El fin de Pitchfork, Depresión Sonora al Coachella, la animadora colombiana de Miyazaki...
...y otras noticias, discos nuevos y pelis de estreno con las que ponerte al día
¡Valladolid, buenos días!
Ayer tuvimos Liner Notes dedicado al último disco de Slowdive. ¿Qué tienen en común con el filósofo Martin Heidegger, Neil Halstead and company y la chica de “la he líado parda”? Hasta ayer, diríamos que nada; ahora
nos dice que mucho.Pitchfork a escala reducida
¿El fin de una era? La filtración de un mensaje interno ha chocado profundamente a la prensa musical y la melomanía general. Pitchfork, uno de los medios musicales más notorios, ha perdido a su editor jefe y pasará a integrarse bajo el medio GQ, ambos bajo el paraguas de Condé Nast que ha tomado la decisión. Un bombazo que se ha visto como el principio del fin para el medio, y de una manera de hablar de música.
No obstante, ¿es el fin de una era? No era un secreto precisamente el cambio de dirección con respecto al indie con monóculo que habitualmente cubrían para explorar más los artistas comerciales.
Sea por búsqueda de un nuevo público, por el poptimismo cultural o por dejarse llevar por los dictados del algoritmo de Spotify, sus listas de lo mejor del año tuvieron puntos donde eran indistinguibles del Billboard.
Un problema general de la prensa, no de Pitchfork en particular, pero su nombre ya no era tan asociable a ese descubridor de pequeños artistas (y puntual azote con notas duras que hacían gracia hasta a quienes las recibían)1.
¿Ha provocado esto su decadencia? No, probablemente ni siquiera dieran malos números, pérdidas operativas y catástrofe presupuestaria; sólo han crecido menos de lo que querría Condé Nast. Porque su verdadera sentencia de muerte no ha sido mover su portería, fue ser comprados por un gigante que quería un ebitda mejor de lo que era posible.
Los datos buenos hablan de un público fiel y recurrente. Cualquiera que esté dentro de la trituradora de los grandes grupos de Medios sabe que eso se valora poco si no eres capaz de crecer cada año un x%.
Y, por otro lado, esto es CN: si resulta que tienes una publicación que, de vez en cuando, no habla bien de las mismas estrellas que tienen que salir en tus portadas, advertorials y detritus lifestyle de tus otras publicaciones de referencia… ¿qué motivo vas a tener para dejarla viva?
Posiblemente ésas y no otras sean las causas de su decadencia: como hay que ajustar presupuestos, ese (pongamos) 10% que no ha conseguido crecer Pitchfork te sale fácil en tu Excel corporativo si lo obtienes de sumar el 4% de Pitchfork de este año y el 6% de GQ, y de paso CN, con la siempre amable Anna Wintour a la cabeza, dice “adiós, redundancias2”. Es el Excel de Altafonte all over again.
Sabiendo a qué se dedica Condé Nast, lo que sí podéis esperar de Pitchfok, es más eventos bajo su marca. Y, posiblemente, que esos eventos sean más cuquis.
Respecto a la pregunta de Sebas en Jenesaispop: “Si Pitchfork cierra, ¿seremos los siguientes?”. No, los siguientes son Ars Technica.
Recordemos que en La Era Loca de Todos Quieren Ser Buzzfeed©, también un gigante como Billboard-THR compró Stereogum y, finalmente, acabó por ver que no había nada que rascar. Pero, afortunadamente, Stereogum puso su propio Botón de las Perras y ahí sigue. Os dejamos el nuestro, que hacía mucho que no lo sacábamos a pasear:
Apoyad a quien queráis, pero, si os gusta alguien, apoyadle de algún modo.
Perro Sanxe ataca de nuevo
El Coachella va a ser sonidomuchachocheado otra vez. El acoso y derribo del indietex PSOE a los festivales y radios USA es increíble. El público va a terminar como este meme de
:Relato de obsesión, o cómo el Hi-Fi lo carga el diablo
La audiofilia es una maldición que no sólo afecta al individuo, sino a familias enteras. Lleva a casos como el de un señor de Richmond, que intentando hacer su equipo de estéreo puro DIY le ha llevado décadas de trabajo (mucho no remunerado), erosionar sus lazos con su familia y un millón de dólares.
