Se ha muerto Tom Verlaine...
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Los jitazos de la semana
Para empezar el lunes, la ración de las canciones y jitazos de la semana ya está actualizada en la plataforma que uses.
A través de este link podrás acceder a la lista tanto en Spotify como Tidal y Apple Music.
Se ha muerto Tom Verlaine
Se ha muerto Tom Verlaine y no sé cómo hacerle justicia, a él y a su importancia real y sentimental. Todo lo que haga va a ser hacer de menos a sus canciones y yo nunca he creído en nada a excepción de en la guitarra de Verlaine. Antes de ella no había nada y después de ella no habrá nada. La música de Television es tan profunda y conmovedora que hablar de ella en su conjunto me llevaría horas, días, quién sabe si meses.
Hoy no es turno de grandes ejercicios narrativos, de obituarios minuciosos sobre los detalles de la vida de alguien: hoy sólo hablaremos de Television y el fin de los tiempos, de Television y la melancolía a flor de piel. Porque cuando los discos de Television se cierran cuadran el círculo y el espacio-tiempo se pliega sobre sí mismo. Porque cuando ‘Torn Curtain’ y ‘The Dream’s Dream’ agotan su último acorde no resta nada que merezca la pena volver a escuchar.
Hay quien cree que las canciones de Television, las mejores, son ‘Prove It’ y ‘Torn Curtain’. ¿Es esta afirmación cierta o no es más que una exageración retórica como la que abría tan pomposamente este artículo? Por un lado, es obvio que ‘Prove It’ es la canción que al menos logró un mayor éxito en las listas de ventas cuando Marquee Moon fue publicado en 1977. Es también la canción más pop, a la que más fácil resulta volver y la que, dispuesta justo antes de la épica ‘Torn Curtain’, antepone a los dos Television que se pasearon en plenitud en apenas dos discos: aquellos que sabían hacer pop desde el rock y aquellos que caían en la megalomanía de Tom Verlaine y en ejercicios artísticos de una dimensión sideral.
It’s warm and it’s calm and it’s perfect.
El paradigma de estos últimos es ‘Marquee Moon’, pero también la mucho menos reconocida ‘Torn Curtain’. Si ‘Marque Moon’, como decía Richard Hell, era un ejercicio de virtuosismo instrumental demasiado controlado por Tom Verlaine, demasiado empeñado en ser perfecto, ‘Torn Curtain’ era el talento mirando a los ojos de la melancolía y de la tristeza más desgarradora. La cortina rasgada hiela el alma y a cada punteo de Verlaine el corazón se descompone. Sabemos qué expresa ‘Torn Curtain’, el más oscuro de los sentimientos humanos, ¿pero sabemos qué dice?
Torn curtain reveals another play / Torn curtain, such an expose! / I’m uncertain when beauty meets abuse / Torn curtain loves all ridicule
Hay quien dice que ‘Torn Curtain’ es en realidad Tom Verlaine, dada la similitud fonética. También hay quien dice que la cortina rasgada, el abuso sobre la belleza, es un paralelismo de la violación. Lo cierto es que, como casi todas las letras de Television, ‘Torn Curtain’ está preñada de metáforas literarias, ideas retorcidas y mensajes ocultos. Lo que sí parece claro es que ‘Torn Curtain’ habla del paso del tiempo y, quién sabe, de la juventud perdida trágicamente: los años que se suceden como lágrimas, las lágrimas que son gotas del pasado, lagrimas y años. Puede que ‘Torn Curtain’ sólo sea la pérdida, y que ese sólo ya sea mucho.
Adventure no fue, ni mucho menos, una digna continuación de Marquee Moon. Probablemente porque era imposible dar continuidad a una obra tan gigantesca. Pero Adventure fue un gran disco igualmente, y tras el inusitado ritmo pop adoptado por el grupo en la primera mitad del disco Tom Verlaine decidió recuperar el magnético pulso de su guitarra y de los medios tiempos enigmáticos. Es el caso de la dulce ‘Carried Away’ y, en mayor medida, de ‘The Fire’. Pero por encima de ambas sobrevuela el fantasma de una de las canciones más misteriosas e infravaloradas de todos los tiempos: ‘The Dream’s Dream’, el tema que, como ‘Torn Curtain’, cierra el disco.
