Las once mejores canciones recientes...
Y otras noticias con las que ponerte al día
¡Valladolid, buenos días!
Hoy tenemos Valladolid especial con algunas de las mejores canciones de lo que llevamos de 2024, como ya hicimos hace unas semanas con la primera selección de diez.
Pero antes, otro recordatorio amistoso de que, si queréis acceder al completo a lo de hoy, y a la tier de ayer, y a un montón de contenidos más, podéis suscribiros. Cada día un correo nuevo por 30 euros al año; hemos echado cuentas y te sale a 0,0821 euros el artículo de Hipersónica.
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Maruja - The Invisible Man
Desde que irrumpieron en esta casa hace ya más de medio año, Maruja han tenido el aspecto del grupo que no va a dejar de enamorarnos. Disiparon rápidamente las dudas que había en sus primeras canciones a base de otras nuevas, que van dejando caer como quien no quiere la cosa, sin aviso y sin saber si formarán parte o no del disco. Pero siempre con la sensación de que no dejan de crecer: ‘Zeitgeist’ primero, ‘One Hand Behind The Devil’ después. Y ahora…
Y ahora… ‘The Invisible Man’, que porta su intensidad con algo que siempre temimos que perdieran: la sutilidad. Las olas que se crean entre las guitarras y el saxo vienen y van mientras el recitado de Harry Wilkinson cuenta “una historia sobre la salud mental, basada en la experiencia personal de tratar con seres queridos que luchan en medio de la epidemia de salud mental”.
El hombre invisible no explota, simplemente se desvanece tras seis minutos espectaculares. Fueron uno de los mejores discos de 2023 sólo con un EP. También lo fueron en la selección de nuestros lectores, aún más arriba todavía. Y pinta a que, saquen lo que saquen, no van a echar a perder nada.
Todos subidos en la Marujenata a la voz de ya.
Grandaddy - Nothin' to Lose
Ser un Grandaddy en 2023 es jodido: se te fue el grupo a la mierda, volviste, se te murió un amigo, y sigues haciendo una música ya casi nadie parece querer escuchar. Y si eres de los Grandaddys a los que Jason ha ido dejando fuera, aún peor: pintas poco en una aventura a la que dedicaste un buen puñado de años de tu vida.
Ay, pero ser Jason Lytle es también un ejercicio de resistencia: poco o nada cambian sus discos desde que cerca de 1999 más o menos quedara ya definido el concepto de lo que quería hacer. Pero lo que también permanece es la sensación de que el mundo empieza a estar ya para acabarse. Antes para todos a la vez; ahora sólo para algunos de nosotros, y en fila de a uno. Los preciosos cinco minutos de 'Nothin' To Lose' entonan varias veces esa idea: "no sé cómo, nuestro trabajo aquí ya se ha acabado, me piro de aquí sin nada que perder". Sin nada más.
Es una canción tristísima la que da el finiquito final a Blu Wav, pero ayuda a recordar que hay esperanza. El propio Jason Lytle se la concede porque nosotros la encontramos en sus canciones: "Por alguna razón, si perdiera la esperanza en mí mismo... Creo que hay algo perverso en ese pensamiento. No quiero decir que se me haya otorgado este don, o se me haya permitido ser este recipiente o esas cosas… porque sé que suenan a que se me ha ido la pinza. Pero… no sé, puede que sí que sea un conducto para hacer esta música que conmueve a algunas personas y hace un poco de bien en el mundo. Definitivamente no es algo a lo que quiera renunciar".