Los mejores discos internacionales de 2022 (5 y final)
Ordenados en cómodo ranking para que ASJAK$ASDA&JDSWEBSA
Hi, personicas:
Hemos llegado al final. Las partes anteriores fueron:
10. Ethel Cain - Preacher's Daughter
Cuesta llegar a encontrarse cómodo en el debut en largo de la estadounidense Ethel Cain. De hecho, parece estar todo perfectamente colocado para que no puedas relajarte. Cuando crees que has cogido la posturita en el sofá, resulta que hay un nuevo muelle inoportuno que te obliga a enderezar de nuevo la espalda.
Se trata de un disco largo. 75 minutazos repartidos en 13 temas. Y si no vienes avisado de antes, en los dos primeros te preguntas qué coño pasa aquí. 'Family Tree (intro)' no hace honor a su nombre. Es un tema oscurísimo que no obedece a ningún tipo de introducción anodina y evitable. Ya esto es una canción mayúscula, pero que no se corresponde con la enegía pop mucho más facilona de 'American Teenager', que promete un disco de pop cercano al mainstream que ni de puta coña llega a aparecer nunca. Ni de lejos.
De hecho la siguiente, 'A House In Nebraska' sí sirve por fin para ir cogiendo la temperatura a 'Preacher's Daughter' (y ni siquiera del todo). Un baladonazo pop intachable, catedralicio. Una de esas canciones por las que ya te da igual el resto del disco. Podría ser una mierda, que siempre tendrías una canción a la que volver hasta que te mueras. Pero es que además 'Preacher's Daughter' acumula una cantidad indecente de temas que le están a la altura.
'Family Tree' juega con desatar una tormenta que no acaba de llegar, hasta que arrasa con todo. 'Thoroughfare' no solo le ve la apuesta, sino que se la sube. 'Ptolemaea' coquetea con es post metal en un disco que, insistimos, empezaba con un notable amago de hit pop mainstream. Y 'Sun Bleached Flies' repite lo que son todos los temas extensos (hay muchos) de este álbum. Un lugar en el que disfrutar a calzón quitado de la épica más premeditada y golosa. Estrellón en ciernes. (Chou)
Crítica en la tier list: Ethel Cain - Preacher's Daughter
9. Galaxian - We Are Power
Doce años después, Mark Kastner vuelve a producir en larga duración. Y lo hace con un segundo LP mucho más trabajado que su debut Repent de 2010. Siguiendo por el camino electro, en esta nueva entrega, el productor afincado en Glasgow reflexiona, como ya han hecho tantos otros, sobre la máquina, los humanos y el poder que ambas partes ejercen. Sin embargo, al trabajo le acompaña un aura de trascendencia que va creciendo conforme el disco avanza. Si bien esa capa cósmica solemne ya empieza en el primer tema, envolviendo el spoken word de citas del activista indígena John Trudell, en 'Full Spectrum Resistance' esto empieza a crecer ya como la espuma por la vía del electro y el techno: texturas constantes, capas que se solapan y entremezclan con un sonido añejo que le da una fuerza tremenda.
