Rimas a Paladas #7: Odiseas, hip-hop sobre la epidemia del crack y samples del edén
Los mejores discos de Hip-Hop del mes de enero
Hi, personicas:
Vuelve el rimas a paladas con la edición de enero, mientras en la calle se te hielan los dedos pero no las orejas porque has decidido llevar auriculares de los que abrigan más que gorros. Hay buena cosecha de inicio de año, aquí ya no estamos ajustando cuentas con 2022 y discos con los que conviene no dormirse, porque podrían ser muy grandes.
Disco del mes: Oddisee - To What End
Ojo, que de Oddisee uno puede saber ya que discos como The Good Fight (2015) le enseñaban como productor en alza. Pero que el tipo además se revela como un mc de cuidado lo revela To What End, donde sus rimas fluyen para contar historias sobre cómo intenta evitar convertirse en la persona que no quiere ser (”when you’re both the fire and the fuel that you heat with / the higher the flame the more you’ll tire enduring pain”).
Canciones como ‘The Start of Something’ marcan bien el paso sereno que recorrerá un disco que no se agita, y que a veces prefiere esconderse en ambientes lujosos y sensuales (los de ‘How Far’, los de ‘Many Hats’; este parece un disco para purito sexual healing) pero que a mí me gana por la mano especialmente porque lo ocurre en las rimas es muy distinto: es purito pánico a vivir y, a la vez, todo mensajes de que habrá que seguir moviendose.
I keep hearing voice drowning out the sounds / La, lala, lala / I keep making choices trying not to drown
Lo mismo sueña con hacer explosión sin previo aviso (‘Feared of getting 86’ed any second like the Challenger’) que recuerda sus inseguridades las primeras veces que se ponía al micro (’Already Knew’ es un jitazo que parece funk, que es atravesado por un puente instrumental de fiesta judía y que acaba casi en la pista de baile).
To What End podría, en manos de otros, ser un disco de bajona. En las de Amir Mohamed el Khalifa se convierte en una estupenda celebración de las zonas más contagiosas del hip-hop, sin miedo a pisar otros géneros, a recordar la psicodelia 70s y a vestirse de falso mainstream. “No se puede apreciar los triunfos sin conocer las pérdidas”, dice en la misma canción en la que repite “y con qué fin, con qué fin”. Con el fin de que podamos escucharlo.
Phonk P x godBLESSbeatz - Samples of Eden
Aún no nos habíamos recuperado de las farras de final de año y de la posterior resaca post-roscón de Reyes y llegaba fuerte esta colaboración de Phonk P, el rapero de East Compton que es también miembro de Lord Mobb. Para cubrir 29 minutos, Phonk P no viaja ligero de equipaje ni de compañía: se le unen tantos colaboradores que parece un disco conjunto.
Pero Phonk P consigue hacerse con el foco en medio de un ambiente de los más Griselda. Se pone agresivo en ‘I Am’ y ‘Magic’, se lo pasa en grande sobre la arquitectura sonora inmensa que godBLESSbeatz le construye en ‘Red Laces’, enrarece los ambientes underground con flows tan sugerentes como el que, misterioso, remata la jazzy ‘Town Bidness’ y sabe darse cita con la suavidad en ‘Graveyard’ o ‘Sauce Boss’
Los samples del Edén no suenan como uno se imagina el paraíso (se dan cita balaceras, gritos, sirenas de policía y ambientes malsanos y algo psicóticos) pero sí tremendamente adictivos.
Skyzoo & The Other Guys - The Mind of a Saint
Quienes seáis seriéfilos quizás recordéis Snowfall, una producción de FX dirigida por John Singleton sobre cómo el crack conquistó las calles de Los Ángeles en los años 80 hasta convertirse en una epidemia que afectaba especialmente a la población afroamericana.
Skyzoo toma ese punto de partida, y no sólo la época histórica sino la serie en sí, para crear canciones en las que Franklin Saint, el personaje principal de Snowfall, reproduce “sus pensamientos más íntimos” al enfrentarse al mundo en que está atrapado.
La premisa le sirve para, con ayuda de The Other Guys en la producción, crear un disco de hip-hop de boom-bap elegante, casi noir, que contrasta con “uno de los peores capítulos de la historia de la América negra”. Es imposible no engancharse de principio a fin a esto, pero la estupendísima ’Panthers & Powders’ te lo pone a tiro si estás dudando.
Boldy James & RichGains - Indiana Jones
Mirad, hay algo en el flow de Boldy James, en su pereza intrínseca, que me gusta mucho aunque me cueste explicar por qué. Nada en cómo ejecuta sus canciones y en cómo arrastra sus rimas debería ser tan adictivo: si acaso, uno bien podría dormirse a su runrún. James es monótono y debería cansarme, como lo hacen otros con estilos parecidos. El coke rap, además, ni siquiera es mi subgénero favorito.
Pero hay que reconocerle que sabe de quién rodearse. Ya lo hizo antes con Alchemist hasta en dos ocasiones, y aquí se trae un RichGains al que no le tenía seguida la pista, pero que construye elegantísimas bases sinuosas y tan perezosas como el flow al que se van a acoplar. No sé si me durará entre lo mejor del año cuando este acabe porque 53 minutos de Boldy James son mucho con lo que lidiar, pero me sorprende no odiarlo fuerte y haberme enganchado tanto a él. Hay disco (y en ‘Electric Blue’ hay un hit improbable pero soñable).
AJ Suede - Indica Music
Lo vimos en la tier de hace un par de semanas. AJ Suede en un estado de forma fabuloso acompañado por una pléyade de productores. Uno de los mejores exponentes del abstract ahora mismo.
En anteriores rimas a paladas
#6: Los mejores discos de hip-hop de 2022
#2: la mezcla que ningún fan de Beastie Boys debería dejar pasar