Tier list cine y series de octubre: maestros en acción, romances cálidos, thrillers evangélicos pidiendo perras, casas en ruinas...
Las series y películas del mes, ordenados en ranking para que no tengas que pensar.
Hi, personicas.
Buen mesecito este con varios maestros cinematográficos dando retornos muy destacados, y también algún posible maestro en ciernes desarmando en su primer trabajo. También hablamos de esa-turra-evangélica-que-no-debe-ser-nombrada, alguna cosita de terror y mucho más. Imagen primero, chapa después.
EXCEL
Cerrar los ojos
Es difícil despegarse la inquietud cuando el señor que ha dado dos de las películas más perfectas del cine español y un documental maravilloso regresa más de 20 años después, con un cine que ya no es en absoluto como lo practicaba entonces. Y lo hace con una película más vulnerable y hasta lineal que se aproxima a los trabajos de vejez de otros maestros en su manera de tambalear mientras reflexiona.
Pero, aun así, resulta mística, que es justo lo que reivindica Víctor Erice. Lo cuál es muy sugerente de contar en una película que se va a querer desentrañar todo el significado posible. Por ahí y por ese aire de falsa historia detectivesca me ha acabado ganando. Y qué tesoro nacional tenemos en Manolo Solo. Si esta es su obra de despedida, Erice se va con una filmografía sin mácula.
En cines.
El chico y la garza
Es difícil despegarse el sentimiento de que hay que estar agradecido por el mero hecho de poder disfrutar de una película más de Hayao Miyazaki. Pero El chico y la garza no se sostiene por ese cariño nostálgico, ni siquiera por su manera de pasar por todas las etapas de su filmografía.
Un relato sobre pérdida y luto que empieza con la gentileza más terrenal para luego absorberte en un torbellino imaginativo y fantástico. Y luego te escupe, dejándote en shock pero extrañamente conmovido, porque ninguna decisión narrativa o de diseño está por casualidad y todas engrandecen una obra grande más que sumar a una carrera infalible.
En cines.
Los asesinos de la luna
Martin Scorsese vuelve a callar a posibles detractores cerrando una década prodigiosa que pocos cineastas pueden igualar (El lobo de Wall Street, Silencio, El irlandés y ahora esto). Tres horas y media completamente esenciales donde coge el western y el drama épico clásico americano, lo pervierte en forma de atmosférico film de gángsters y lo usa para ajustar cuentas con el genocidio Osage y con el retrato de la comunidad nativa en el cine americano.
Las raíces de Estados Unidos expuestas en toda su podredumbre en una historia de codicia, amor trágico, racismo y tontos útiles. Marty sigue introduciendo nuevos trucos en su arsenal para seguir mostrándose como un cineasta vital y urgente, incluso aunque cada vez requiera más paciencia de sus espectadores. Pero la verdad es que pocos recompensan tanto como él.
En cines.
Vidas pasadas
Lo teatral puede tener la virtud de explorar las emociones internas de los personajes de manera muy viva, pero muchas adaptaciones terminan dando pereza por su puesta en escena pobre, donde se aprecia demasiado que las escenas están pensadas para el teatro, y por una estructura que se siente, bueno, muy constreñida. Por eso hay que tener cuidado con los dramaturgos que cambian de medio.
Pero Celine Song demuestra que está por encima de eso. Con una colisión de identidades propia de la que experimenta su protagonista, donde el cine indie de Sundance y A24 se encuentra con un drama oriental muy reposado y exquisito, Vidas pasadas encuentra una naturalidad envidiable que hace florecer todas las partes del libreto.
Un cine romántico anticlimático sobre dos personas avanzando por la vida, sintiendo que están en el rumbo que les toca pero llegando a considerar todas las decisiones que tomaron o dejaron de tomar hasta ese punto. Es realmente increíble e inteligentísima en varias de sus decisiones, destacando especialmente cómo escribe el personaje del marido, y su final se siente como una puñalada.
En cines.
SÍ
Hermana muerte
Posesiones y terrores religiosos parecen haberse puesto de moda de nuevo, algo que se aprecia tanto en el éxito de Expediente Warren como en spin-offs como La bruja. Por desgracia, estas variantes que recuperan la nunsploitation han sido para tirarse por la ventana del monasterio. Ha tenido que venir un Paco Plaza con una puesta en escena finísima para volver a hacer disfrutón los horrores de convento, indagando en el proceso por los fantasmas de la Guerra Civil. Siempre bancable este señor, el verdadero horror master de nuestro país.