Para Ken Fritz (por supuesto que era un Ken) y su comunidad audiófila los equipos de Hi-Fi eran sacacuartos, gastar pasta en el nombre. Sacando marcas de la ecuación, hacen la construcción de manera cuidadosa, invirtiendo en los material adecuados para dar forma al equipo de alta fidelidad soñado e inundarse con el sonido de sinfonías o de jazz.
Ken (le vamos a llamar Ken) gastaba fines de semana y noches en su pasión, con ocasiona ayuda de sus hijos en construcción o cuidado del equipo. Hasta los amigos que traían terminaban trabajando en la obsesión de su padre, así que “nadie quería venir a nuestra casa”. Las vacaciones eran inexistentes, aunque para compensar Ken construyó una piscina.
Todo para que luego su esposa se viese lo contrario a impresionada con cómo sonaba ‘El lago de los cisnes’ y le tocase las narices subiendo el volumen de la tele (sí, adivinasteis, se divorciaron). Su hijo tampoco le cogió simpatía después de hacerle currar como un esclavo, todo para que no le dejase luego escucharlo cuando estuvo terminado (demoledora la frase “necesito que mueras lentamente, hijo de puta”).
Miyazaki y su trupé colombiana
Acojonante la historia de la animadora colombiana de Studio Ghibli. Geraldine Fernández Ruiz ha dado la vuelta al mundo describiendo su trabajo para la última película de Hayao Miyazaki, El chico y la garza, empleando “colores, acuarelas, témperas, acrílicos incluso y hasta tizas pastel” para hacer unos 25.000 fotogramas (un tercio de la peli), conociendo al director por Google Meet recibiendo el apodo de “la colombiana”, y hasta describir cómo se le quedaba la mano tras currar:
Pero todo era una elaborada trola. Su descripción no encajaba a los ilustradores a nivel técnico, ni tampoco en el calendario de producción. Gente ha hecho fact-check de su currículum y sólo salía Paco Sanz pidiendo perras. De hecho, cuando decía estar trabajando para Ghibli, trabajaba también en una empresa de cristal templado.
Una vez pillada con todo el equipo, Geraldine borró su existencia en redes, y en algunas entrevistas ha afirmado “exagerar” su participación en la peli. Podrá esconderse, pero ya no huirá de LOS MEMES.
Cosas que ver y escuchar este fin de semana
Esta etapa como dúo ha sido rara para Sleater-Kinney, pero en el anterior disco se vieron ya algunos brotes verdes del grupo interesante que buscan ser. Los primeros singles de Little Rope han ido también en buena dirección, así que veremos a ver qué se cuentan.
En otras circunstancias están Slift, franceses haciendo la clase de garage psicodélico explosivo que tanto nos gusta. Su anterior disco fue una bomba, así que Ilion va a ser un Por El Culo3 con todas las letras.
Y otro panorama distinto experimentan Viva Belgrado, con una evolución que ha generado reacciones divididas. ¿Habrá consenso con su cuarto disco, primero editado en su flamante nuevo sello? Veremos, no han estado mal algunos singles de Cancionero de los cielos.
Más discos que salen hoy:
Glass Beach - Plastic Death
Omar Rodriguez Lopez - Is It the Clouds?
Esta semana en cines hay que ir con la mascarilla, pero no a prueba de virus sino de gas venenoso. La zona de interés nos trae de vuelta al inclasificable Jonathan Glazer, haciendo un drama sobre el Holocausto que ha traído mucha mención al concepto “banalidad del mal”. Fiesta.
Más estrenos esta semana:
En cines: Cuando acecha la maldad
En Disney+: Cristóbal Balenciaga (Miniserie)
Pausa de minutos simpsonianos
El sube-baja hipersónico
👎 Nuestros ojos. Se viene secuela de Polar Express.
👍 Los traductores extranjeros de Aquí no hay quien viva.
👍 El acosador de Ducktails, al hilo de lo de Pitchfork.
("Valladolid, buenos días" es una canción de El Niño Gusano. También es una sección de actualidad de Hipersónica. En 15 minutos, estarás al día de lo relevante en nuestro terreno. Cada lunes, miércoles y viernes en tu buzón de correo o en la web de Hipersónica.)
Algún carroñero ha intentado vanagloriarse con el tema, pero le ha salido mal.
Es decir: ATPC gente que escribía y si podemos tener a un freelance que haga una pieza que se traduzca a GQ en siete países diferentes, mejor.