El volquete del metal #51: El lagarto mágico entra a jugar
Los discos de metal que tienes que escuchar
Hi, personicas.
Ya está casi terminando el verano, y la mejor manera de celebrarlo antes de pensar en la vuelta al cole es discos de metal a cholón. Tenemos muchos, así que vamos al lío:
El disco del verano: King Gizzard & The Lizard Wizard - PetroDragonic Apocalypse; or, Dawn of Eternal Night: An Annihilation of Planet Earth and the Beginning of Merciless Damnation
Los inicios de King Gizzard & The Lizard Wizard no invitaban precisamente a pensar que estábamos ante una de las bandas de metal más excitantes y brutales de esta década en la que estamos. Es cierto que desde entonces han apuntado en mil direcciones, siempre desde una personalidad y carismas indistinguibles, pero sus amagos hacia el sonido pesado se sitúan entre sus mejores esfuerzos de manera regular, al menos según yo lo veo. Ahí está su Infest the Rats' Nest, su disco Slayer, para demostrarlo.
Aunque PetroDragonic Apocalypse blablabla va aún más lejos. En sonido y en cuando a mensaje de ansiedad climática, donde King Gizzard vuelven a tirar de humor y urgencia para retratar un planeta en llamas y lleno de monstruosas máquinas extrayendo petroleo a la vista de los pequeños lagartos que pueblan el seco yermo. Esa emergencia es expresada con unas canciones agresivas, con guitarras pesadas tocadas con una capacita de vértigo casi thrash pero también con una complejidad progresiva.
PetroDragonic Apocalypse asumen con toda naturalidad el metal progresivo más bravo y apabullante, consiguiendo en el proceso el mejor disco de Mastodon en varios años. Y sin dejar de sentirse puro King Gizzard, como demuestran en 'Supercell' o sobre todo 'Witchcraft'. No obstante, es en ese fabuloso trío de 'Gila Monster', 'Dragon' y 'Flamethrower' donde no sólo se marcan un de los tramos más acojonantes de un disco de 2023, sino que han absorvido un género entero para hacerlo suyo y poder escupir con más contundencia su ecoansiedad. Sí, es posible que se hayan marcado el disco de metal del año, pero ante todo han firmado una nueva cima en su infatigable carrera.
Boris & Uniform - Bright New Disease
Seguir el incansable ritmo de Boris no es precisamente algo que ofrezca la suficiente recompensa. Una colaboración con el ruidoso pero limitado grupo de hardcore y metal guarro Uniform no es precisamente algo que escuchar a toda prisa, al menos a priori. Pero claro, de poco valen los a priori cuando el pepinazo decide derribar tu puerta.
Bright New Disease es un disco veloz y ultraviolento, haciendo colisionar todo el rato una especie de crossover thrash y crust con demoledor noise rock. El resultado es tremendamente satisfactorio, un trabajo cortito y al pie que no ofrece nada nuevo en sus respectivos repertorios pero sí que está tocado con brío y energía arrolladora. De vez en cuando se cuela alguna sorpresa en forma de influencia inesperada, pero el tono del disco está marcado desde el inicio y la verdad, cómo patea culos a gusto.
Kostnatění - Úpal
Dillon Lyons ha estado explorando el black metal en las diferentes vertientes posibles con distintos proyectos y colaboraciones. Pero el nuevo disco bajo el nombre de Kostnatění parece ser al fin su golpe sobre la mesa, con un fascinante trabajo de avant-garde extremo que te desarma con una influencia anatólica extraordinaria. Le quitas las trazas más de metal extremo por algo más thrashero y te lo firman King Gizzard en dos o tres discos.
Aunque su aproximación a la anatolia difiere de la de los australianos o marchosos como Altin Gün. Ni siquiera prueba a torpedear influencias y folklore como haría un Thy Catafalque. No, en Úpal encontramos un disco musculoso y potente que no teme ser ambicioso, donde las disonancias cortas pero entre las capas encontramos una exquisitez atractiva. La forma en la que todo se hila de manera orgánica, nada forzada, muestra una claridad de ideas y un dominio del sonido increíble. Es un proyecto que hay que tener en cuenta sin duda.
Aathma - Dust from a Dark Sun
Dentro del doom nacional, que no anda precisamente escaso de bandas de culto interesante, los madrileños Aathma presentan un formidable estilo que arrolló en Avesta, pero encuentra refresco en este Dust from a Dark Sun. Aproximación a sonidos de metal noventero, un doom más cercano también a los Paradise Lost de esa época, dejando un regusto melódico y épico que funciona la mar de bien. Una sólida colección de canciones, destacando el jitazo 'The End of My World', que incluso profanos del género apreciarán.
Church of Misery - Born Under a Mad Sign
Y del culto pasamos al megacultazo del doom y el stoner. Los japoneses Church of Misery regresan siete añazos después de su anterior largo con un Born Under a Mad Sign que no sorprende a los que ya conocen al grupo. Riffacos como pianos, canciones intensas y locas con obsesión por los asesinos en serie. Grueso, potente y un poco malrollero. Puro Church of Misery, vaya.
