Los mejores discos internacionales de 2024 (2/5)
Los discos del año, ordenados en cómodo ranking para que te lo puedas flipar
Hi, personicas:
A la parte 2 siempre le antecede la parte 1.
40. English Teacher – This Could Be Texas
Género: ¿Qué echan en la bebida del club de lectores de Slint?
No siempre todo lo malo se pega. Si el post-punk revival acabó como una de las cosas más plomizas y finalmente sin gracia de las islas británicas, hoy todos los nuevos hijos del art punk; lectores del club de lectura de Slint que decimos por aquí, han cogido el camino diametralmente opuesto. Frente al inmovilismo y las zonas comunes, abrir en vena los géneros raíz para ofrecer discos completísimos, repletos de talento desbordante. El art-punk, el art-rock, el post-punk, el post-rock… Un sinfín de etiquetas para propuestas que conceptualmente vienen de lo mismo y cuyas variaciones sonoras muchas veces son casi testimoniales. Cartas de la misma baraja.
English Teacher son los últimos que han llegado al vecindario. Abriendo las venas del indie rock para ir a ese camino artie donde las estructuras clásicas ya no se aceptan. Se han superado. Y qué bien, después de tantos y tantos grupetes anglosajones, sobre todo Estados Unidos, facturando discos clónicos. This Could Be Texas (Island, 2024), que ya viene de la mano de una multi como Island, que al igual que Warp, ha visto el oro en esta nueva hornada de chavales ingleses con ganas de romper moldes. Por ahora, apuestas seguras. Aunque siempre hay quien intenta darnos gato por liebre, como ha sido el caso de Glass Beach, interpretando el signo de los tiempos, pero mal: puro artificio y sobrecarga.
El debut de English Teacher va por el lado contrario: también gustan de vientos y pianos, algo que casi parece obligatorio en esta nueva cosa slintiana. Pero sin forzar. Metraje de canciones notables que después engarzan un tema sobresaliente. Un muelle que se va estirando para pegar el sopapo, volver a replegarse en esos temas notables y una vez más, sablazo.
Si hace años teníamos que esperar a un segundo o tercer disco para ver un sonido maduro y definitivo de ese grupo joven, hoy estos chavales empiezan ya desde arriba: con álbumes muy trabajados con los que ellos mismos se imponen una exigencia máxima para el siguiente capítulo. Aquí, trece cortes que ir digiriendo poco a poco, precisamente por una ornamentación que quizá no entra de primeras pero que muestra todo lo que hay detrás. Ensamblajes complejos, tejidos poco a poco, sin prisas por pisar el pedal de distorsión.
En lo que sería un debut normal de gente con potencial, un tema inicial como ‘Albatross’ no se hubiera resistido a detonar la canción de primeras. Aquí aguantan, piano, solo crescendo pero contención. Y ya en ‘The World’s Biggest Paving Slab’ la exuberancia sonora empieza a soltarse, con la guitarrita indie rock llevando la batuta, haciendo de puente entre estribillos que van sumando sonoridad. Y después un poco de saxo y otro frenazo tras la crecida en ‘Broken Biscuits’. Es entonces cuando el muelle se va soltando y ya empieza a mostrar ese indie rock de altos vuelos como ‘I’m Not Crying, You’re Crying’, con tantos detalles precisos mientras la vocalista Lily Fontaine se desliza sobre ellos.
Un muelle que se repliega de nuevo para ir soltándose y repetir el proceso. Con algunos dejes del math-rock y pasos previos al avant-garde de Black Midi en el tema que da nombre al disco. Entre esto y una emotiva pieza final, uno de los mejores temas, y uno de los más excitantes del año, ‘The Best Tears of Your Life’. De forma paradójica, recurriendo a un efecto que quizá puede descuadrar en un trabajo tan ‘serio’ como este, con el auto-tune. Pero que queda ni pintado y que da pie al gran clímax del disco con la parte final del tema. Divina juventud y descaro. (Ferraia, fue directo al excel en la tier list del 23 de abril)
39. Ducks Ltd - Harm’s Way
Género: el good old raca-raca
Empieza a sonar la magnífica ‘Hollowed Out’ y Ducks Ltd te dejan claro que esta clase de banda podría ser la tuya. Es esa energía que transmitían también Wedding Present: la de una forma frenética de tocar que, sin embargo, no lleva sólo al subidón; sus caminos inescrutables esconden paradas en la oscuridad.
Es el viejo raca-raca, punteado por notas brillantes que, quizás, suenan melancólicas. El dúo de Toronto abre su disco con una de sus mejores canciones, dejando también claro en menos de dos minutos que no encontraremos aquí estampas de lo cuqui, que esto no es un disco para hacerse fotos y vender bolsos en revistas de lifestyle: All hollowed out from the inside, all of it getting harder and harder to explain. All we ever do is leave, a slow retreat through the same old scene forever.