Starstruck
Seguir o no seguir. Ése suele ser el dilema de la ficción serializada. Hay géneros que se prestan más que otros a aquello de seguir produciendo más y más temporadas, y la comedia romántica (por estructura, por convenciones, por desarrollo) es uno de ésos a los que les cuesta más, lo cual quizás explique que sea uno de los estilos que nunca ha acabado de florecer en el medio televisivo, ni siquiera en esta época de peak tv. Starstruck, la coproducción de BBC y Max creada por Rose Matafeo, se ha encontrado ya en ese punto en su tercera temporada.
El primer episodio arranca con un emocionante montaje que cuenta todas las cosas que les han pasado a estos personajes desde la última vez que los vimos, y lo hace con la frescura, calidez y encanto que caracterizan a la serie desde su inicio. A partir de ahí la narración decide sabiamente abrir el foco y montar un relato mucho más coral, dar más voz y más vida a todos esos secundarios que hasta ahora eran comparsas, mecanismos de guion o herramientas para el chiste de turno. Empiezas a interesarte por varios de ellos e incluso a aprenderte sus nombres. Todo bien.
La cosa, por desgracia, se tuerce un poco cuando la trama vuelve a centrarse en el romance de Jessie y Tom, que los propios guionistas parecen admitir que está ya más que agotado. Si deciden seguir con una cuarta, la cosa tendría que ir por otro lado sí o sí, y supongo que en ese momento Matafeo se preguntará si tiene incluso sentido. Mientras tanto, y a pesar de estos problemas, es cierto que han vuelto entregar otra brevísima temporada (de nuevo seis capítulos de 20 minutos) de lo que sigue siendo uno de los binges más fáciles y agradecidos que hay en televisión ahora mismo. A poco que aceptes la romcom como animal de compañía, te arregla una tarde tonta casi sin que te des cuenta. (poliptoton)
The Burial
El horrible póster con el que se ha vendido y ser subido para morir en una inmensa fosa común que es el catálogo de Amazon Prime Video ha hecho un flaco favor a la respuesta que llevamos pidiendo los que reclamamos cine adulto entretenido de calidad. Un puntito por debajo de AIR, pero similar en su manera de tener intenciones camufladas en una película-película de toda la vida, en este caso un drama legal con tintes raciales con dos estrellas al frente y con un Jamie Foxx que sería favorito al Oscar si esto fuesen los 90.
OK
Big Mouth
Big Mouth ha llegado a su séptima temporada y aún le queda una más antes de cerrar el chiringuito, lo cual indica que en Netflix la animación se rige por unas reglas totalmente distintas al resto, y también que está en un punto donde no va a enganchar a un solo espectador nuevo, pero ofrece motivos para mantener a su parroquia razonablemente contenta.
Después de 60 episodios e incontables burradas, es difícil que nos sorprenda, y mucho menos que nos escandalice como cuando hace años algunos diálogos me hacían sofocarme como una señorona cuando la veía (de manera inapropiadamente suicida) en el tren. Pero saben mantener la frescura ofreciendo las justas dosis de más de lo mismo (sigue siendo objetivamente gracioso escuchar a Maya Rudolph decir todas y cada una de las palabras que pronuncia) mientras no dejan de intentar explorar cosas nuevas (la amistad de Matthew y Caleb consigue uno de esos momentos de “ternura rara” que siempre han hecho tan bien).
Mención especial para dos números musicales: ‘Bad Hookup’, con una muy inspirada Megan Thee Stallion, y la gloriosa ‘Esperando pelitos’, parte de un esmerado especial internacional (ojo a la frase de Maury “eh, no soy idiota, sólo xenófobo”) y cumbre indudable de la carrera de Lin-Manuel Miranda. ¿Necesitábamos ocho temporadas de esto? No. ¿Nos las vamos a acabar zampando enteras? Sin duda. (poliptoton)
¿Estás ahí Dios? Soy yo, Margaret
Una adaptación estupenda en clave Sundance de uno de esos textos imprescindibles del coming of age femenino. Un texto clave por lo que intenta cubrir de la vida adolescente, desde los lazos intangibles formados con familiares de los que acabas distanciados a los prejuicios sociales de la vida de instituto, pasando también por la búsqueda de identidad en la religión. Resulta, eso sí, más exitosa en esa exploración de las relaciones maternofiliares que se hace de manera habitual en España. Pero es totalmente agradable y calentita.
