Los mejores discos de electrónica de 2022
O algunos de ellos (y si no, una spotilista eterna)
Hi, personicas. Allá va uno de los momentos más farragosos para Hipersónica Ruiditos. Una lista de los veinte mejores discos que hemos escuchado por aquí. Una lista siempre maleable, contradictoria, que cambia a última hora, como exactamente todas las anteriores. Una buena añada con su burbuja ambient, sus satisfactorias derivadas techno, trabajos desde países más alejados del panorama electrónico conocido, IDM por un tubo, y un número 1 que por aquí nos ha reventado la cabeza. Si no tienes suficiente, queda la spotilista de Ferraia, aún actualizando 2022, con 237 temas, uno por referencia.
20. Kangding Ray - ULTRACHROMA
Después de una prolífica carrera de quince años en la que el francés Kangding Ray lleva tiempo con notables producciones en formato LP, siempre regulares (ahí están Solens Arc, Cory Arcane o Hyper Opal Mantis, entre otros), no parecía que fuese nunca a editar ese disco que se desmarca del resto, que le hace subir un peldaño. Pero finalmente ha llegado con este ULTRACHROMA (ARA, 2022), y curiosamente lo ha hecho alejándose de ese minimal techno y eléctrico tan característico que ha forjado durante estos años. Con este noveno disco (contando los que son compartidos), y rompiendo con su propio librillo, el artista francés sigue jugando en terreno techno pero con una apertura mucho más melódica, en la que los ritmos agresivos o fríos son suplantados por sonidos más coloridos, como las luces estroboscópicas de su portada, en las que juega con evoluciones que recuerdan a su compatriota Voiski en piezas como 'Supraverde', ejemplo de este nuevo Kangding Ray meets la luz.
Crítica en la tier list: Kangding Ray - ULTRACHROMA
19. JakoJako - Metamorphose
Aunque la colaboración entre JakoJako y Rødhåd (con In Vere) fue un disco muy convincente, el debut en solitario de JakoJako, que tuvo lugar un poco antes de la mencionada publicación, no se queda atrás. Un largo de sintetizadores modulares, algo de ambient y electrónica progresiva. Ingredientes suficientes para atender un trabajo inmersivo, de los que te agarran para no soltarte. Su inicial tema de arranque, 'Objekt', da una buena muestra de todo lo que vendrá después. Un largo sin grandilocuencias, alejado del ruido, donde solo están tus oídos y los sonidos modulares de la productora asentada en Berlín (residente de la postureta Berghain). Un trabajo de sencilla y bella fascinación, para dejar que este material analógico te guíe a lo largo de diez temas en los que también hay momentos para algo más de melodía, como es el caso de 'Amygdala'.
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18. Lake Haze - Henosis
El año pasado, el productor portugués Gonçalo Salgado publicaba una pequeña maravilla con su segundo largo, Sun Rising on Concrete Landscapes (Shall Not Fade, 2021), uno de esos trabajos que te toca de cerca en varios de sus temas. Cortes de suave acid, ambient y garage de un gran peso emocional, de los que te transportan a otros momentos y lugares. Melancolía, escapismo y líneas de bella factura. Lo que nos trae esta primera semana de septiembre con Henosis (Shall Not Fade, 2022) es básicamente lo mismo. Lo que procedía. Una nueva pista de baile onírica en la que evadirse. Pero sobre todo, disfrutar. Con una portada de referencias analógicas que parecen pintadas por Basquiat, 'Xyleac', tema de arranque, da la bienvenida de nuevo con esas gotas de acid y una línea sintética muy melódica mientras la capa de ambient de fondo arropa el tema. El refugio que se esperaba para acabar el verano cuando se publicó, y esperar que llegue otoño. Con algunos hits para gastar toda una vida.
