Frikexín #2: un puñado de discos de indie y aledaños que merecen la pena
Desde Ruiz Bartolomé hasta Black Country New Road, ocho elecciones para no fallar
Regresamos a nuestra cita mensual con el indie-rock, el indie-pop, la psicodelia, el post-rock y otros aledaños a ese maremágnum que se llama indie. Todo magro aquí, cero sobras. Y si no estáis de acuerdo, nos vemos en la puerta de los billares.
Disco del mes: Ruiz Bartolomé – Cancionero del Guadarrama
Las tierras de España son fértiles en mitos y leyendas y, además, cuanto más acercas la lupa, más adictivas resultas. Ruiz Bartolomé, antes en Nine Stories, decidió hace unos meses ponerla sobre la Sierra del Guadarrama, poco menos de cien kilómetros cuadrados que, por la cercanía con Madrid, parece ser exclusiva de ese agujero negro llamado Capital del Reino. Pero no: hay mucho más que Madrid en sus parajes.
La sierra del dragón ejerce aquí una influencia tan poderosa como imprevista. Nacho Ruiz Bartolomé abandona el seudónimo Nine Stories y se abre en canciones, como el título de Cohen, de amor y odio. Al terruño. A SU lugar. Da igual que no hayas estado, o que no te interesa la zona: como decía antes, cuánto más acercas la lupa, más te enganchas.
El indie se ha acercado al folclore español tras mucho tiempo de vivir al margen. Y lo ha hecho sin miedo a mezclarlo mucho, por un lado, o a servirlo muy puro, por otro. El éxito creativo de una Lorena Álvarez o de una María Arnal & Marcel Bagés, por poner dos ejemplos dispares en forma, es redescubrir la tradición en canciones que la honran pero no la aletargan. Es también el éxito de un Ruiz Bartolomé que bucea en el folclore de la zona también para la música, dando lugar a choques tan adictivos como las capas de ruido shoegaze que ensombrecen el folk de ‘La Puerta del Infierno’ o la electrónica que tensiona ‘Seis millones de personas’ hasta que la descompresión la tiene que practicar un chotis. La jota castellana está en la descriptiva ‘Jota de la Sierra’, pero también se cuela en otras canciones de un disco que lo mismo te está dando la vuelta a una canción medieval (‘Romance de la cueva mora’), que cagándose en todos los urbanitas que atascan las carreteras, que recordando a la Institución Libre de Enseñanza, que haciendo glitch-pop.
Que su eje sean los mitos y leyendas no quiere decir que la música y las letras de este disco sean sólo regocijo: la misma sombra funesta que se cierne sobre la Sierra (la de la Cruz de los Caídos) convive con los soldados muertos que ganaron y perdieron España en las distintas guerras. Había tantas posibilidades de que este cancionero saliese mal, desequilibrado: podría haberle vencido la falsa nostalgia, el beatus ille del madrileño que sólo pasa a ratos por allí. Podría, incluso, haber sido un desatino musical, impostado, snob. Pero fijaos en cómo consigue acumular arreglos sin romper la canción en ‘Sierra de Guadarrama’, fijaos en el postfolk de ‘La loma del noruego’, en el paso de Semana Santa tenebrosa de ‘Cruz de los Caídos’ y entenderéis por qué es mi disco frikexín del mes.
La producción y mezclas de Carasueño añaden la pátina necesaria a un disco que, ojo, de primeras parece no tener nada a lo que amarrarse. Hay que dejarse de prisas y pasear por el Cancionero como pasearíamos por el Guadarrama. (Y si queréis revisitar su paisaje musical, os recomendamos el canción a canción que hizo Ruiz Bartolomé junto a la buena gente de Crazy Minds).
Otros discos recomendados
The Bevis Frond - Little Eden
Es francamente acojonante la cantidad de tiempo que lleva Nick Saloman entre nosotros, afinando un rock psicodélico repletísimo de riffs guitarreros, tantos que el vaso se desborde. Y sí, Little Eden no hace nada que antes no nos hayan dado The Bevis Frond en discos tan afinados como Inner Marshland (1987). Pero, a la vez, es descorchar la botella eléctrica que maneja y todo es espuma: pasa, te cala, te deja pringoso y, sin embargo, volverías a abrirla otra vez para esos momentos fugaces de felicidad. Yo que sé, inyectaoslo, que son muchas canciones.
Toundra – Hex
El tontolaba de Black Gallego le dio un simple ok y yo me veo en la obligación de insistir lo que ya os hemos contado en otros lugares de Hipersónica después de eso. Que Hex es un disco incontestable, que no hay ni un ápice de continuismo, pereza creativa o dejarse llevar en Toundra. Y que, de hecho, la única duda es donde lo metemos, porque su post-rock está ya tan afilado que podrías defenderlo como Metal. O su Metal tiene los pies tan en la tierra y en la emoción y está tan poco preocupado por avasallar que es la mejor manera posible de vivir en el post-rock hoy. Ay, ese tramito final de ‘El odio. parte 3’...