En alquiler.
Monster
Un interesante ejercicio sobre la infancia que Hirokazu Koreeda intenta plasmar con un tono inusual y una estructura de diferentes perspectivas (pero no rashomónica, tenemos que dejar de usar mal esa película). El japonés intenta integrar en una misma película a el oscuro realismo social de Asghar Farhardi y la hermosa exploración de la infancia de Lukas Dhont, lo qué es de agradecer para que no sientas que te está haciendo la misma película otra vez.
Pero trazar puentes entre ambos resulta complicado, especialmente por la estructura que a veces se impone al desarrollo natural de la historia. Al final carece de la indagación de los grises del iraní o logra ser tan devastador como el belga. Las buenas intenciones no siempre valen para salvar el conjunto.
En cines.
MEH
Generación V
Por si no hubiera bastante riesgo de que el vellocino de oro de Amazon se quemase por intentar exprimir y estirar más allá de lo recomendable su incorrección, el spin-off de The Boys se presenta casi como algo muerto. Un dislate por el mero arte del dislate que no provoca, no aporta más que lo ya mostrado en la serie principal, no divierte y carece de personajes. La edad de oro del streaming.
Hypnotic
Lo que pasa cuando le encargas a Robert Rodríguez que haga un thriller sci-fi Nolaniano, no le das ni guión y sí un Ben Affleck mal utilizado como cualquier ocasión donde no hace de marido de mierda. Para todas las movidas visuales mareantes que tiene acaba siendo un poco rollo.
En cines.
La caída de la casa Usher
Podemos especular si Mike Flanagan se ha quemado ya con Netflix y ha decidido que su última serie con ellos sea un despiporre que queme puentes. Sin embargo, se nota mucho de su estilo visual y tono que se distingue de las producciones medias de algoritmo, así que es la hipótesis a descartar de por qué su aproximación al grotesco horror gótico de Edgar Allan Poe falla tanto en su objetivo.
La caída de la casa Usher quiere tener demasiado dentro de sí. Los fantasmas habituales de Flanagan tienen que compartir espacio con una sátira de ricos con intención de parecerse a Succession y de denunciar las fechorías de la familia Shackler, dueños de una de las farmacéuticas más grandes del mundo. No consigue que mezclen bien, con unos personajes llevados a la parodia sin que resulte morbosamente divertido por culpa de la solemne dirección de Flanagan. Empieza descarrilando y luego consigue avanzar, pero siempre lastrada y sin convencer del todo. Menudo error de cálculo.
NO
El exorcista: Creyente
Te hace dejar de creer en la humanidad y te lleva a valorar que la chorrada que pensaste sobre poseídas fans de Justin Bieber era mejor idea. David Gordon Green cae al subsuelo como desenterrador de franquicias de terror con su propuesta más innecesaria, vacía y aburrida hasta la fecha. Tenemos que sacar a este hombre de ahí para que no se arruine del todo el cineasta que hizo Joe. O Superfumados. Pero, sobre todo, que se acabe esta tortura, por el amor del cielo.
En cines.
Golpe de suerte
Woody Allen intentando disfrazar de sofisticación chic y europea su enésima premisa que no pasa muy lejana de comedia francesa del año. Ojalá la cultura de la cancelación fuese una cosa real y así no tener que aguantar otra película a medio escribir y rodada con PEREZA absoluta.
En cines.
Sound of Freedom
QAnon no sé, pero el fenómeno evangélico del año es un thriller bastante plomizo, rodado con la misma energía directa a video de las últimas "venganzamáticas" de Liam Neeson y escrito como un mensaje de spam que lo que quiere es pedirte perras. Es la clase de movida que te venden como "arte" gente que se lo flipa con una imagen de IA con 8 dedos en cada mano.
En cines.
The Continental: Del universo de John Wick
Partiendo de que el propio título ya resulta de un burdo terrible además de una engañifa, absolutamente en contra de episodios de HORA Y MEDIA con nada de atmósfera, cargada de acción televisiva genérica y que arrebata mística a un universo en lugar de completarlo. Para esto mejor Gangs of London, la verdad.