The elevator called me up / She said you better start making sense / The stone was bleeding, whirling in the waltz / I went to see her majesty. The court had no suspense / She said, “dream dreams the dreamer” / I said it’s not my fault
He buceado por la letra de ‘The Dream’s Dream’ durante años y nunca he llegado a nada concluyente. Su sonido, su temática literaria, me fascina profundamente. ¿Qué se esconde tras la quebrada voz de Verlaine y tras el celestial solo de guitarra que, progresivamente, se adueña para siempre de la canción? Una visita a la corte, tal vez. Un homenaje a Alicia en el país de las maravillas, quizá. Sueños sueña el soñador, inquirió su majestad, a modo de veredicto final. Y en el borde del fin de los tiempos, el acusado sólo acertó a decir: “no es mi culpa”. Culpable, sin duda, ¿pero culpable de qué? Quizá de ir más allá de los límites de lo real. De desviarse del camino, de soñar otros mundos.
Puede que Verlaine se autoexculpara a sí mismo, a su ego y a su ambición. Pero sólo puede.
‘The Dream’s Dream’ se apaga lenta y tensamente. Aquello era en realidad el fin. Television no volverían jamás. De hecho sí que lo harían, y sería en la década de los noventa, pero todos sabemos que aquellos no eran los verdaderos Television. Tan sólo una sombra difuminada de lo que llegaron a ser, en feliz recurso literario. Feliz porque nada como la literatura para hablar de Television: nada como el arte para definir su música.
Se ha muerto Tom Verlaine y podemos recordarle en sus piruetas creativas, siempre llenas de chispa y sorpresa:
O podemos aprovechar para hacer sangre de otros, como necios que somos:
O podemos callar para que no se nos note mucho cómo lo copiamos todo:
Pero se ha muerto Tom Verlaine y es un día tristísimo.
Hay un hombre en España que todo lo sabe del post-rock
Nuestras congratulaciones a Ugo Fellone Pérez, que ha conseguido la hazaña de demostrar que el post-rock sigue siendo objeto de estudio en 2023. La Universidad Complutense de Madrid ha publicado su tesis doctoral “El post-rock en España: genealogía de sus parámetros musicales y discursivos” y apunta a lectura recomendable. Y no lo decimos porque entre sus citas aparezcamos nosotros (quizá un poco sí, pero a ver, Hipersónica contribuyendo a la Academia no es algo que esperasen ni nuestras madres). Pero, vamos, que lo importante es alegrarse por Ugo y por los estudios en profundidad sobre las músicas que nos gustan.
La IA va a por la música también
La Inteligencia Artificial está causando tremendos avances en diferentes áreas, desde mecánicas como redacción de textos o relleno de Excels hasta intentar replicar las creativas. El uso más prominente en el cine ya os lo hemos comentado, pero ahora ha irrumpido uno que está trayendo de cabeza a los IAbros: la generación de música.
Pero esta vez no es ChatGPT, que está en camino de ser el AOL del sector. Google ha presentado MusicLM, que pretende generar melodías complejas y de alta fidelidad a partir de instrucciones textuales o incuso el tarareo o silbidos que compartamos.
En el paper publicado por la propia Google, esta herramienta ha recibido un entrenamiento de aproximadamente 280.000 horas de música de diferentes estilos. Podría producirnos una pieza de dream pop, un amago de banda sonora de arcade, una base de reggeaton con electrónica al instante.
Por el momento Google no se plantea lanzar esta herramienta al público, y el motivo es claro: para entrenar a esta IA son necesarias las miles de horas de música real que, por supuesto, tiene derechos de autor. Alrededor de un 1% de las composiciones de MusicLM proceden de obras ya existentes, así que mejor no jugársela.
Suena rompedor, claro. Pero, por otro lado, lo de trampear con secuencias y computadoras para generar música suena a algo que la electrónica ya desbloqueo antes. Leñe, les vamos a presentar a Google a nuestro amigo Aleksi Perälä, a.ka Mr. Colundi, que saca 27 discos de ambient arenoso al año gracias a una secuencia que se encontró y vende como una secta desde entonces.
Hay algo también de secta en el comportamiento de los techbros que se emocionan con estos avances. Llamadnos abuelos cebolletas, que estaréis en todo vuestro derecho, pero es difícil no torcer un poco el morro cuando lees cosas como “google almost solved music generation”, que suenan a sueño húmedo de Daniel Ek.
¿Os acordáis de cuando la ciencia ficción futurista describía utopías en las que el avance tecnológico llegaba a reemplazar los esfuerzos físicos más desagradables y agotadores emocionalmente para que los humanos se pudieran centrar en trabajos más creativos? ¿Cómo hemos llegado al punto donde hemos creado avances para justo lo contrario?