Crítica en la tier list: Lake Haze - Henosis
17. Giulio Aldinucci - Real
Acercarse al mundo sonoro de Aldinucci siempre es gratificante. Desde la Toscana, su ambient tiene un sello distintivo a menudo bastante reconocible. Partidario de líneas sonoras gruesas, con un discurso que reverbera a lo grande como si sonase dentro de los esplendorosos inmuebles del patrimonio italiano. Un potencial que se suele encontrar en mayor o menor medida en sus largos, como es el caso de este Real (Karlrecords, 2022) publicado en octubre. Ocho temas que referencian distintos espacios en sus títulos, a modo de plataforma de lanzamiento hacia esos lugares mitológicos o naturales a los que evoca su mixtura de ambient y drone. Un acompañamiento sonoro que luce solemne y ostentoso en ‘COME IN UN RESPIRO’, que juega con las frecuencias en ‘AS THE HORIZON DISAPPEARS’ y que retruena a lo grande en ‘MYTHOLOGICAL VOID’. Un trabajo apabullante, de esos de los que acongojan en algunos momentos por su grandilocuencia. Un seguro de vida (ambiental).
Crítica en especial: Diez discos de Ambient de 2022
16. Hudson Mohawke - Cry Sugar
En pleno verano, cuando ocurren las cosas que importan, Hudson Mohawke sacaba esta auténtica bomba para la pista de baile. Casi veinte temas para sudar, para pegarse el farrote padre. Un buen elenco de temas en definitiva para ahogar el verano o cualquier fin de semana, con un barniz luminoso de ritmos rotos como los que asoman en ‘Intentions’, para después desplegar kilotones de adrenalina en ‘Bicstan’, con su inyección de acid y su paseo hardcoreta para exudar todo lo posible. Y después vuelta a subir al color, al éxtasis de los tempos acelerados y las voces pituferas. No vamos a negarlo, el disco no es perfecto, tiene demasiados temas y en algún momento se tira a un rollo más r’n’b que quizá te puede sacar, pero en el siguiente corte eso desaparece con otro sopapo pistero. El álbum toca ritmos urbanos, a veces prácticamente trap, pero cuando entra en momentos inesperados como lo progresivo en ‘Lonely Days’ mientras suena ese vocal hecho para otros estilos más comerciales, HudMo te rompe el esquema. Y es uno de los motivos para coger este trabajo y no soltarlo. Para levantar a los muertos.
15. Daphni - Cherry
El bueno de Daniel Victor Snaith, más conocido como Caribou, o Daphni, el paraguas bajo el que ha llegado su último trabajo, pocas veces suele fallar. Con Cherry vuelve a desmelenarse para centrarse más en la pista de baile, dejando Caribou para ornamentaciones más tropicales y buenrolleras. Que también aquí lo son, pero con un espíritu nocturno más explícito. De un inicio más orientado al techno con el primer LP con este proyecto, hace ahora ya diez años, aunque nunca entrando en terrenos más contundentes, el anterior trabajo y este lo es más, Daphni se desliza por el deep house para seguir dibujando noches repletas de serotonina. Una declaración de intenciones que empieza con el buen hacer de 'Cherry' y su sonido eléctrico o los detalles de segunda línea de 'Arrow', mostrando que además de ser un buen maestro de ceremonias para la pista, su apuesta por las texturas sigue siendo un obligado tanto aquí como en su proyecto de mayor recorrido. ¿Es ya fin de semana?
Crítica en la tier list: Daphni - Cherry
14. Senza Testa - Reverberations of Mahakali
Un calor abrasador y sin final, de los que asfixian. Podríamos hablar de este verano, pero también del tercer trabajo del sueco Jonas Rosén, que ha tenido 9 años en barbecho este proyecto experimental, en otras ocasiones con otros colaboradores, pero este el primero en solitario. Un trabajo dedicado a la diosa de la vida y la muerte hindú, en el que a través de siete temas imbuye al oyente en una espiral sónica de densos desarrollos analógicos que se presentan en modo elocuente en su inicio ('Kali Puja'), mostrando una cara erosiva pero también de sonidos cristalinos. Una doble cara que va expandiendo durante el disco, pacientemente, dejando en los temas cortos una pequeña estela de ese sonido vigoroso e hipnótico, y que destaca en todo su esplendor en piezas brillantes como 'Shri Romlet'. Más de once minutos con ese rostro ecléctico de una sencilla base de bajo y percusión, sobre la que vierte pequeñas dosis de épica y sutiles melodías que rememoran el outsider house de Huerco S.