A partir de ahí, el disco es un festival de cierta experimentación barnizada por los parámetros antes mencionados, que en cortes como 'Natural Energy' siguen esa sensación de trascendencia, para después jugar de forma fantástica en las segundas líneas de temas como 'Messianic Delusions', que pueden evocar al Actress de R.I.P por esa ecléctica mezcla y a la vez sutileza de algunos de los sonidos empleados. Pero para acabar con ese sabor a Excel, a discazo, Kastner retoma de nuevo ese poder de las máquinas para elevar al cosmos en 'In Reverse'. Máquinas al servicio de la solemnidad. Preludio del tercio final del disco donde encontrarse con un electro duro, sin concesiones, que irán llegando para reventarte la sesera en 'We Are Power (The Final Assault)'. Como pasa tantas otras veces, después de la hostia, los productores te meten ese tema suave, bonito, para culminar, como colofón al disco. Y sí, ese es el precioso cierre que tiene con 'Code of Existence', con las palabras de Trudell al volante y las reflexiones sobre el poder de fondo que plantea Galaxian. Si es cosa de las máquinas o de los humanos, lo dejamos para otro día. De momento, discazo. (Ferraia)
Crítica en la tier list: Galaxian - We Are Power
8. King Hannah - I'm Not Sorry, I Was Just Being Me
Aquí hay grupazo. Hannah Merrick y Craig Whittle se han sacado de la manga un debut que aúna los aires seductores de Portishead ('All Being Fine' es una lección de sensualidad, de manejo del tempo impecable y 'Foolius Caesar' no le envidia ni un ápice), la oscura obsesión que despertaba la PJ Harvey de inicios de los '00 ('Big Big Baby' te vuela la cabeza quieras o no quieras, sin necesidad de alzar la voz más de lo estrictamente necesario y la pesadísima guitarra de 'Go-Kart Kid (Hell No!) sabe a gloria pura) y la capacidad de construir temas tan imponentes como 'The Moods That I Get In'. Incluso, por seguir con ejemplos coetáneos, no cuesta ver a Pavement en temas como 'Ants Crawling on a Apple Stork' o en el tema que da nombre al álbum.
Un disco que, más allá de influencias de renombre, alcanza un poder propio abrumador. Seguramente, de los mejores debuts de lo que va de año. (Chou)
Crítica en la tier list: King Hannah - I'm Not Sorry
7. Ezra Furman - All of Us Flames
Canciones para un viaje largo de carretera, canciones mechero en el estadio, olor a viejas canciones reivindicativas de los momentos importantes... Lo nuevo de Ezra Furman tiene todos los visos de ser otro disco refugio, como lo fueron anteriores con grandes canciones repletas de vitalidad en las que quedarse a vivir, y como también había pasajes de lamerse las heridas. En su caso, con la cuestión de género. All of Us Flames es inevitablemente, otro disco hijo de su tiempo, con emoción a flor de piel en piezas como 'Throne Lyrics'. El cambio continúa en la penumbra / Largas sombras en el callejón al amanecer / Los que siembran pronto cosecharán / Los que gobiernan pronto dejarán el trono.
Todo con el envoltorio de esas canciones de rock añejas con aires de solemnidad a lo Springsteen y la E Street Band en 'Forever In Sunset'. Un giro hacia el clasicismo en detrimento de esa parte más indie rocker que también le funcionaba tan bien. Pero claro, a ver quién se opone a ese prominente saxo de 'Point Me Toward The Real'. Y de nuevo, Furman vuelve a golpear con 'Lilac and Black', otra vez con la cuestión queer, con letras de supervivencia y superación, acompañadas de esa instrumentación propia de una artista que es algo más que otrasolistadelindierock. Y así, una, y otra, y otra. Cuando te das cuenta, Furman te ha vuelto a encoger el corazón en un puño. Hay menos guitarrazos, pero parece el precio pagar en su transformación a gran artista. Letras sobre racismo, temas desnudos sobre experiencias familiares y una constante mención a escapar y mirar hacia delante. Menciones a lo individual y a lo colectivo. Canciones para una vida. Sí, Furman ha vuelto a hacerlo. Ahora sacad los mecheros (y los pañuelos). (Ferraia)
Crítica en la tier list: Ezra Furman - All of Us Flames
6. Spiritualized - Everything Was Beautiful
A veces ocurre que en tu menú hay dos ingredientes. Uno de ellos te gusta de la hostia, y el otro meh. Ahí tu estrategia deglutiva varía en función de tu edad, probablemente. De pequeño te jalas lo que te mola y luego ya intentarás escaquearte con lo que no. Pasan los años y va cogiendo fuerza la teoría de que mejor comerte primero lo que no te mola demasiado para luego gozarlo como un gorrino con el buen sabor de boca final. Pero luego hay otro tipo de días. Esos en los que los dos ingredientes son la leche y, al ver el plato, se te cae la lagrimita y te asedia la duda de por dónde empezar.
