Los mejores discos internacionales de 2022 (3/5)
Ordenados en cómodo ranking para que no los puedas olvidar
(Viene de la parte I de los mejores discos internacionales de 2022. Y de la parte II. Hay cinco. Echa cuentas cuando tienes que venir a ver la lista completa. Puedes quejarte en nuestro discord.)
30. Gilla Band - Most Normal
Cabía tomarse el nombre de su tercer disco, Most Normal, como una trampa. Pero, realmente, no lo es. Gilla Band dejan aparte el brutalismo sonoro de The Talkies para acercarse de nuevo al músculo pop más directo. A ratos, van directamente a un post-punk más abrasivo que la media, como en 'Backwash' que suena a paseo en el parque para ellos (sigue siendo, eso sí, como meterse en una albóndiga de ruido y disonancias). Y no les va mal en el empeño, cosas como 'Bin Liner Fashion' o 'Post Ryan' tienen el pulso urgente y adictivo que algunos espantados por su predecesor probablemente echaron en falta. (Black Gallego)
Crítica en la tier list: Gilla Band - Most Normal
29. Danger Mouse & Black Thought - Cheat Codes
Cheat Codes es el gran resurgir de Danger Mouse. Y no es casualidad. Además de juntarse con uno de los grandes nombres del rap de Philadelphia como es Black Thought, ha tirado de potente agenda para traerse a varios grandes del hip hop de todos los tiempos. Y no por estatura, sino por consistencia y talento. Raekwon, Joey Bada$$, Run the Jewels, Conway the Machine, A$AP Rocky y hasta el difunto MF DOOM, que muestra la larga gestación de este trabajo.
Ninguno viene a cumplir expediente, sino que de todos se sacan colaboraciones de gran nivel que dan empaque a lo que ya es un disco de hip hop elegante y que suena f-i-n-í-s-i-m-o. Cheat Codes es un disco que suena a gloria de lo bien producido que está, con samples bien tirados y una percusión vibrante que no devora la mezcla, y además te lo recorres de arriba a abajo porque no tiene nada de relleno. Menos de 40 minutos y 12 temas donde incluso las menos destacadas son notables. Desde luego, pocos esperábamos un disco tan contundente de Danger Mouse a estas alturas, pero Cheat Codes es hasta innegable. (Black Gallego)
Crítica en la Tier List: Danger Mouse & Black Thought - Cheat Codes
28. Petrol Girls - Baby
El momento no se le podía poner más de cara a Petrol Girls para sacar un pepinazo como 'Baby, I Had an Abortion'. Con el caldeado ambiente post-derogación de Roe v. Wade, poniendo en riesgo los derechos reproductivos de las mujeres, un disco de punk encendido y rabioso sobre reclamar derechos negados a dichas mujeres resulta más urgente que nunca. Casi parece realizado aposta, aunque sabemos que eso imposible. Para desgracia, decidir protestar ante tendencias reaccionarias nunca deja de ser relevante.
Pero más allá de que el momento político de especial punch a este Baby de la banda inglesa, la verdad es que saben defenderse muy bien por sí mismas. Su toque de punk noventero, muy riot grrrl, con toques de post-hardcore muy ruidoso, a veces matemático, pero ante todo muy directo, entra de maravilla. No suena especialmente revolucionario, pero sí es lo bastante arrollador para que suene adictivo.
