Los mejores discos internacionales de 2024 (1/5)
Los discos del año, ordenados en cómodo ranking para que no tengas que pensar
Hi, personicas:
Llegó ese día en el que comienza la lista de mejores discos del año. Para nosotros es también el día en que se acaban las peleas internas y ponemos algo de orden en el sindiós de sordera que es la redacción de esta no tan santa casa.
Como en años anteriores, diez discos por día para:
tener tiempo de sobra y dedicar a cada tanda la atención que se merece;
evitar así la sensación de que los puestos del 50 al 11 no valen tanto como el top 10;
que cada uno de vosotros pueda al menos descubrir algo que a nosotros nos ha flipado, pero aún no habíais tenido tiempo de escuchar;
En cada disco tenéis enlace a la crítica, de todos ellos hemos hablado a lo largo del año, y todos han entrado en las tiers semanales en las zonas más altas (Excel/Discos que Sí). Si os gusta y queréis ayudarnos a seguir haciendo esto otro año más, ya sabéis que Hipersónica se hace sin publicidad y sin mierdas, todo limpito, y que por menos de 3 euros al mes lo tenéis:
50. E-Saggila – Gamma Tag
Género: Cómo suena la discoteca de tu placa base
Opal Tapes, Hospital Records, ahora Northern Electronics de nuevo... La iraquí E-Saggila parece ser aún una suerte de diamante en bruto que ha ido cayendo en varios sellos de prestigio, viendo cuál sería el que editaría su gran trabajo. Aún no ha llegado, y este Gamma Tag, de nuevo con los nórdicos, tampoco es el elegido. Después de varios buenos amagos de techno más industrial, pero también de discos muy discretos como Blaze de 2022, ahora retoma un poco el buen hacer, aunque parece que más en transición hacia otros campos sonoros. Este corto Gamma Tag va hacia un territorio donde reina el sonido glitcheado, frecuencias rotas y una suerte de outsider house en temas algo más reconocibles, con cierta pulsión techno de fondo, en ‘Every Voice at Once’. Después vuelve de nuevo a ritmos rotos y a glitch en ‘N3n’, siempre jugando al despiste, sin querer que te acomodes cuando piensas que va a seguir por el mismo camino.
Un álbum que discurre por lo general en un concepto más experimental, y que pese a todas las trampas sonoras que pone, mira claramente a la pista de baile. Pero una pista de baile marciana, mecánica, metálica. Como si pincharan juntos Florian Kupfer y el bueno de Oval. En definitiva, un trabajo del que rascar bastante a pesar de esa rareza, a veces bella, como en el último tramo con ‘Profiteer’ y ‘Stalking Star’. Por cierto, ya puestos, editado en CD. Contraola total. Una casi ruptura con lo que ha hecho y que dibuja un enorme interés para el presente y su futuro. (Ferraia, Disco que sí en la tier del 30 de enero)
49. Pop Filter - Ray & Lorraine’s
Género: esa emoción petrolífera
Cono fue uno de los mejores discos de 2023 y pelearé fuerte por darle a Ray & Lorraine’s, que vuelve a ser otro “excel, COÑO” consiga ser igual o más querido por los sordos hipersónicos, a veces un frontón contra el que es muy cansado pegarse. Pero sé que seré capaz de que vean lo que yo: que es mucho más fibroso cuando se ponen en modo stadium indie-rock en ‘Fragile’ o rockeros en ‘All Night’; que aún así sigue conservando espacio para el requiebro no-normativo con gloriosas guitarras noise en ‘Life Downstream’ y psicodelia hecha sin abigarrar la mezcla, más gracias al espacio y el silencio que a lo que suena; que el tercero de la Velvet es aún poderoso en ellos, pero también ‘Ride Into The Sun’; que cuando se ponen tersos y suavecitos me han dejado un lugar extremadamente agradable en el que recibir al otoño y con el que pasar el primer resfriado del curso (que sí, que ya está aquí también); que ‘Fruit Flies’, con sus punteos ligeros, sus teclados escondidos y su cierto aire Evan Dando, es una de mis canciones favoritas de las últimas semanas; que ellos parecen escoger siempre el arreglo adecuado para la canción en la que estén; que se nota que son muchos componiendo y que gracias a eso sus discos no suenan monocordes, pero que tampoco suenan deslavazados. Que su segunda mitad es un ir y venir constante. Que son uno de los grandes grupos actuales y que así les seguiremos tratando por aquí.