Lil Ugly Mane - Volcanic Bird Enemy and the Voiced Concern
¿Qué pasa aquí? Sí, Lil Ugly Mane es nombre de rapero. Y sí, Travis Miller es eso lo que ha venido siendo. Pero en torno a 2015 su obra empieza a virar, se entrega a lo experimental y abre por completo las ventanas: que se cuele lo que sea. En sus dos discos de aquel año se daba por un lado al noise-hop y por otro a todo lo que le hiciese ojitos. Y en su regreso, seis años después de hacerse el silencio, lo que construye es el disco más mutante posible, uno a la altura de su portada.
Volcanic Bird Enemy and the Voiced Concern es, a ratos, el disco que Beck se olvidó de hacer antes de convertirse en Prince. Es, también, alguien cambiando de canal de televisión todo el rato, a la vez que ha dejado la cinta grabando. Es un álbum de psicodelia delicadísima y uno de bellas atmósferas. Pero también uno de berrear New Order hasta las trancas de vino y de canciones infantiles para poner banda sonora a twitter. Dios, es un disco divertidísimo y, a la vez, si lo miras muy de cerca, uno de cortarse las venas. Vamos, uno con el no parar de beber hasta que te duermas sobre la barra y tengan que venir a por ti el poli teleñeco y el pato gigante.
Que si esto os parece exagerado os paso su propia definición.
Tricot - 上出来 (Jodeki)
Tricot te lo ponen difícil si eres oyente según los modos 2022 porque no hay manera de encontrar sus discos en streaming. Y encima sacan 上出来 (Jodeki) el 15 de diciembre del año para que, además, me lo pongan bien complicado a mí, que ya hace dos años sí logré convencer a los hipersónicos de que su Makkuro merecía estar en el top 50 del año.
Así que búscate la vida o pásate una horita por Youtube y deja que fluya su math-rock fiestero y de querencias indies y un poquito Deerhoof.
Hank Idory - Sentimental Jamboree
Amigos del powerpop: van a bastaros diez segundos para que os sintáis en casa en el segundo disco largo de Hank Idory, llegado desde Valencia y con el sello de calidad (casi) siempre infalible de Pretty Olivia Records.
Juancho Alegrete queriendo bordar las canciones con las que erizarte un poquito el corazón y yendo del arrebato eléctrico de ‘Nadie Sabe nada’ al amanecer melancólico de ‘Aquellas olas’. ‘Club de Astronomía’ es un pasote, joder.
Cat Power - Covers
Ok, es 2022 y Chan Marshall ha hecho otro disco de versiones. A los que la tenéis por loca esto ya debería dejaros con ganas de abandonar por completo este frikexín. Pero seréis idiotas si lo hacéis, con perdón (o sin perdón, depende de si queréis que sigamos siendo educados o nos podamos tratar como hermanos). Porque, una vez más, lo que demuestra Cat Power es que nunca se plantea esto como un relleno en su discografía. Ama estas canciones, las ama de verdad, y la manera que tiene de seguir amándolas es tratar de hacerlas suyas. Y eso es cualquier cosa menos rutina.
Desmonta para hacer mejor el ‘Bad Religion’ de Frank Ocean (¿frank who?), atravesado por guitarras mientras ella cambia la letra como si nada(“praise the lord”). Se autorreferencia para demostrar lo equivocada que estaba (‘Unhate’ fue ‘Hate’, canción para querer suicidarse; ahora es un abrazo, un mensaje de apoyo a los que no estáis bien, agarraos, otros podemos estar apoyándoos en silencio a vuestro lado sin cuestionaros ni una sola vez; todo pasará algún día). Destruye clásicos '(‘Against The Wind’). Se llena de papapás para reivindicar al grupo indie de… ¡Ryan Gosling! Se bebe a los Replacements (y es mucho beber).
Llegarán más, porque, insisto, esto no es un relleno: es su carrera. La de alguien que ama la música más de lo que podemos imaginar. La de alguien que se merece bastante más empatía de la que suele recibir. Y más escuchas de las que pensáis que hay que darle.
Ok, es 2022 y Chan Marshall ha hecho otro disco de versiones. Praise the lord, hallelujah, little girl.
Black Country, New Road
Lo meto por aquí pese a que ya os lo hemos insistido en nuestra Tier esta misma semana: es un excelazo, sí, y no hay ni un solo motivo de duda. ¿Que la primera parte te encaja menos? ¿Que ‘Concorde’ la ves floja? Da todo igual porque después eres acosado, atropellado y pasado por encima por esa apisonadora que es la segunda mitad del disco. Joder, muy bien.
Póntelo, pónselo. Y a pasarlo de lujo con el club judío de amantes de Slint. ¿O era de The Divine Comedy? ¿De los Pixies y sus cambios? ¿De Bad Seeds? ¿De Zappa?…
Resumen:
Cero miedo. Nos reservamos el derecho a responder violentamente con otras mierdas.
Previously on… Frikexín:
(Frikexín es una sección mensual de Hipersónica que selecciona buenos discos de indie y aledaños. Su nombre está basado en una canción facilísima de identificar. Si eres el primero que adivina cuál es, te llevas una suscripción de tres meses a Hipersónica por la cara. Puedes decirnos tu respuesta comentando este artículo):