Crítica en la tier list: Senza Testa - Reverberations of Mahakali
13. Rune Bagge - Grab a Star
Uno de esos álbumes que ha salido sobre la bocina, a principios del mes de diciembre, y que a pesar de su duración, tan solo seis temas, lo que casi lo convierte en un EP, son suficientes para alucinar con el sonido del productor nórdico. Enésimo enganche a la factoría Northern Electronics de la mano de un sonido de ambient techno muy melódico, con bases de breakbeat y algún tema en el que el bombo está en los límites de la esfera industrial. Pero… uf. Difícil entrar tan fácil y dar tanto con tan solo seis cortes. Sin florituras, tan solo con la intuición de una buena ambientación y saber jugar las piezas, Rune Bagge enseña un poco ese lomo melancólico en ‘Allima’, primer tema del larga duración, pero ya en el segundo, ‘Damaged’, empieza a aumentar exponencialmente todo: la emoción, la melodía y una percusión que coquetea con el canon más techno pero sin irse de madre. Sin apenas vocales, en algún momento con leves gemidos que te susurran al oído, Grab Star es un viaje directo de la pista de baile al cererbo. Para disfrutar los graves. Sencillo, en corto y al hipotálamo.
12. Zavoloka - Amulet
Desde Berlín, la ucraniana Zavoloka ha vuelto en largo después de su gran Ornament (Prostir, 2020) de hace dos años. Un techno vibrante, con ese toque eléctrico que le caracteriza, y en el que hay pasajes de cierta melodía, eso sí siempre contenida, y momentos en los que su música vira a una estructura que bebe de lo industrial. En cualquier caso, el patrón es el mismo que su anterior largo. Con todo, este tiene menos ímpetu, aquél era más bruto, pero este además de ser más largo añade nuevas aristas a su discurso, con una ornamentación de secciones de viento que jalonan un motor techno del que siempre es difícil escapar. Su propuesta sigue siendo pura adicción.
11. Dame Area - Toda la mentira sobre Dame Area
A través de BFE Records y Màgia Roja llegaba un nuevo trabajo del dúo barcelonés, un conjunto de grabaciones de los últimos tres años en los que ponen de relieve por qué son uno de los proyectos más excitantes del panorama patrio en el ámbito electrónico. Tras otros discos y buenos epés como el del año pasado, Dame Area construyen aquí el que es hasta la fecha su trabajo más ecléctico y melódico a la vez. Mientras que en episodios anteriores habían venido siguiendo caminos más explícitos del minimal synth o la EBM, con un discurso sonoro tan infeccioso como potente, rememorando pioneros de ese sonido en el país como Esplendor Geométrico o Mecánica Popular, Dame Area suben un peldaño a su apuesta.
Después de haber demostrado que se mueven perfectamente en esas coordenadas, aunque sin llegar al sonido tan agresivo de sendos clásicos, ahora tiñen esa melodía de una producción más limpia e incluso de corazón puramente synth pop. Un puente entre aquellos y Chris and Cosey que trae esos temas a los que cuesta resistirse con el gancho de 'Tempio senza Luce' o 'La Nueva Era' a veces con pequeñas dosis de oscuridad como las que lucen en 'Hasta el Fin'. Todo ello intercalando esas piezas más definitivamente industriales, a veces góticas, como el tema que abre el disco y esos temas de percusión regia marca de la casa que resuena en 'Vivo e Credo'. Una banda sonora a veces tan apocalíptica, con letras que acompañan, como preciosa con ese final de 'A volte sembra stia per finire', donde prevalece la finura de los sintes con la lírica italiana de Silvia Konstance Costan. Una mixtura del ayer con lo contemporáneo, otro vehículo que rescata esa corriente oscura de mayor o menor profundidad, materializada hoy, al igual que otros dúos como Esaie Pas.