Vamos, que están cómo y dónde quieren estar. Ray & Lorraine’s se lanza el 4 de octubre, así que estáis aún a tiempo de subiros a este barco antes de que parta. (probertoj, fue disco destacado en el frikexín de septiembre y excel en la tier del 8 de octubre)
48. Bug Club, The - On The Intrincate Inner Workings of The System
Género: lo que quiera que desayunen, me lo pasan. Por favor
Oye, a lo tonto The Bug Club están a punto de cumplir diez años, incluso a pesar de que muchos sólo pusiésemos sobre ellos nuestro ojo de Sauron a raíz de su debut largo en 2021. Bien, hay que celebrar que tenga otro nuevo, porque... ¿quién diría que no a un grupo que se mira en The Modern Lovers? ¿Quién negaría la mirada a la gente que te suena a Devo y a The B-52s? ¿Estamos para no saludar a quienes hacen canciones que parecen tocadas por esqueletos para mover el esqueleto?
No, no estamos para nada de eso: cuando la vida te puede, hay gente que necesita la meditación y otros necesitamos un chute de rock'n'roll nuevo, básico y que adore a Jonathan Richman. Ojalá encontrarme cada año con canciones nuevas como 'Pop Single' y compañía. (probertoj, disco destacado en el frikexín de septiembre)
47. Container – Yacker
Género: Taladros big beat
[si está escuchando música con sus auriculares retíreselos o baje la voz antes de darle al play]
Hace unos días volvió el padre de los taladros, Perc. Dos semanas después publica en largo Container. ¿Quizá una especie de deidad ruidosa nos esté enviando un mensaje? Puede ser. Y quizá por qué sea preocupante. Cuatro años después, tras otro disco en plena pandemia, lleva otro de los taladradores insignes, y lo hace yendo a más, tirando con todo, pero con un cambio de estrategia que no deja de ser menos sorprendente por la propuesta sonora del loco Ren Schofield. Sigue jugando con coordenadas no aptas para todos, pero con requiebros que rompen con él, por lo general, habitual bombo automático rodead de esa eléctrica onda expansiva sonora. ‘ABRASION’, que ya indica de qué va el tema, tiene cambios de ritmo para romper esquemas, mientras esa pompa pegajosa de taladro no cesa. Puro chuleo. Frenar un poco para seguir con el martillo pilón.
A veces con casi breakbeat de fondo, el terrorista de Container va deformando su manual de estilo para ir generando pistas cada vez más locas y retorcidas como ese sonido chicloso de ‘AERATOR’. Pero no siempre hay fusiles a bocajarro, también hay tempos más pesados y lentos como ‘DROOPER’ donde el tipo se recrea. Su propia interpretación del big beat. Que se lo digan si no al cierre de ‘SPRITZER’ donde suena esa enorme pompa chulesca, donde los ritmos primarios puede ser que acaben por captar a los más profanos. O puede que no, pero esa deidad sonora nos está enviando un mensaje. El techno industrial no solo vive de ese bombo más seco que la mojama. Entre la genialidad y la locura. Mejor no preguntar cuál es la respuesta correcta. (Ferraia, disco que sí en la tier del 9 de abril)
46. Brown Horse - Reservoir
Género: Justo cuando pensabas que no aguantarías un disco de Americana más
I’m the outtakes of an actor trying to make herself cry…
I can’t sleep unless I’m weak from work
I can’t sleep unless I haven’t slept in days
Regocijaos, amigos tristes, que siempre hay a la vuelta de la esquina un nuevo disco para mullir vuestro apesadumbrado corazón. Y cuando llega desde la Americana, y no es la enésima turra con coartada roots, pues lo acogéis con más ganas.
Brown Horse son ingleses, de Norwich, pero sus canciones suenan a country-rock de los 70s luchando por su derecho a tener bajona postfiesta. Dicen mirarse en el espejo de Jason Molina, y no citan al Ryan Adams de Heartbreaker, sino a Uncle Tupelo, pero en todos esos lugares se mueven. Sí, también en el del tito Neil.
¿Lugares comunes? Quizás en otras manos. En la de estos debutantes son zonas de gravedad temblorosa (la titular), de calidez sottovoce (‘Shoot Back’), de cielos despejados ('Everlasting') o de tragedia pura (‘Outtakes’ es acojonante). Son estupendos cuando afrontan homenajes a la esencia folk ('Paul Gilley', sobre el casi desconocido letrista de varias de las grandes canciones de Hank Williams) desde lo calmado. Y pisan el terreno más brillante posible cuando el desespero de muchas de sus canciones acaba incendiando las guitarras. Todo arde si le aplicas la catarsis adecuada, y sus textos tampoco se guardan ninguna carta:
If Paul Gilley wrote the words to the saddest song that Elvis ever heard
Maybe he could’ve worked something from the feeling that I’ve got”.
