Los mejores discos españoles de 2024 (I)
Ordenados en cómodo ranking para que no tengas que penar
Cerrada la lista de mejores discos internacionales de 2024, cumplimos nuestra tradición de que a la semana siguiente sale la nacional estatal española Madrid y afueras. También en dos tandas, por las mismas razones ya explicadas cientos de veces.
20. Carolina Durante - Elige tu propia aventura
Género: hahaha, i've been sonidomuchachized
Debería ser un problema que este sea el disco que más me gusta de Carolina Durante, sobre todo un problema para ellos: significa que han dejado ya de ser jóvenes por completo y, con ello, han bajado al agujero en el que ya sabes que la única posibilidad de ser coherente del todo es coger la escopeta.
El tercer disco del grupo que capturó brevemente el zeitgeist de una parte muy pequeña, pequeñísima, de su generación (la única que aún creía en las guitarras) es también el de las dudas: si redoblar, si intentar algo diferente. Mientras los demás hacen pesca de arrastre con lo que tú hiciste, ¿qué te queda a ti? Lo primero lo hicieron en Cuatro Chavales, no malo, pero sí olvidable y olvidado. Lo segundo toca ahora.
Para grabar un disco maduro, hay que madurar y Carolina Durante lo han hecho: firman con diferencia sus mejores letras y ya no van aturullados en cómo y por qué plantean las cosas. Elige tu propia aventura es un disco con un comienzo estelar ('Joderse la vida', ¿su mejor canción?) y un final estupendo ('Probablemente tengas razón', la de veces que han querido esquivar y esconder conscientemente la melancolía que aquí ya no pueden evitar), mejor pensado que nunca (podrían haberla cagado del todo en la secuenciación) y que esconde muchísimo más que nunca los obvios defectos del grupo. Que siguen presentes, claro, porque no les puedes extirpar del todo ni el danimartinismo ni la tontería madrileña algo rancia, pero que, por primera vez en su carrera, son menos relevantes que LA BAJONA.
Ay, la bajona. Ella es responsable de parte de lo mejor de este disco y también de lo peor que se va a encontrar en su camino hacia el oyente. Le van a sentar mal a Elige tu propia aventura las comparaciones que se harán con Una Semana en el Motor de un Autobús. Ante la comparación con un disco totémico, mítico, todo esto se resiente. Y, sin embargo, ahí se ha lanzado mucha gente, más en un ejercició de wishful thinking que en uno de realismo.
Pero no es USMA: es POP. Los Planetas ya tomaron sus propios riesgos en Pop (no esperaron al tercer disco) y también fueron en ese segundo álbum en busca de una producción que llevara sus canciones a otros lugares sin apagar lo que eran, lo que ya habían mostrado de manera perfecta en su debut. Lo que se encontraron fue polémico: un ambiente más apagado y menos chispeante que en sus obras previas; también una emotividad lírica mucho más contagiosa. Como en Elige tu propia aventura, una vez que entrabas era imposible salir, porque había cosas que te llegaban tanto que tenías que defender todos y cada uno de los errores (todos no: lo que hicieron con 'Aeropuerto' sigue siendo delito).
Esto es lo que hay aquí también: una producción no del todo bien resuelta pero necesaria como gesto artístico; una idea de avanzar por caminos laterales pero no del todo divergentes; canciones mejor escritas; y letras esta vez que consiguen por fin esquivar casi siempre la tontería para ir al tuétano generacional.
Y también un disco irregular todo el rato. Como siempre en ellos, sí, pero con las cumbres altas muchísimo más arriba que antes. Un disco para disfrutar de 'Verde, césped' y odiarles en 'TOMÉ CAFÉ'. Un disco que tiene 'San Juan' junto a 'Monstruo'. Uno en el que soportar todo eso a veces en la misma canción: 'Normal' es estupenda, pero la Rosalía invitada la hace peor, cosa que no pasaba con Amaia ni cuando Diego visitó a La Bien Querida.
No van a hacer nunca un disco perfecto. Riman tetas con bicicleta, se creen los Stone Roses en 'Tempo 2', pero ni ellos lo son (¿puede que acaben como Stone Roses en su decadencia?) ni Madrizzz es Madchester, y hay momentos sonrojantes o fallidos. Y, sin embargo, Elige tu propia aventura redondea, cuando termina de sonar, un camino muy interesante.