Crítica en la tier list: Dame Area - Toda la mentira sobre Dame Area
10. KMRU, Aho Ssan – Limen
Una de las colaboraciones del año en el ámbito electrónico, a pesar de que aún queda un buen tramo del curso, es sin duda la del keniata KMRU y el francés Aho Ssan. Del primero ya hemos hablado bastante a través de sus distintos discos o EP, con un ambient elegante aunque también presto a las texturas. Del otro lado, Aho Ssan debutó en largo en 2020 con su fantástico Simulacrum, cómo no, en Subtext, para dar rienda suelta a su dark ambient y distintas explosiones post-industriales. Juntos, como se podía imaginar, han elaborado un álbum de sonido vigoroso, repleto de matices, de explosiones, de ambientaciones intensas... Uno de esos trabajos que recuerda la potencia de Paul Jebanasam. Tan solo tres temas, dos de ellos de largo minutaje (11 y 20 minutos) en los que la evolución de la pieza lo es todo, una capa sobre otra capa y sobre otra capa a la que ir añadiendo cada vez sonidos de mayor épica y trascendencia.
Crítica en la tier list: KMRU, Aho Ssan – Limen
9. 박지하 (Park Jiha) - The Gleam
La surcoreana 박지하, para el común de los occidentales Park Jiha, ha logrado con tan solo dos discos mostrar todo el potencial que tiene en las coordenadas del post-minimalismo. En The Gleam (tak:til, 2022), la multiinstrumentista se vale de nuevo de extraños artefactos que solemos conocer como instrumentos para exhibir todo un ejercicio de música contemporánea bañado de música folklórica oriental. Algo que se desprende de sus temas, en los que haciendo paralelismos con viejos axiomas periodísticos, el medio es el mensaje. Nos acerca a esas músicas tradicionales desde perspectivas chocantes como la del saenghwang, una fascinante armónica típica de Corea del Sur, u otros derivados del dulcimer, oboes o xilófonos.
Crítica en la tier list: 박지하 (Park Jiha) - The Gleam
8. RTR - 61 Cygni
Si bien en sus dos anteriores trabajos el proyecto francés ya había explorado estos caminos, es en 61 Cygni donde la propuesta sale más redonda, donde hay un equilibrio entre ese acidorro acelerado y barnizado de breaks, pero que conforme avanza en el minutaje va sumando nuevos esquemas sonoros. Del toque jazz que bien se explicita en 'Jzzaax' a lo Squarepusher a la sofisticación y toque añejo de '2999', jugando con lo clásico y lo nuevo, hay aquí una interesantísima gama de matices y armónicos que se van asomando en la base para salir a la superficie y fusilarte. Sobre todo, ese culmen llega en 'Spaceopera', conjugando un aire espacial con una preciosa melodía en la que hay acid y breakbit, todo en perfecto equilibrio.
Crítica en la tier list: RTR - 61 Cygni
7. Caterina Barbieri - Spirit Exit
Quizá por la grandilocuencia de esa maravilla que fue Ecstatic Computation (Mego, 2019), en las primeras escuchas da la impresión de que Spirit Exit (light-years, 2022) puede parecer un trabajo bastante menor, pero nada más lejos de la realidad. Sí lo era Fantas Variations del año pasado, en el que la italiana hizo una incursión en terrenos más minimalistas que dejaban de lado la potencia que rezumaba la electrónica progresiva de 2019. Este nuevo largo, en efecto, también cambia el chip, alejándose de unas capas más gruesas y erosivas, que te abducían en cortes de diez minutos de los que uno no quería salir. Pero juega la carta modular, un laberinto del que siempre cuesta salir.
Pero Spirit Exit, haciendo alusión a su título, sale de esos puntos comunes para tocar el sonido secuencia de la Escuela de Berlín, para tocar la electrónica progresiva con los sonidos metálicos y más 'digitales' que hizo el brillante Oneohtrix Point Never de hace casi una década. Barbieri se deja el grosor para trazar esas melodías lentas, que se construyen poco a poco, con evocación cósmica, trascendental, a lo Steve Hauschildt, en 'At Your Gamut'. Una vez superado el punto de que no habrá momento para la épica más explosiva, pero sí para los juegos sintéticos de 'Canticle of Cryo', el trabajo va tocando puntos cada vez más candentes, llegando a dejar el olor de futuros clásicos del estilo como 'Knot of Spirit - Synth Version', que bien podría ser la banda sonora cinéfila del momento en el que el protagonista se acerca al horizonte de sucesos.
