a fondo, pasa un buen rato hablando sobre ‘Be Sweet’.
Aquel es el corte de apertura del disco, y desde siempre ha sido muy citado para explicarlo por, sobre todo, sus impactantes primeras líneas: “Ladies, let me tell you about myself / I got a dick for a brain / And my brain is gonna sell my ass to you / Now I'm OK, but in time I'll find I'm stuck”.
Greg Dulli explica que en cuanto las cantó y grabó supo que siempre le iban a perseguir. Pero lo que no imaginaba es que le persiguiesen tanto que “nunca pudiese tocarla en directo desde aquella gira”:
“No es que piense que no sea una uena canción, porque sí lo creo. Pero Gentlemen se volvió muy difícil de cantar (en directo) durante un tiempo. Cuando montamos Twilight Singers, nunca pude tocarlas en vivo, y cuando nos reunimos en 2012 empecé a estar en paz con ellas. Pero aún así no canté ‘Be Sweet’: nunca, por la razón que sea, he vuelto a ella”.
Ronda rápida de canciones
Ok, hoy la tiercita llega un poco más abajo de lo normal, pero habemus mandanga:
Ojito a lo de Makaya McCraven, que pinta a uno de los discos más interesantes del inicio del otoño. ‘The Fours’ es un excelito florido, jazzy y con ritmos rotos que adelanta In These Times.
Bastante Sí el retorno de Mykki Blanco tras ese excelazo que fue Broken Hearts & Beauty Sleep. Dice Mykki que llevaba años sin hacer una canción así, que le parece “como si fuera el hijo predilecto de Pharrell Williams y The Neptunes, así como de Jack White. Cuando pienso en el ambiente de "Pink Diamond Bezel", me imagino una limusina que atraviesa montañas nevadas, bebiendo Kahula y crema con un grupo de amigos con jerséis de cachemira, muy après-ski, y entonces, de la nada, aparece un chamán en medio de la carretera, el coche se detiene, se lanza un hechizo, la carretera se incendia y nos vemos obligados a arrodillarnos para suplicar a las fuerzas de la naturaleza. Me divertí creando esta canción, es una coquetería, es sexy y machacona y la segunda mitad es puro caos de rock psicodélico". Está guay y, además, pinta a jitazo sin fronteras.
Sí también a Weyes Blood, con quien en Hipersónica manejamos relaciones ambiguas. Gente de la redacción la adora (y no son los obvios; ahí tenéis a Mohorte rendido a sus pies) y a otra gente le da bastante igual. ‘It's not just me, it's everybody’, es el primer avance de And in the darkness, hearts aglow, disponible a partir del 18 de noviembre. A tiempo para discutirlas de nuevo.
Siempre estamos a favor de cosas nuevas del tito Carpenter, y aquí viene ‘The Procession’, el primer tema publicado de su banda sonora para la próxima Halloween Ends.
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("Valladolid, buenos días" es una canción de El Niño Gusano. También es una sección de actualidad de Hipersónica. En 15 minutos, estarás al día de lo relevante en nuestro terreno. Cada lunes, miércoles y viernes en tu buzón de correo o en la web de Hipersónica.)