Es la primera vez desde antes del debut en el que parece que las promesas de futuro de Carolina Durante son realmente atractivas. Mucho más que lo que han logrado hasta ahora y mucho más que lo que hay también en este disco. Todos sus discos habían sido OK como mucho pero esa promesa de un futuro mejor y más consciente es, per se, un SÍ para cualquier grupo. (probertoj, disco que sí en la tier del 29 de octubre)
19. Star Trip - Velocidad
Género: Songs From Northern Britain Southern Levante
Star Trip no tienen que empezar a disimular, para nada. Tan clarísima tienen su idea de cómo conseguir canciones memorables que a ratos parecen adelantar por la derecha a sus héroes. Y sus héroes son, o deberían ser, muy relevantes para vosotros. Para mí lo son.
Su powerpop hace honor al calificativo: es poderoso. Sus guitarras se entrecruzan en melodías imbatibles, sus voces puntean cada una de las emociones y la sección rítmica consigue eso que con ellos suena tan sencillo, pero que en el fondo es tan complicado: que una canción te impele a saltar a la vez que a ponerte blandito.
Siempre me han gustado más cuando están estirándose hacia las zonas eléctricas y de mirar al cielo cerrando los ojos ('Disimular', 'A veces', 'Como los demás', 'Al amanecer'; ¡Ay, 'Al amanecer', qué rebonita eres) que hacia los lugares íntimos y solitarios, pero es evidente que ahí también han crecido: en la canción titular, en 'Tu peor enemigo', en 'Cuando estás lejos de aquí'... Es decir, que han hecho su Songs From Southern Levante, con una pizca de toque estadounidense ('Aunque ya no estés aquí') y colaboraciones estelares (Andrew Taylor, de Dropkick y nuestros amadísimos Boys of Lolailo; y la gente de Los Andes).
Los de Valencia llevan ya varios discos sonando como los mejores, no de aquí, sino del panorama mundial actual en su género, así que tendremos que convenir que esto es mucho más que velocidad de crucero y que andan ya dándose paseos espaciales. (probertoj, disco que sí en la tier del 17 de septiembre)
18. Mohama Saz - Máquina de Guerra
género: psicodelia flamenca y anatómica que no quiere ser PSOE’d
El PSOE es más que un ente aparentemente indestructible mientras siga existiendo la socialdemocracia, es todo un estado de ánimo y pensamiento que siempre golpea en el mejor momento y nada escapa a su azote. El PSOE no es único en España, todos los países democráticos tienen su propia versión del mismo, de igual manera que todos parecen tener su propia versión de la psicodelia de influencia anatólica al calor del éxito de King Gizzard a la hora de rescatar esos sonidos.
Por supuesto, es un estilo sonoro que no toma prisioneros como puede hacer el PSOE, pero todo este fervor internacional siempre nos pone en riesgo de que se desnaturalice hasta ser insípida como la psicodelia colorida post-Tame Impala (que no son PSOE, son claramente UPYD/Ciudadanos/Izquierda Española).
Mohama Saz son de los grupos que exploran esa vertiente psicodélica con influencias de folklore turco y regiones árabes, pero salpimentado con sonidos tan patrios como el flamenco, especialmente en su vertiente de rock andaluz. Es posible que este fervor por la Anatolia les haga más proclives a un culto internacional que no sería desmerecido, y que deberían tener más establecido en nuestro país.
En Máquina de Guerra sacan una de sus mejores colecciones de hipnóticas melodías, de trances soberbios y de pertinentes soflamas políticas. Un fresco álbum que cautiva y transporta, refrendándolos como una de las bandas psicodélicas más potentes que tenemos, resistiéndose a ser domesticados. They have not been PSOE’d (yet). (Black Gallego, disco que sí en la tier del 23 de enero)
17. Vidres a la sang - Virtut del desencís
género: deconstrucción del metal extremo
Incluso aunque para alguno su grupo casi hermano Foscor les ha tomado cierta ventaja a la hora de practicar un metal extremo diferente y de culto, Vidres a la sang ha sido una fuerza constante y sólida en la escena underground catalana que no se debería dar demasiado por sentada. Especialmente porque puede resurgir de la manera más grande.