Crítica en la tier list: Caterina Barbieri - Spirit Exit
6. Huerco S. - Plonk
Seis años después, el norteamericano Brian Leeds ha publicado al fin su tercer largo, después de aquél excelente For Those of You Who Have Never... (Proibito, 2016). En Plonk encontramos una trabajo (quizá, y solo quizá) algo por debajo de su último largo, a día de hoy lo mejor que ha hecho en solitario. Eso sí, hay una misma línea discursiva, aunque con variaciones muy interesantes. Si bien hasta ahora había venido siendo uno de los paladines del outsider house, jugando en las raíces de las canciones como nadie, ahora ha tirado mucho más por una IDM muy cerebral y casi experimental, a lo Autechre, pero sin dejar esas huellas de sonido infeccioso y orgánico que rezumaba su outsider house. La combinación de ambos vectores dan como resultado un disco repleto de texturas, con mucho detalle que saborear pacientemente con unos buenos auriculares.
De hecho, hay algunas cosas que saltan a primera oída y que son sin duda muy destacables: la querencia por esos arpegios IDM que dibujan melodías de extraña belleza, de aroma glitch, como esa perla que abre el disco, 'Plonk I'. Un sonido esculpido sobre parte del ADN de aquella obra maestra de R.I.P (Honest Jon's, 2012) de Actress. Donde Darren J. Cunningham parece no querer volver, o donde le cuesta volver, Huerco S. y este sonido, tan fascinante por ánomalo como por preciosista, se imponen en el que será uno de los discos del año. La delicadeza, la superposición de cada beat, estas nanas marcianas o esa melodía contenida y asfixiada a lo Demdike Stare en 'Plonk V', rezuman un talento exorbitante.
Crítica en la tier list: Huerco S. - Plonk
5. Deepchord - Functional Designs
Cuatro años después de su último largo, y cinco desde el último en Soma, el productor detroitino vuelve a este último donde saca a pasear el sonido urbano del dub techno que nadie como él diseña cual arquitecto. Su estilo es plenamente reconocible, el sonido urbano de la noche condensado en once temas, término medio frente a algún doble álbum de anteriores épocas. En él Rod Modell despliega dub techno de gran profundidad y evocación, atmósferas que van y vienen, vocales que se disipan como el eco de un tiempo olvidado ('Darkness Falls'), mientras que en la base juega con una ligera pulsión techno que da mayor empaque a los temas. Antes de que te des cuenta, ese inicio de disco tan elegante como efectista te sumerge en una espiral nocturna de la que no quieres salir.
Crítica en la tier list: Deepchord - Functional Designs
4. Tegh & Adel Poursamadi - Ima ایما
El iraní Tegh publicaba este verano su cuarto álbum, el segundo con colaboradores, esta vez con su compatriota violinista Adel Poursamadi. Con el permiso de Downfall (Midira, 2017), uno de esos álbumes de ambient esplendoroso, fantástico, este Ima ایما , soy, en árabe, es de lo mejor que ha hecho Shahin Entezami. Se trata de la primera de una serie de colaboraciones con otros artistas iraníes y que por título y sonido nos lleva a sus raíces a través de la experimentación que caracteriza a Tegh. Ambient, drone, experimentación o post-industrial son algunos de los ejes que ha tocado durante su carrera. En este lanzamiento, de cinco piezas, lleva al ámbito electrónico la música tradicional persa de la mano de su compañero, estirando y deformando su violín. Una simbiosis pasada por la trituradora drone en 'Regh`e رقع', con ese pasaje atronador pero bello, y que eriza la piel desde los primeros instantes en los que empieza a sonar 'Bad’a بدع'. Una línea de violín que empieza a reverberar mientra la capa ambiental crece a su alrededor y sobre la que después Poursamadi retoma el pulso para transportarnos al Medio Oriente.