Algo así debió pensar Jason Pierce hace cuatro años, cuando se encontró con que tenía un puñado de canciones que eran grandiosas, épicas, enérgicas, vitales e imprescindibles. Tanto que en su mente no quiso nominar a ninguna, y se planteó entregar un doble LP. Le quitaron la idea de la cabeza y aquello acabó siendo And Nothing Hurt, un disco sobresaliente. Cuando se supo que buena parte de este Everything Was Beautiful nacía de las canciones que no habían entrado en aquella selección final, nos quedó un poquito la sensación de que "se viene un disco de caras B, rarezas e idas de olla".
La extraordinaria factura de 'Always Together with You', la canción de amor por excelencia, nos quitó de un plumazo los miedos. Nos llenó de electricidad los corazones y nos puso alerta ante la idea de que Pierce se sacase el enésimo as de la manga. Así ha sido. Así lo es mientras escuchas la fuerza desbordante de 'Best Thing You Never Had (The D Song)', el cambio de registros de 'Let it Bleed' o la delicadeza extrema de 'Crazy'. Pero no os engañamos si os decimos que, a esas alturas de disco, Spiritualized hubiese estado en la fila del Discos que Sí. Ahora bien, amigas: 'The A Song (Laid in Your Arms)' y 'I'm Coming Home Again'. Ay. AY. Qué derroche de facultades. Qué extraordinario resulta siempre lo que sale cuando Pierce simplemente se deja ir y suelta toda su rabia, su increíble talento y su desbordante ingenio. Dos piezas extraordinarias. Que juntas suman casi el minutaje para hacer un EP excelso, pero que en el final de este disco lo llevan al sobresaliente. (Chou)
5. Big Thief - Dragon New Warm Mountain I Believe in You
Supongo que uno de los objetivos del arte es transportarte a otros lugares. No es más que otra forma de decir que tiene que hacerte sentir cosas, pero a menudo esas cosas no están en el lugar en el que te encuentras en ese momento. No tiene ni siquiera por qué ser un lugar real, en absoluto. Y allí puedes encontrarte a gusto y a buen cobijo o inquieto, angustiado. En paz o completamente removido por dentro. La cuestión es que te haga sentir algo, lo que sería sin duda el primer paso del artista de cara a obtener un éxito con su obra.
Big Thief llevan tiempo dando con la tecla de hacernos sentir cosas. A menudo, como en este 'Dragon New Warm Mountain I Believe in You' (su puta madre con el nombre) una sensación de paz, de bienestar y de sentirnos embriagados ante tanta belleza. Porque joder, no tenemos puñetera idea de cómo va eso de las fiestas en ranchos al calor de una hoguera en una noche de verano, pero qué fácil es dejarse llevar por 'Change', por 'Sparrow' o por 'Flower of Blood' para imaginar tal estampa. Y qué bien se está aquí, todo el rato.
Big Thief han lanzado un disco enormemente arriesgado. Que se va a los 80 minutos repartidos en 20 canciones. Y, claro, no tardarán en salir los agoreros de “seguro que algo es paja, seguro que era mejor con menos temas”. No les hagáis ni puto caso. Arriesgan y ganan por goleada. Da igual si exploran el terreno country en temazos como ‘Certainty’, ‘Red Moon’ o ‘Blue Lightning’ o si se acercan más al pop, como en el tema que da nombre al disco o en 'Love Love Love’. Incluso en terrenos electrónicos, mucho menos presentes en el álbum pero que, cuando aparecen, lo hacen con la ma-es-trí-a de ‘Blurred View’.