Así, Virtut del desencís se plantea como otro disco inconformista de una banda que ha ido incorporando matices y sensibilidades a ese espectro entre el death y el black metal. Un regusto progresivo y a veces melódico propulsa unas canciones que saben hincar el colmillo, que generan riffs de categoría desde un sonido bien estudiado y, al mismo tiempo, capaz de dejarse llevar por sorpresas que parecen gratificar tanto a los propios creadores como a los oyentes. Sin duda, un gran trabajo para una banda que nunca ha desmerecido su reputación. (Black Gallego, disco que sí en la tier del 3 de diciembre)
16. Atención Tsunami - Core (2024)
Género: Math-Rock de Letras
"Solo una cosa no hay, dijo el poeta, y es el olvido.
Pero ni él ni tú ni yo recordamos haber nacido"
Cinco años en silencio, y no sé si muchos se acordaban de Atención Tsunami, una banda que disco a disco me ha demostrado suficientes motivos como para seguir acudiendo a sus discos, pero que a la vez no ha parecido recoger suficiente crédito como el que merecerían. Uno los daba por desaparecidos, pero el inicio de Core, rotundo e intenso, deja clarísimo que la vuelta es para bien.
“La fábrica de violencia
de esta ansiedad que no cesa
(...)
He visto el futuro
en las entrañas de un CEO
Se vienen beneficios
caídos del cielo
Rentistas, rentistas”
Los madrileños mantienen una visión pesimista, gris y fría del día a día, recitada y gritada antes que cantada; podrían ser los más pretenciosos del lugar, y sucede más bien al contrario, que las letras y la música acaban por encontrar la carga emocional suficiente para que no les pese su talante artie. También sus ramalazos de humor (que el lado oscuro de la fuerza está petao de gente, llorar como los futbolistas).
A veces la estructura es demasiado familiar, pero las canciones de Core se benefician de que la tensión nunca parece impostada. 'Gente sonriendo en fotos' es paradigmática en esto: el mismo piano que podría dulcificarla lo que hace es aportar aún más urgencia. Por todas partes encuentras guiños que te mejoran como oyente: una cita a Polanski y el Ardor; un ponerse en la piel de los olvidados y aun magníficos A Room With a View.
Son un grupo instrumentalmente brillante, que esconde aún mejor sus defectos por la celeridad con la que le dan boleto a cada tema. Se pasan los diez que hay en Core en 32 minutos, cuando uno de los principales problemas de propuestas similares suele ser el exceso. Y la cercanía contagiosa, casi emo, de canciones como "El nuevo viejo rollo" acaban por hacer carnal a un disco que hubiese podido ser extremadamente cerebral, math-rock en exceso. Un disco estupendísimo, una banda que lleva ya cinco así. (probertoj, disco que sí en la tier del 4 de marzo)
15. Faixa - Faixa
Género: Alcoyan UK; castañuelan footwork
Se abren nuevas puertas en la música valenciana. Parece que del tradicional ska y las formaciones que más que grupos eran bandas, hay una creciente tendencia a subirse al carro de la electrónica. De Xenia a La Maria, o arreglos como los de Gazella, son cada vez más las propuestas de este tipo que van ganando peso de forma amplia. También con el enfoque tradicional en el mejor de los sentidos, mirando a las raíces, a la cultura popular, como La Maria, y en línea con ese nuevo folklore que se va rescatando desde otras partes del Estado.
Propuestas que nacen preñadas de arreglos, de ruptura de lenguajes, como tantas otras propuestas en general en el país en los últimos años. Lo viejo ya no es viejo porque lo nuevo lo coopta. Así llega el debut alcoyano de Faixa, rescatando canciones que recuerdan a las ferias de los pueblos, al trabajo, a las fiestas religiosas desde el refinado footwork de 'Ens devem a la faena (Cant de batre)' o una sorprendente y groovy 'Tant com l'enyor de la terra (Cant de batre)', pasando por ramalazos de un viejo dubstep y la cohesión territorial, la terreta de cada uno, representada en 'CV 500', con sus capítulos generacionales. Tan distintivo de sentimiento de pertenencia como una tierra de oliveras, magistralmente interpretado en 'A l'ombra d'una olivera (U i dos)', con el despliegue vocal de Noelia Llorens, 'Titana'.