Dicen que Harm’s Way es un disco sobre cómo todo a nuestro alrededor se va al carajo: “Sobre ver sufrir a la gente que me importa e intentar averiguar cómo estar a su lado. Y sobre la tensión de vivir en el mundo cuando parece que está a punto de derrumbarse". Tom McGreevy, cantante, letrista, bajo y guitarra rítmica, va colando viñetas dolorosas en canciones que para nada lo son. Es Evan Lewis, brillante en sus figuras de guitarra, quien parece estar continuamente rescatando a las canciones del pozo y enviándolas de nuevo allí. Mirad cómo ‘Cathedral City’ coquetea todo el rato con ser expansiva pero nunca deja de seguir hurgando en las heridas.
Por supuesto que a veces el viejo raca-raca se transforma en el bueno y anciano jangle. La acelerada ‘The Main Thing’ no puede sacudirse de encima el campanamuertismo más perdedor (living like a middle receiver / innings eater on a losing team). Y ‘Deleted Scenes’ es otra aportación maravillosa a un libro de oro que nunca deja de tener nuevas líneas.
Todo está en su justa medida, como cuando en ‘Train Full of Gasoline’ inyectan unas gotitas psicodélicas, pero no demasiadas para que no pesen. Y aunque el tramo de la segunda mitad del disco sea menos excitante, menos capaz de mantener la atención del inicio, va a ser Harm’s Way un disco al que volvamos bastante este 2024. (probertoj, fue disco que sí en la tier del 13 de febrero)
Liner Notes #10: Ducks LTD - Harm's Way
38. Chat Pile - Cool World
género: si Nirvana hubieran encontrado a Godflesh y The Cure a la vez
Para ser un grupo tan dado a la ruidera y el machaqueo, a explorar todos los sonidos áridos posibles, Chat Pile se han convertido en una sensación para turistas del metal tan desconcertante como la de Blood Incantation. En ambos casos cabría pensar que en sus aproximaciones al género están realizando algo cómodo y falto de colmillo para enamorar a gente distanciada del género, pero no es el caso de ninguno.
Habiendo conseguido un éxito rotundo con su debut, en Cool World deciden arriesgar más en los sonidos integrados en su manera de tocar sludge y noise profundamente desgarrador. Si los Nirvana de In Utero hubieran decidido que podían trazar puentes entre los golpes industriales de Godflesh, el nu-metal de Korn y las goticadas de The Cure, o incluso de referentes del deathrock, posiblemente estaríamos ante algo parecido a lo que suena en Cool World.
Lo interesante de Chat Pile es que no se contenta con ser mera ensalada de referencias, sino que la integración orgánica de las mismas les sirve para trazar un discurso propio donde el ruido se vuelve respuesta a la decadencia industrial e institucional que les rodea. Un mundo caído ante el que sólo queda machacar, aunque es posible que ya no quede escapatoria. Los discos que nos estarían entregando Daughters de no haberse decidido por ser gente de mierda. (Black Gallego, fue directo al excel en la tier del 14 de octubre)
37. Been Stellar – Scream from New York, NY
Género: Indie rock, angst juvenil, so Japandroids... el rollo de siempre
Después de unos cuantos años de epés, singles y un sonido sin depurar, este ha sido el momento del debut de los neoyorkinos Been Stellar. Y hay algo más que el juego de palabras de su nombre. Si en su EP de homónimo título de hace un par de años ya sonaba a algo medio serio, este debut en largo ya parece encarrilar un camino prometedor. Bastante ruido, clásico sonido de indie rock americano, a veces un puñetazo en el estómago, a veces un poco de angst juvenil. A veces un poco (pero poco) de abuso de los cánones. Cuando empieza a sonar el disco huele algo diferente de esa pila de grupos de indie rock USA que acaban tantas veces en los mismos sitios. En un género que suele dar pocos grandes grupos en los últimos años —bastantes más en esas pequeñas joyas en las que rasca el Frikexin—, Been Stellar no están ni de lejos ahí. Pero sí está ese aroma noventero o tempranos 00s, pero sin caer en el particular fan service.