Es probable que ese momento ya debiese haber cristalizado con discos previos, pero ‘Dragon New Warm Mountain I Believe in You’ viene a confirmar que Big Thief ya no es que sea una de las mejores bandas de la actualidad (seguramente infravalorada) sino que probablemente estemos ante un grupo que debería ser enumerado cuando alguien os pregunte por nombres imprescindibles del presente siglo. Y a Adrianne Lenker como una compositora absoluta. Y, en este disco, además, con la virtud de que da igual quién te lo pregunte. Si tu abuela, el panadero, la profe de los niños o el monitor de spinning. Big Thief han conseguido grabar el disco absoluto, aquel que jamás te dejará en mal lugar si lo recomiendas. (Chou)
4. Jermiside & The Expert - The Overview Effect
Como disco, el de Jermiside & The Expert es tan disfrutable y, además, puede ser una excelente apuesta si aun no os habéis caído en las redes del hip-hop (y a estas alturas a qué esperáis, cuando sigue siendo uno de los pocos géneros con capacidad de sorpresa intacta).
The Overview Effect es una sorpresa deliciosa: una mezcla entre la psicodelia soul y el hip-hop ejecutada de tal manera que siempre parecen las canciones más divertidas posibles. No hablamos de producciones bombásticas, de la búsqueda del hit actual: hablamos de perfecta fusión, de una sensibilidad infinita para coger la época dorada del hip-hop y el sampleado de discos y utilizarla como trampolín para rimas conscientes, denuncia social y CANCIONACA.
The Expert tiene una colección de discos muy parecida a la de cualquiera que ama el pop psicodélico de los 60. Así que ha decidido que el hip-hop puede teñirse de los Zombies, de Beach Boys, del Forever Changes y de todo lo que pasaba cuando el mundo aún pensaba que podía alucinar colectivamente.
No debería costaros mucho más que escuchar 'I Love You, Still?' (una canción de desamor y dudas… hacia su país) o 'Crime Rule The City' para entender que aquí están algunos de los mejores minutos de hip-hop recientes. Uno que, además, abre la puerta a cualquiera al que le gusten los 60s psicodélicos (de pop, de soul) y los 70 y que reflexiona, de manera pausada aunque a veces encabronada, sobre los retos raciales, la inequidad, el fracaso policial, la codicia y el ecologismo. Vaya discazo. (probertoj, en el Rimas a Paladas de octubre)
3. Ashenspire - Hostile Architecture
Son escoceses, pero cuenta: ¿Son Ashenspire el primer caso de la nueva generación británica del club de lectura de Slint aplicado al metal? Ya sabéis, los Black Midi, Squid y compañía que revuelven las entrañas del art-post-post-post-punk con variedad de sonidos, instrumentos y vigorosas composiciones. Hay muchos detalles de bandas de dicha generación en este segundo disco de esta banda avant-garde, y la verdad es que impresionan de veras.
Menos punk y más metal extremo cargado de atmósferas, Hostile Architecture emplea muchos de esos códigos y encuentra terrenos fascinantes a los que llevarlos. No sólo eso, sino que crea uno de los trabajos de metal abstracto y ambicioso más deslumbrantes que se han escuchado recientemente, encontrando todas las vueltas posibles que darle al sonido y elaborando piezas magníficas que te van absorbiendo poco a poco, incorporando de la manera más orgánica instrumentos como el saxofón, el violín o el dulcémele sin que quede (demasiado) estomagante por pretencioso. Uno de los hallazgos del año. (Black Gallego)
Crítica en la tier list: Black Country New Metal
2. Porridge Radio - Waterslide, Diving Board, Ladder To The Sky
Porridge Radio han escogido dejar de ser un grupo más. Y lo hacen de tal forma que no puede casualidad: Waterslide, Diving Board, Ladder To The Sky está repleto de decisiones musicales con las que consiguen escapar a los trucos habituales del indie-rock. Quizás pocos mejores ejemplos de esto que ‘Birthday Party’, la cuarta canción en un tramo inicial imponente. Cada vez que la escucho pienso que ese “I don’t wanna be loved” tendría que acabar en la tercera repetición. O quizás en la sexta. Cada vez que vuelve a sonar sorprende lo fácil de esos cambios consecutivos, y la intensidad que a veces se consigue con la sencillez.