Una pequeña maravilla, tan emocionante como sorprendente. Retomando el camino donde lo dejaron Califato 3/4, pero para retomarlo de la mejor de las formas posibles. Descaro, raíces y emoción. (Ferraia, directo al excel en la tier del 18 de noviembre)
14. Amateur - Impasse
Género: Bourbon Donosti Sound
Vosotros no os acordaréis, pero hace mucho, si una nueva banda despuntaba cantando en español estaba condenada a ser bautizada como "los nuevos Planetas" o como "los nuevos La Buena Vida". Esa era la dimensión de ambos.
Hace ya siete años del primer disco de Amateur, convenientemente titulado "Debut". Con él, buena parte de los que un día formaron La Buena Vida (sin Irantzu Valencia, por si os lo preguntábais) se decidían a continuar su carrera musical una década después de dejarla a un lado. Había pasado mucho tiempo, pero su capacidad de hacer, básicamente, canciones muy bonitas seguía intacta.
"Impasse" es otra muestra de ello. De entregas de bello pop acústico. Encontrando ahora momentáneamente en Isa Cea (Triángulo de Amor Bizarro) ese soporte de voz protagonista femenina en "El huerto provenzal", una canción que vale un potosí y que te deja tarareando embobado horas. Buscando siempre cierto tinte solemne pero consiguiendo hacerlo de forma sencilla, no excesivamente cargante, austera y emocionante. Otra prueba de ello es la notabilísima "Fue una vez", construída sin aspavientos, casi como obra maestra entregada de forma anónima, sin darse importancia. Sumad "Jane, Dulce Jane" a la misma fórmula. Un disco que se defiende por sí mismo, sin necesidad apoyarse en la nostalgia. Un estado de forma perfecto en la actualidad. (Chou, disco que sí en la tier del 19 de marzo)
13. Pedro de Dios y Antonio Fernández - Cantes Malditos
Género: Jondo de altos vuelos y un poco de blues rock
Los caminos del flamenco nuevo son inescrutables. Aunque explorados ya y con la ortodoxia curada de espanto, con varios discos totémicos, lo que ha hecho que forme parte del acervo popular de este país, siempre hay grietas por las que colarse. Compases que romper, sonidos ajenos y rítmicas que contaminan un canon al que es necesario acercarse. Lo suficiente como para entender sus aristas principales para deformarlas; lo necesario para no pasarse de frenada. En este debut en largo del granadino Antonio Fernández con Pedro de Dios (Guadalupe Plata) a la guitarra, ambos funden tradición, quejío y zambras teñidas de blues, de slide, de distorsiones del far West que se vuelven más áridas con el portento vocal de Fernández.
Aunque ese flamenco nuevo ya tiene sus pilares y propios mitos, donde la norma es romper, el género raíz aún sigue siendo una herramienta que tiene mucho que dar. En el fondo, quizá porque no está tan explotada: la sombra de los mitos es alargada y hay que acercarse al canon para conocerlo y que no pueda quedar en una boutade. Paradojas constantes; un acercamiento que pueda ser conservador para que sea reconocible pero que se aleje de ese conservadurismo que décadas ha no entendió la revolución y las fallas que se podían (e iban a) explotar.
Este Cantes Malditos atesora la obvia influencia del blues que diseña de Dios, y la veteranía y aridez que suma al conjunto Fernández. Reproducir el disco y escuchar ese preludio clásico en 'La Zambra' que después se va tornando más eléctrico recuerda a las construcciones de Sabicas con Joe Beck, con Fernández desgarrándose mientras que a la guitarra, que no se esconde precisamente, le cuesta anteponerse al portentoso cante que le guía. Una simbiosis de electricidad y tradición que envisten durante ocho minutos de embrujo.
Es un álbum que canta a las penurias y en el que ambos se complementan y encajan a la perfección. Cada uno tiene su espacio, como muestra 'Yo quisiera renegar', donde la guitarra deja que sea Fernández, hundido en el cante jondo, el que tome las riendas. Con una canción que, en su enfoque sobre el futuro y el anhelo de un mundo nuevo, invoca ese espíritu de otro granadino célebre y totémico como Morente en 'Estrella'. Sin amilanarse. Un trabajo corto, de apenas media hora, en el que sobra para desparramar el talento de ambos. Porque ahí hay mucho poso y se nota. Autenticidad. Grabado en el pequeño pueblo de Peligros, con su barrio de cuevas, donde ese espíritu blues resuena más. El medio también es el mensaje. Como la portada. Pero es solo contexto. El cante lo es aquí todo. (Ferraia, directo al excel en la tier del 14 de octubre)
12. Ática - 2
Género: ¿Guitarra? Pa k kieres saber eso jaja saludos
Toda una vida reivindicando las guitarras, la distorsión, los punteos, las pedaleras con 87 conexiones, para que después un disco sin ellas te meta un sopapo de esos que te dejan grogui de forma inesperada. Inesperada, pero también gruesa gracias a un bajo que rellena todo ese espacio, y que junto a la batería son la bomba que insufla gas inflamable al debut de Ática. Después de un notable EP hace ya cuatro años, sin hacer mucho ruido (a nivel mediático), el pasado verano debutaban en largo con un álbum árido, directo, pero que a veces también deja hueco para la melodía y los tarareos. Solo con bajo y batería.