Leslie, para el carro
De las nominaciones a los premios Oscar llamó de forma clara la atención la entada de Andrea Riseborough en mejor actriz por To Leslie, una película independiente sin apenas promoción que en la semana previa al anuncio empezaba a estar en boca de todo el mundo. Resulta que todo ha sido un movimiento exprés muy coordinado para poner el foco en su protagonista, y ha funcionado de perlas.
Lo repentino de este fenómeno ha sido motivo de desagrado para muchos, especialmente para aquellos que denuncian la ausencia de representación de mujeres negras en las nominaciones. Viola Davis (La mujer rey) o Danielle Deadwyler (Till) quedaron fuera a pesar de estar en la pomada toda la temporada y haber seguido el juego esperado, mientras que Riseborough ha conseguido triunfar desde fuera, lo que se ha visto como otro gran ejemplo de hipocresía hollywoodiense.
Pero más allá de esas controversias, lo cierto es que la sorpresa general ha llevado a que la Academia decida investigar los procedimientos de la campaña de To Leslie, por si se han realizado prácticas poco éticas. Si se demuestra que han sido agresivos de más en sus esfuerzos por compartir el remarcable trabajo de Andrea, esta puede ver revocada su nominación.
¿Hay precedentes de algo así? El más inmediato que se nos viene a la cabeza es el de La odisea de los pioneros, cuya canción escrita por Bruce Broughton y Dennis Spiegel e interpretada por Joni Eareckson Tada fue descalificada después de saberse que habían contactado indebidamente con otros miembros de la rama musical para obtener votos.
¿Nuestros dos céntimos? Que esto no llegará a nada. No ya por evitar una humillación pública de Riseborough y del colectivo de actores, que ha participado intensamente en la enorme cámara de eco, sino porque puede encontrarse el perfecto vacío legal en que no está contra las reglas que otros actores vean la película y sean ellos los que pidan el voto.
Eva Green al descubierto
Vale, sentimos la publicidad engañosa del encabezado, pero realmente si se ha desvelado de Eva Green, una de esas pocas estrellas que mantienen un enigma en torno a ella y su vida, en tiempos donde todos buscan hacerse los majos en entrevistas y vídeos en redes para que sea compartido por Twitter. En concreto, se ha desvelado el contenido de su Whatsapp, que se ha leído delante de un juez.
Vamos por el principio, porque igual lo del juez os despista. Green firmó en 2019 para protagonizar A Patriot, una película de ciencia ficción de bajo presupuesto en la que también aparecerían Charles Dance y Helen Hunt. La producción patina y la película nunca se hace, pero la actriz decide demandar a los productores por el valor de su salario, unos 940.000 euros (casi una cuarta parte del presupuesto total).
Los productores hacen su contrademanda, asegurando que la producción fracasó porque Green intentó sabotearla. Su argumento se basa en que entre bambalinas ha ido desprestigiando a los productores y jodiendo la financiación, algo que la actriz niega asegurando que ha cumplido con lo establecido en su contrato.
Para intentar sostener la acusación el equipo legal ha tenido acceso a las conversaciones de Whatsapp de Green, donde habla de uno de los productores ejecutivos como "malvado", un "loco", un "sociópata taimado" y "puro vómito". A otro lo pinta de "un maldito imbécil", pero a ambos les otorga apelativos comunes como "gilipollas" y que les habían obligado a contratar a “campesinos de mierda” para el equipo de rodaje.
Joder, menos mal que está Green para mantener el estatus engolado y clasista del Hollywood de antaño.
Ley del mínimo esfuerzo
Algunos no están terminando de ver con buenos ojos que The Last of Us esté basando su propuesta en una réplica casi idéntica de planos y diálogos ya presentes en el videojuego original. Aunque puede ser mucho peor. Puede ser U2 regrabando sus clásicos para Songs of Surrender y que parezca que la han hecho en diez minutos y mirando el móvil. Terrible esto.
Pausa de minutos musicales
Ronda de emojis y breves
😂 Rick Ross rechaza conducir un Tesla. No por movidas con ILON, sino porque teme que el gobierno lo reprograme para llevarlo hacia la policía.
🥶 Netflix se carga dos películas que tenía completadas y busca gente que se las compre. Menudas joyas serán si no valen ni para ellos.
Por si te lo has perdido:
("Valladolid, buenos días" es una canción de El Niño Gusano. También es una sección de actualidad de Hipersónica. En 15 minutos, estarás al día de lo relevante en nuestro terreno. Cada lunes, miércoles y viernes en tu buzón de correo o en la web de Hipersónica.)