Hay espacio para algo de luz ('Sunfisher'), pero no es lo relevante en un disco de alt-country noventero en su máxima expresión, que sorprende no sólo por lo adictivo sino por su condición de debutantes. (probertoj, excel en la tier del 6 de febrero)
45. Jlin – Akoma
Género: De quemar la suela del zapato a quemar la tecla del piano
Hace casi diez años Jlin entraba fuerte en la escena footwork, género ya con bastantes seguidores, pero que quizá adolecía de una referencia importante que pudiera ampliar las miras hacia otro público. Ahí jugó el papel un partner in crime habitual en todo lo que tenga que ver con nuevos sonidos, ritmos impertinentes y nuevas figuras: Mike Paradinas y Planet Mu. Seis años después de su último largo, aunque bastante menos de sus epés, la estadounidense vuelve ahora para hacer una OPA a todos los que no acababan de entrar a su sonido. Tampoco llega a ser hostil, porque sigue teniendo su marco sonoro definido, y no todo el mundo pasará por ahí, pero desde luego ha cambiado las reglas de su propio juego. Manteniendo los ritmos rotos y cortos, jalonados de ese toque tribal, Jlin inyecta minuciosamente algunos nuevos rasgos a su discurso; lo suficiente para ampliar miras, lo necesario para seguir manteniendo su esencia reconocible.
Con algún colaborador de relumbrón como Philip Glass, antes de ello, en temas como ‘Speed of Darkness’ ya va introduciendo más ambientaciones que permiten no constreñir sus producciones únicamente a esos beats echando fuego. Una electricidad que va acompañando sutilmente de colchones más luminosos (‘Iris’) para dar más color a una propuesta que hasta ahora mantenía su eje en ese sonido eléctrico y agresivo, pero gélido y oscuro. No es casualidad que esa portada marque esa escultura en oro contrastando con el negro habitual. Muchos más matices que a partir del tema mencionado se van desbocando y estirando como un muelle hasta el final, mostrando la nueva paleta sonora, para después replegarse y seguir con su habitual sacudida. Llega un momento en que es difícil no desnucarse ni caer rendid mientras suena ‘Open Canvas’ y su cambio de ritmo. Pura sutileza salpicada de gotas IDM. Coge su particular challenge presente en Black Origami y lo despliega, ahora sí, para demostrar por qué se ha convertido en un nombre obligatorio en el género, junto a los Dj Rashad o RP Boo.
Eso sí, quizá con ella será con quienes más entren al universo footwork por ensanchar las costuras del género, con la adicción loca que genera ‘Auset’ antes de entrar a ese final neoclasicista, donde la introducción de las cuerdas le da a su propuesta muchos más quilates. Su particular epifanía. Y el tema con Glass… pues qué vamos a decir. Sorprendente, atrevido, puro oxímoron sonoro. La contranatura del minimalismo con el desfogue del sonido callejero. Uno de los temas del año en uno de los discos más importantes del año. (Ferraia, excel en la tier del 2 de abril)
44. Pijn - From Low Beams of Hope
género: leyendo a los nuevos y un poco a GY!BE
Después de años siendo grupo de culto, con discos tan interesantes como su colaboración con Conjurer, parece que los británicos Pijn han dado el salto necesario para llevar a otro nivel de interés su post-metal cargado de melodía y melancolía. Podríamos decir que algo han cogido de los grupos más refinados y con influencia de música de cámara de la escena Windmill, ya que From Low Beams of Hope se aprecia como disco que quiere desatarse de corsés post y explorar tendencias mientras construye canciones realmente asombrosas, al mismo tiempo no muy alejadas de los Godspeed You! Black Emperor más recientes (Pero sin drone de apretar una vejiga de cabra).
Un increíble despliegue, cargado de ambición y también de contundencia, donde los pasajes evocan fabulosas sensaciones y siempre profundizan en algo que resulta de interés. Ciertamente es el disco grande que algunos esperábamos de Pijn, y quizá hayan abierto puertas a una trayectoria que va a ser estimulante para muchos. (Black Gallego, Excel en la tier del 20 de agosto)
43. ARINTINTIN… digo… Rico Nasty & Boys Noize - HARDC0RE DR3AMZ
género: ARINTINTIN
Esta reseña partía como mero trámite para lo que todos teníamos claro desde que escuchamos la reunión este año de la rapera Rico Nasty y el productor Boys Noize: esto es un EP que opta a lo mejor del año sólo por ‘ARINTINTIN’, un pelotazo electroclash más adictivo que la heroína que lleva de una manera muy vibrante y actual tanto un sample de hace más de una década como un estilo de techno pop explosivo y rabiosamente bailable.