Lo suyo no son los cambios de ritmo, juegan más la baza de una notable sonoridad que destaca en los momentos álgidos de las canciones y en el alma que imprime su vocalista, Sam Slocum. En ocasiones hay pequeñas trazas de un pasado post-punk revival (¿se acuerdan?) en piezas como ‘Shimmer’, pero las dejan taponadas sabiamente, aunque haya algún deje. Brillan especialmente en esos arranques que tienen a los viejos Japandroids en ‘Can’t Look Away’, con una batería que dirige a placer la canción y en esos estribillos contundentes como los de ‘Passing Judgement’. Todo dentro de esa vorágine de nostalgia y angustia juvenil que se desparrama por las paredes. A veces, como en el tema de cierre, quizá ya caen en partes demasiado manoseadas y vistas. En algún pasaje, da la sensación de que incluso en el tono y las guitarras haya algo de Pablo Honey. Con todo, para ser el debut, hay que darles el beneficio de la duda, pues se ven formas muy interesantes. (Ferraia, fue disco que sí en la tier del 27 de agosto)
36. Spectral Voice - Sparagmos
género: desmembrados en una tumba
Reducirlos a esto va a sonar simplista, pero es cierto que Spectral Voice funciona a la perfección como una imagen especular de Blood Incantation, siendo grupos que sólo varían en un miembro. Donde estos últimos son marcianos, técnicos, acelerados y vivazmente vanguardistas, los primeros remarcan la densidad, la lentitud, y también aspectos tradicionales del death metal que suena más oscuro y el doom metal más monolítico, llevados a extremos devastadores donde no parece apreciarse atrevimiento. Pero lo hay, y siempre tuve la sensación de que lograban llevar mejor a cabo sus ambiciones en Spectral Voices.
Su segundo disco, Sparagmos, refuerza esa sensación con un disco aún más siniestro y denso, pero que lleva a nuevos niveles ese metal extremo ominoso. Su exploración tampoco hace prisioneros, con un sonido tan grueso y apabullante que parece que destroza cráneos y separa extremidades como el ritual al que referencia el título. Podemos contar aquí con uno de los discos de género más comentables de cara al final de año, porque Spectral Voice han superado las dimensiones y la factura de lo que ya era uno de los mejore trabajos de metal de la pasada década. (Black Gallego, fue directo al excel en la tier del 13 de febrero)
35. Trent Reznor & Atticus Ross - Challengers [OST]
género: El tenis te folla, Torreznor también
Os podéis imaginar por qué las bandas sonoras no tienen demasiado espacio en estas tiers. Al fin y al cabo, es música cuya funcionalidad está a disposición de otra obra, y que puede carecer de interés para quien no haya visto/jugado dicha obra. Por supuesto siempre se hace una excepción con Trent Reznor y Atticus Ross porque:
1) Tienen ese pasado como Nine Inch Nails que los hace relevantes hasta cierto punto
2) Tienen bandas sonoras que terminan molando mucho fuera de las películas en cuestión.
Y Challengers, su trabajo para la romance sexual-deportivo de Luca Guadagnino, es sin duda digno de escuchar al margen de la película, ya que tienen ese pulso visceral, animal y sensacional del Reznor más bailongo. Embestidas de techno y house que despiertan más que un café, y que encienden el impulso por mover el esqueleto, y quizá otras cosas. Ambientes cluberos que se pueden ver acentuados en la interesante remezcla complementaria de Boys Noize (ARINTINTIN), y que conforman uno de los mejores trabajos de Reznor en bastante tiempo, no sólo en el terreno de las bandas sonoras. (Black Gallego, directo al excel en la tier del 7 de mayo)
34. Tristwch Y Fenywod - Tristwch Y Fenywod
Género: Tocan a liturgia hereje en tu pantano
Desde algún pantano de Leeds emergen Tristwch Y Fenywod, trío que debuta enterrándose en un lodazal de folk y ethereal wave para producir un disco de puro misticismo. Con esas reverberaciones que genera la cítara y la batería electrónica, sumado a los vocales que se pierden en el vacío como un lamento lejano, el trío logra imprimir esa sensación de desasosiego de la portada. Un disco cantado en galés, con una liturgia lúgubre, cuyo resultado es incontestable. Con tres integrantes que vienen de ramas bastante diferentes, de la electrónica a la bajista de The Courtneys, este debut homónimo logra impregnar la escucha de esa congoja que deja pegado a la escucha, una extraña belleza que necesitas saber cómo se continúa desarrollando.
Con unas líneas de bajo sencillas como las de 'Gelain Gors' le meten profundidad a una cítara que pica y repica, cual campana de iglesia de Edad Media buscando brujas que quemar, y cuyo efecto es fundamental para mantener el magnetismo de la escucha. Es el eje vertebrador. Se trata pues de una propuesta articulada desde la sencillez, como se ve durante los ocho temas, pero con unas evocaciones muy elocuentes. Como unos The Cure pasados a fuego lento o unos Dead Can Dance más etéreos, hay tantas referencias de oscuridad y sonido gótico como adjetivos oscuros que buscar. Cada cual puede buscar sus reminiscencias —pienso en un reverso tenebroso de Karin Dreijer a los mandos con The Knife—, pero es sin duda un trabajo que valorar también desde el cómo. Suena físico y artesanal; antiguo y doloroso con una entrada que ya deja poso con 'Blodyn Gwyrdd'.