Crítica en la tier list: Tegh & Adel Poursamadi - Ima ایما
3. Brainwaltzera – ITSAME
El italiano vuelve ahora con un disco de larga digestión, de 17 temas en los que perderse en la cantidad de aristas que rezuma. Si el primer corte ofrece la parte más sugerente y accesible, tejida con una especial sensibilidad, la segunda ya enseña esa cara de sonidos más oblicuos, de frecuencias que van y vienen con un nivel de texturas que se enredan en el fondo de la canción para atrapar al oyente. Hay que decir, que como ya pasó en el debut, Brainwaltzera parece tener ese clic especial de los más importantes y clásicos del género para clavarte una flecha en el hipotálamo, dibujando esas melodías oníricas de ‘morning narcomnastics’, aquellos temas de quedarse en babia mirando a un punto fijo. Las nanas electrónicas: vocales infantiles de fondo, presets con samples casi de sonajeros, un seductor hilo ambiental de fondo… Esto nos suena irremediablemente. Pero qué bien.
Crítica en la tier list: Brainwaltzera - ITSAME
2. Daniel Avery - Ultra Truth
Lejos queda ya el Daniel Avery que irrumpió en escena hace casi una década, con Drone Logic como debut en largo (Phantasy, 2013), un trabajo a mitad de camino entre el electro y el tech house del que ahora tan solo queda prácticamente su rúbrica. El productor británico tardó cinco años en publicar su particular sophomore, Song for Alpha (Phantasy, 2018), que es hoy la línea que tan bien maneja y que le ha llevado a una racha de tres buenos discos en los tres últimos años. Este mes de noviembre ha visto la luz Ultra Truth (Phantasy, 2022), largo en el que seguir tirando de ambient techno, de amen breaks y de melodías de refinado gusto. De nuevo con un disco largo, esta vez de 15 temas, en los que ver a ese Avery inspirado, que vira de unas emotivas y nostálgicas coordenadas sonoras a tempos acelerados para triturarte en directo a base de breaks. Sudar, emocionarse, disfrutar con la escucha. Vuelve a lanzar un trabajo a la altura de Love + Light (Phantasy, 2020), de lo mejor que ha hecho en esta década en activo.
Crítica en la tier list: Daniel Avery - Ultra Truth
1. Galaxian - We Are Power
Doce años después, Mark Kastner vuelve a producir en larga duración. Y lo hace con un segundo LP mucho más trabajado que su debut Repent de 2010. Siguiendo por el camino electro, en esta nueva entrega, el productor afincado en Glasgow reflexiona, como ya han hecho tantos otros, sobre la máquina, los humanos y el poder que ambas partes ejercen. Sin embargo, al trabajo le acompaña un aura de trascendencia que va creciendo conforme el disco avanza. Si bien esa capa cósmica solemne ya empieza en el primer tema, envolviendo el spoken word de citas del activista indígena John Trudell, en 'Full Spectrum Resistance' esto empieza a crecer ya como la espuma por la vía del electro y el techno: texturas constantes, capas que se solapan y entremezclan con un sonido añejo que le da una fuerza tremenda.
A partir de ahí, el disco es un festival de cierta experimentación barnizada por los parámetros antes mencionados, que en cortes como 'Natural Energy' siguen esa sensación de trascendencia, para después jugar de forma fantástica en las segundas líneas de temas como 'Messianic Delusions', que pueden evocar al Actress de R.I.P por esa ecléctica mezcla y a la vez sutileza de algunos de los sonidos empleados. Pero para acabar con ese sabor a Excel, a discazo, Kastner retoma de nuevo ese poder de las máquinas para elevar al cosmos en 'In Reverse'. Máquinas al servicio de la solemnidad. Preludio del tercio final del disco donde encontrarse con un electro duro, sin concesiones, que irán llegando para reventarte la sesera en 'We Are Power (The Final Assault)'. Como pasa tantas otras veces, después de la hostia, los productores te meten ese tema suave, bonito, para culminar, como colofón al disco. Y sí, ese es el precioso cierre que tiene con 'Code of Existence', con las palabras de Trudell al volante y las reflexiones sobre el poder de fondo que plantea Galaxian. Si es cosa de las máquinas o de los humanos, lo dejamos para otro día. De momento, discazo.
Crítica en la tier list: Galaxian - We Are Power