Porridge Radio construyen en su sexto disco una obra magna, deprimente y reconstituyente a partes iguales, y a la manera clásica: dándole toda la importancia al paso de las canciones, no pensando en ellas como hits aislados. La intro se funde en la preciosa electricidad de ‘Back To The Radio’ y parece que estemos en medio de Electr-O-Pura. Los teclados se hacen cargo psicodélico del fondo de ‘Trying’ o ‘Rotten’ y, coño, era así, era tan fácil, tan sencillo. Y duele por dentro. Como duele, so easy, ‘Jealousy’.
No son pocas las canciones que crecen desde un inicio que acaricia hasta que Dana Margoulin las transforma, con su voz sobrecogida, más angustiosa que teatral, en tormentas emocionales repetitivas. Nunca te vas a sentir bien del todo aquí, pero tampoco vas a necesitar marcharte. En la marejada musical y emocional de este disco, hay espacio para el grito emo y la rotura chamber pop (‘Flowers’). “Do you know you broke everything you touch?”, insiste en la tremenda ‘End of The Radio’. “Me pasé por tu sueño la pasada noche, pasé a decirte que no sé nada, que creo que está empezando de nuevo, que todo sabe tan mal… Soñé que cantabas mi canción, siempre la cantas mal” cuenta en la intensísima ‘U Can Be Happy If U Want To’.
Waterslide, Diving Board, Ladder To The Sky es tan emocionante que hay que colocarlo al lado de los mejores momentos de Car Seat Headrest. En esa parte de la música donde te sientes querido, pero también notas que vas a tener que sacar toda tu mierda de dentro, porque un amigo está ahí para darte apoyo. No hay muchos discos que ofrezcan esa empatía al oyente, sería una pena que los dejásemos pasar por alto porque pensásemos que sus creadores no iban a ser tan buenos como al final son. (probertoj, en la tier list del 23 de mayo)
1. Backxwash - His Happiness Shall Come First Even Though We Are Suffering
Podemos ya prácticamente confirmar que Backxwash es una de las fuerzas más renovadoras y transgresoras del hip hop underground ahora mismo. Tras dos discos arrolladores y tormentosos donde lo industrial, el horrorcore y hasta el metal extremo se han ido dando de la mano con las rimas más punzantes y personales a este lado de la ruidera, la rapera de Zambia se consagra.
His Happiness Shall Come First Even Though We Are Suffering vuelve a contar con todos los elementos descritos, llevado a un nuevo nivel en canciones tan torrenciales como fresquísimas. Su habilidad para el sample sorprendente y bien ensamblado está a la altura de una manera de rapear que resulta combativa y urgente. Mientras se abre en canal va reclamando tu atención con un flow al límite, unos gritos agónicos que van vestidos también de chándal.
Su manera extrema de plantear el hip hop la condenan casi al nicho, pero es también la que la vuelve esencial. De la manera de implantar réquiems en 'Vibanda' a su manera de recoger y retorcer lo planteado por Algiers en sus inicios con 'Kumoto', pasando por el industrialismo extremo de 'Nyama' o cómo te pone contra la pared en 'Nfwiti'. Incluso se reserva una nota melódica final en 'Mukazi' donde demuestra que, si quiere, también podría adelantar por la derecha a la escuela de herederos de Kanye West. Backxwash consigue aquí encapsular el concepto de "nah, de locos". (Black Gallego, crítica original)
Sahron Van Etten en el top 50 y Angel Olsen ni aparece en la tier anual de hipersónica. Definitivamente no quedan certezas en este mundo.