A partir de los tres instrumentos, la ornamentación siempre se repite. Más limitado en ese aspecto, donde varía la intensidad dependiendo de lo que quieran recrearse en el aquelarre. Pero con gran efecto. Un disco bastante diferente a lo que suele llegar cada año y que atrapa fácil en esas tierras pantanosas. Sonido grueso y voces heréticas. (Ferraia, directo al excel en la tier del 1 de octubre)
33. Ulcerate - Cutting the Throat of God
género: no nos queda omeprazol
Con grupos tan notables y consistentes, al mismo tiempo capaces de hacer una música tan abrumadoramente poderosa, puede caer cierto peligro con las novedades. Puedes llegar a un momento donde no las sientas como tales, ves a la banda moviéndose otra vez bien en su terreno, expandiendo determinadas claves o introduciendo determinados sonidos que igual sólo aprecias tú, que te has metido en vena todo lo que han sacado y bien a gusto.
¿Te has acomodado tú como oyente? ¿Lo han hecho ellos? Sería fácil preguntárselo con un grupo que no ha dado pasos en falso como Ulcerate, una de las mejores en ese terreno del death metal técnico y agresivamente complejo. Pero Cutting the Throat of God parece sostenerse sin problema para encajar en una discografía ejemplar, e incluso llegar a ser capaz de distinguirse por sí misma. Melodías bien trazadas profundizan una sensación más bajonera y nihilista, dando un filo a las canciones en lugar de convertirlas en deslumbrantes ejercicios de atmósfera como su anterior trabajo.
Por supuesto, me he llegado a cuestionar si no estoy cayendo yo en una inercia y, por tanto, también lo están haciendo ellos. Pero cada escucha revela más cosas, cada corte tiene una profundidad cautivadora, todos los detalles están bien edificados y suenan realmente estimulantes. Quizá, simplemente, Ulcerate sean así de buenos. (Black Gallego, directo al excel en la tier del 25 de junio)
32. Maya Beiser X Terry Riley – In C
Género: El minimalismo de Terry Riley con chelo y loops
Hace ahora 60 años, Terry Riley compuso In C, una de las obras seminales del minimalismo. Una obra nacida para ser interpretada por cuantos músicos quisieran, con 53 pasajes de distinta métrica que cada instrumentista podía interpretar casi a su libre albedrío. La única condición, seguir el orden, y obviamente, que la nota fuese el Do Mayor; ‘C’ para los anglosajones. Ahora la violonchelista Maya Beiser, como tantos otros antes, hace suya la composición para interpretar la gran composición de Riley, cosa que se ha hecho con todo tipo de instrumentos, generalmente orquestas o pequeñas bandas. Acompañada de dos bateristas (Shane Shanahan y Matt Kilmer), su chelo y los loops que se superponen para suplir a otros músicos y epatar, construye su propia ‘In C’ con un resultado desorbitante. Total.
Con algo más de duración que la pieza original, los diez pasajes de Beiser son pura exhibición. Han sido innumerables las interpretaciones que se han hecho de esta composición, pero la que ejecuta Beiser condensa de un lado esa aura de majestuosidad de la música clásica y por otro el poderío y el sonido metálico que exuda el chelo. Superposiciones y superposiciones de loops que ya en el primer corte, ‘In C 1’ muestran el potencial de la composición de Riley a pesar de esa concepción mínima, y la brillante ejecución de Beiser. Tanto con tan poco. Sin necesidad de rodearse de una orquesta, sí con sus dos compañeros y la tecnología del loop, el resultado es portentoso. Con el inicio va desarrollando dentro del disco un crescendo, con esa sensación de que llegará algún tipo de éxtasis, y que en efecto lo hace en el ecuador, en ‘In C 5’, con un sonido más grueso e intenso. Que incluso da un ritmo del que adolecen otras In C. (Ferraia, directo al excel en la tier del 16 de abril)
31. Revival Season - Golden Age Of Self Snitching
Género: la antorcha de Beastie Boys
Ideal para quienes añoréis un hip-hop capaz de mezclarse a hostias con cualquier cosa pero impulsado por el espíritu del rock, el debut de este dúo de Atlanta recoge la antorcha de los Beastie Boys en catorce canciones sin miedo a liarla parda. Propulsados por unas bases que retumban y conociendo milimétricamente el significado de la palabra “Groove”, Golden Age of Self Snitching martillea con fuerza tus defensas hasta dejarte cautivo y desarmado.
Brandon “Bez” Evans y Jonah Swilley, una pareja más que seguir quienes, como casi todos en Hipersónica, hayáis estado enganchados a Run The Jewels. La mejor edad de oro, la del chivatazo.
Por dónde empiezo si tengo dudas: ‘The Chop’ o ‘Pump’. (probertoj, disco destacado en el Rimas a Paladas ##11 y Directo al excel el 12 de marzo)
hoy ya no parecen todos inventados! 🍄