Ninguna de las otras dos canciones que componen este HARDC0RE DR3AMZ logra ser ‘ARINTINTIN’, pero es que sólo hay una canción este año a la altura y es su extended mix. Y aun así, ojo, vaya otros dos temazos se sacan. ‘Vvgina’ es el petardeo supremo y fabuloso que nos encantaría de una Charli XCX ahora mismo, mientras que ‘H.O.T.’ se mueve por un hip hop popero y lascivo muy superior al de la mayoría que se hace actualmente. Todos son sonidos bien explotados de finales de los noventa/primeros dosmiles, depurados en su faceta más eufórica y renovados en su justa medida para tenernos enganchadísimos. 9 minutos que quemar intensamente una y otra vez. GIVE ME THE BLING BLING. (Black Gallego, excel en la tier del 2 de abril)
42. Sei A - Love & Chaos
Género: Para las viudas de The Field
Nada menos que ocho años después, el productor escocés Andy Graham vuelve a publicar álbum, y lo hace con el que es su mejor trabajo hasta la fecha. Este cuarto largo, Love & Chaos (Aus, 2024), tiene la virtud de alejarse de grabaciones de corte tech house para sacarle punta a las producciones en las que logra un mejor resultado, el ambient techno. Bajo esas coordenadas es capaz de inyectar una mayor profundidad a su sonido, lo cual genera una atmósfera unas veces escapista, otras prendada de cierta solemnidad. Pero hay bastante más que unas simples ambientaciones gruesas, hay rupturas de la narrativa con momentos de mayor empuje y algún zarpazo de drum&bass. Así, tras un primer tema más iniciático, a modo de prefacio, 'Future Rest' ya entra en ese territorio que evoca a The Field, y 'New World' profundiza en ese perfil solemne.
A partir de ahí empieza el cambio de registro, imprimiendo un mayor tempo, y pasando a la parte más techno de ese ambient techno; el segundo queda como principal, y el primero como secundario. Cambian los equilibrios y sin que te des cuenta, 'Leaps' te ha metido en una pequeña espiral eufórica. Juega muy bien con la distribución de los momentos de emoción u otros más pisteros. Sin decantar la balanza claramente, pero mostrando buenas maneras en cada parte. Entrados en materia, a mitad de trayecto hay todo tipo de tamices jugando con el ensamblaje sonoro que propone, a veces casi un future garage que deja sutiles pero bonitos vocales ('Mirrors'). Para después dar otro pequeño giro en el registro, donde el final te fusila con los breaks e incluso líneas de desarrollo progresivo. En resumen, hay mucho y muy bueno en el regreso de Sei A al formato LP. Su trabajo más ambicioso hasta ahora, pero muy bien hilado, centrándose en los patrones que mejor le funcionan. Un cruce entre el grosor de The Field y la sensibilidad de John Beltran. Solo cabe esperar que el quinto disco no se haga esperar otros ocho años. (Ferraia, fue directo al excel en la tier list del 7 de mayo)
41. Moin - You Never End
Género: Las otras derivadas del club de lectura de Slint
Los caminos del señor son inescrutables y los del club de lectura de Slint también. El tercer disco de los londinenses Moin es lo mejor que han hecho hasta la fecha, un trabajo que potencia todo lo bueno que había en el debut y que quedaba más disperso en su anterior largo de 2022. You Never End (AD 93, 2024) huele a post muchas cosas, y se deja de devaneos sonoros que iban más hacia lo experimental para centrarse en el músculo guitarrero. Algo que les ha sentado francamente bien. Un camino no tan evidente entre el post-rock y una evocación literal a Slint tanto en su spoken word como en las rítmicas o las cuerdas reverberando.
Cuenta con una producción más pulida, más directa, tanto que es un disco carnoso, casi al que puedes tocar. Esputado en tu cara por momentos. En su interior hay un tema inicial con una marcha más de la habitual, y a partir de ahí un recital de melodías cavernosas, pesadas, que rezuman crudeza en 'Cubby' o solemnidad en 'Family Way'. La referencia es obvia: Mogwai. Pero no solo los Mogwai ensimismados mirando hacia abajo, pero también el de los primerizos y descarados de Young Team en 'C'mon Dive'.
Moin han dado un giro que hace olvidar un segundo trabajo más discreto para volver a aporrear ensanchando todas las brechas abiertas de su debut. Con esas melodías estiradas más post-rock, jugando con los silencios de la calma tensa pero sin explotar, regodeándose en el solemne ruido pesado de la guitarra. Y con alguna cuerda al aire al estilo art-punk. Con el acierto de introducir mayor parte vocal. Quizá lo más emocionante sea 'Happy In The Wrong Way'. ¿El camino contrario al club de lectura? En cualquier caso, un discazo. Puede que grower para algunos, pero sin duda, uno de los discos más excitantes del año. Intenso, más sorprendente, suelto como si fuera un debut. De los que absorben fuerte. (Ferraia, fue directo al excel en la tier del 29 de octubre)
Peazo lo de Moin. No los conocía, pero tienen atrapado desde el primer rasgueo.