No les hace falta nada más a Guille y Carlos, bajista y batería, respectivamente, para dejarte seco cual mojama tras diez temas donde el grosor del bajo y la fuerza de la batería construyen un LP de debut bañado en post-hardcore de esos que te hacen sudar. En directo seguro, y posiblemente en tu casa por la descarga. 'Ponto' es la hostia en la cara inicial, ideal para dejar marcar terreno. Un poco de reverb, instrumentos en segunda línea para dejar paso a la voz y después más reverb, estribillo y ritmo pesado. Sonoridad a tutiplén y vocales surfeando la instrumentación. A partir de ahí, ganchos de izquierda y derecha. Más o menos frenetismo, frenar en seco, subir, bajar, volver a golpear. Un poco de distorsión.
Exprimen muy bien sus dos instrumentos para ofrecer una ambivalencia que suena dura, que a veces recuerda a Betunizer y que no renuncia a las melodías a lo Perro en temas como 'Madura Correcto'. Un debut muy completo, de mecha corta, y de momentos de noqueo de cuellos en 'Malaventura' y mucho más. Pues claro que vas a sudar. Vaya si lo vas a hacer. (Ferraia, disco que sí en la tier del 18 de noviembre)
11. Claraguilar – Figura
Género: Cuando la electrónica se acerca al art pop
De un EP muy interesante, de los que dejan una clara guía para el futuro, a un debut deslumbrante donde todas esas opciones sonoras abierta se exploran y culminan en un trabajo cuasi perfecto. Ese es el resultado del segundo largo de estudio de Claraguilar, Figura (Lapsus Records, 2024), vía Lapsus, dejando en medio dos bandas sonoras para seguir fogueándose. Varios años de paciencia para finiquitar el plan. Un disco corto, de solo siete piezas, para no dejar huecos y que todo resalte; sin margen para flaquezas. Entre el art pop, devaneos electrónicos cristalinos y ritmos vibrantes cuando hace falta, se trata sin duda de uno de los mejores trabajos que se escucharán este año a nivel estatal.
Una obra que puede recortar en cierta forma a Clamor de Arnal i Bagés, aunque sin apenas secciones vocales, por esa simbiosis entre pop y electrónica, engarzando detalles de esta última para sublimar el final de algunos de los temas. Es el claro ejemplo de ‘Ros Elavy’, uno de los adelantos que ya dejaban intuir que la cosa prometía; ambientaciones cristalinas con un motor de breaks que después se funde en vocales difuminados, detalles en pistas secundarias y una percusión que se torna a veces urbana. Una delicatesen que ejemplifica las texturas que se replican durante el disco, a veces robados del glitch en ‘Veo un Ciervo a Oscuras’; otras la IDM caleidoscópica y geométrica de ‘Mirada Interior’, con ecos del sonido Border Community.
Así, cada pieza consta de esa riqueza sonora que juega en la parte subterránea de la canción, con líneas melódicas que van saliendo a flote, combinadas con breaks o esos finales donde la parte más netamente electrónica saca músculo para marcar dramatismo, emoción o simple intensidad. Puro talento en el que esos gestos, casi pinceladas de sonidos que configuran algunos de los estilos mencionados —también del UK Bass, ya que estamos con la borrachera de etiquetas—, concatenan un álbum redondo, sin mácula. Hacia el final, con cambios de ritmo y vocales filtrados en ‘Eye Form You’ que suben un poco la intensidad para mostrar esa ambivalencia. Acertadísima apuesta de Lapsus por el producto de la casa, un debut sin mácula, y uno de los más sugerentes de los últimos años. (Ferraia, directo al excel en la tier del 2 de abril)