Serpent of Old - Ensemble Under the Dark Sun
Los turcos Serpent of Old se están convirtiendo en una de las sorpresas más comentadas en el underground metalero con un formidable black/death metal que sabe todas las teclas que hay que tocar. Ensemble Under the Dark Sun es la clase de disco cuyas sorpresas están sobre todo en cómo mantiene un nivel arrollador de inicio a fin, con los riffs más intensos y un estupendo dinamismo para que no se sienta monótono en exceso. Es un ejercicio de estilo increíble, vale mucho la pena apuntárselo.
Thantifaxath - Hive Mind Narcosis
Otro que está ascendiendo como la espuma, y no exclusivamente en circuitos metaleros. Thantifaxath cuenta con cualidades esperables de la clase de disco extremo y avant-garde que puede pulular por el top de Rate Your Music, con intrincadas composiciones a las que se le pueden poner tags como "uncommon time signatures", "ominous" o "complex". Y hay chichilla entre todo eso. Hive Mind Narcosis empieza de maravilla con 'Solar Witch' y desde ahí va desplegando increíbles atmósferas que se doblan sobre sí mismas y se salen de lo convencional, con una técnica excelsa que va de la mano de maravilla con la ferocidad exultante.
Oromet - Oromet
Me estoy dando cuenta de lo pesado que estoy este año con los discos de Funeral Doom más amables melódicamente, así que voy a señalar rápidamente lo guay que está este debut de Oromet antes de poner el meme que estáis deseando ponerme a mí:
Blackbraid - Blackbraid II
Los orígenes y la mezcla de black metal con elementos de folk, incluyendo el uso de algunos instrumentos muy propios, hacían fácil la denominación de Blackbraid como "el Panopticon nativoamericano". Quizá no despertase el mismo consenso, pero desde luego no faltaba ambición y brío. Lo segundo sigue sin duda en este nuevo trabajo que, por otro lado, suena menos especial e interesante al enfatizar la parte black metal en detrimento del folklore nativo que queda más testimonial.
Pero claro, también es capaz de plantar cosas como los bárbaros 11 minutos de 'A Song of Death on Winds of Dawn' que son para quitarse el sombrero. Magnifica intensidad y control de los elementos de metal extremo moderno, también presentes en puntos como 'The Spirit Returns' donde los riffs se vuelven monumentales. De momento se confirma como una de las revelaciones de los últimos años.
SeeK - Kokyou de shinu otoko
A pesar de estar rondando ya con EPs y colaboraciones varias, es la primera vez que escuchamos un disco con todas las de la ley de SeeK. Los japoneses profundizan en un post-metal muy grueso y muy extremo, con riffs de lo más densos pero contundentes que desarrollan en piezas largas de fabulosa artesanía. Dentro de su oscuridad inmensa hay un trabajo muy cuidado que merece la pena destacar.
End Reign - The Way of All Flesh Is Decay
Gente de Misery Index, Pig Destroyer y Ringworm se junta para hacer uno de esos trabajos de metal cañero, muscular y extremo que te resucita al instante. Base de thrash casi crust que se nutre de componentes de death metal para soltar cañonazos de lo más exultantes, bastante marca de la casa de Relapse Records. Sin revolucionar nada, ofrece bastante.
Chamber - A Love to Kill For
Con el palo machocore a veces uno se cansa muy rápido ante los riffs gruesos y las disonancias afiladas puntuales, pero los mejores saben mantener el pulso de manera interesante, aunque sea durante media hora. Chamber son de esos, con un disco homónimo corto y directo a la yugular con la suficiente técnica math para mantenerse llamativo hasta el final.
Sleep Token - Take Me Back to Eden
La unión de repentina popularidad con la parafernalia que incluye enigmas y máscaras ponen a Sleep Token como banda destinada a polarizar. Su metal de clara vocación mainstream, que incluye producciones trap, pop y r&b muy marcadas, se alterna con matices de metal alternativo y progresivo muy modernos, creando un combo de fuerte personalidad y toma de decisiones. No todas le salen, pero los aficionados de tendencia más prog van a encontrar detalles ricos y algunas canciones memorables en Take Me Back to Eden. El resto probablemente quiera arrojarlos a la hoguera, y es posible que no les falte razón.
Realmente tampoco es un disco para tener opiniones demasiados extremas. No es un rompedor candidato al disco del año, tampoco una atrocidad sin demasiado que aportar. Sleep Token parecen haber encontrado puntos de unión entre universos sobre los que ir edificando canciones con intenciones emotivas, aunque no esquiven la sofisticación. Es cierto que pueden ser la clase de grupo omnipresente que terminen devorados por sí mismos (hola Ghost), pero aquí y ahora son más que dignos de mención.
Outer Heaven - Infinite Psychic Depths
Uno de esos mini-hypes que se pueden percibir como desmesurados, ya que nada a priori del arrollador death metal de Outer Heaven parece llamar la atención. Morbid Angel y grupos como Incantation vienen a la mente con facilidad, y no parece tener mucho interés en subvertirlos. Es igual, porque resulta muy efectivo en aquello que se está proponiendo: golpear como si de un martillo se tratase.