Y ya, más allá de que la citada 'Baby, I Had an Abortion' tenga potencial de himno generacional, el disco tiene una buena cantidad de canciones de tomo y lomo. Desde cañonazos de ritmo como 'Sick & Tired' a algunos para descoyuntarte el cuello como 'Preachers'. Y eso sin entrar en otros joyones inmediatos como 'Fight for Our Lives' o alguna perla más elaborada como 'Bones' que no está tan alejada de una de las primeras PJ Harvey. Esta peña tiene mucho que contar en este álbum, políticamente y sonoramente, y desde ya deben estar en vuestro radar. (Black Gallego)
Crítica en la tier list: Petrol Girls - Baby
27. Joyce Manor - 40 oz. to Fresno
No son unos recién llegados (éste es nada menos que su sexto disco), pero para quien no los tenga muy ubicados, vamos a definirlos rápidamente y matar unos cuantos pájaros de un tiro: Joyce Manor son unos emos californianos (MUY californianos) que hacen un punk pop de canciones rápidas y ganchos comerciales ideal para sonar en la banda sonora de tu peli adolescente favorita (pero adolescente de verdad, no con coartadas rollo A24: hablamos de ésas con tipos con gorra, tatuajes y pantalones caídos bebiendo en vasos rojos junto a una piscina) que sacan ahora un nuevo álbum con título homenaje a Sublime. ¿Ya ha dejado de leer el 99% de los lectores? Bien, pues lo que quedamos, vamos a pasárnoslo bien.
"40 oz. to Fresno" arranca sin un segundo que perder, ni vergüenza de ningún tipo, con una ma-ra-vi-llo-sa versión del "Souvenir" de OMD y va pasando a toda velocidad por todos los palos esperables del género (de unos Green Day a unos Weezer) pero atreviéndose también con el power pop clasicote (en "Reason To Believe" hay mucho Teenage Fanclub y de ahí no me bajo) y hasta con melodías tontorronas como la de "Dance With Me". Todo ello con el prisma del dramita adolescente (Sometimes I feel so far awaaaaay / I missed you so much todaaaaay) y despachando nueve canciones en menos de veinte minutos, lo cual puede sonar apresurado, pero en realidad, y de manera asombrosa, le da a cada canción exactamente el tiempo que necesita para enganchar, crecer, explotar y hasta dejarte con ganas de más. Coge "Gotta Let It Go" y dime si no es la destilación perfecta del emo chillón hortera en un minuto cincuenta. Que a lo mejor eso a ti te parece una puta mierda, y seguramente tendrás razón, pero en ese caso ya te avisé que tenías que haber dejado de leer en el primer párrafo, así que a mí que me cuentas. (Poliptoton)
26. Brainwaltzera – ITSAME
El italiano vuelve ahora con un disco de larga digestión, de 17 temas en los que perderse en la cantidad de aristas que rezuma. Si el primer corte ofrece la parte más sugerente y accesible, tejida con una especial sensibilidad, la segunda ya enseña esa cara de sonidos más oblicuos, de frecuencias que van y vienen con un nivel de texturas que se enredan en el fondo de la canción para atrapar al oyente. Hay que decir, que como ya pasó en el debut, Brainwaltzera parece tener ese clic especial de los más importantes y clásicos del género para clavarte una flecha en el hipotálamo, dibujando esas melodías oníricas de ‘morning narcomnastics’, aquellos temas de quedarse en babia mirando a un punto fijo. Las nanas electrónicas: vocales infantiles de fondo, presets con samples casi de sonajeros, un seductor hilo ambiental de fondo… Esto nos suena irremediablemente. Pero qué bien.
A partir de aquí, ITSAME es una obra como decíamos, de larga digestión, no porque sea de las que genere dispepsia, sino por la cantidad de matices y nuevos recovecos que se pueden escuchar cada vez, y sobre todo con unos buenos cascos. Del sonido metálico y narcótico de ‘Reptikon 7’ al ritmo roto y punch de ‘a star is bored’ hay influencias tan claras como brillante es la ejecución. Con momentos de obligado bucle y sutiles partes vocales que quedan atrapadas entra la atmósfera y los bombos, ejerciendo como un instrumento más. Una delicia para aquellos que disfrutaron del debut y que lo hacen de la IDM de altos vuelos, sin tirarse por el ritmo kamikaze del drill’n’bass ni irse a la abstracción de Autechre, pero con pasajes de evocación y escapismo finísimos. Ahí queda ‘evening narcomnastics [DON’T POST!]’, el maravilloso hilo acid que empieza a aparecer entre los bombos de ‘consent’ o esos contrastes melódicos y rítmicos que aparecen y no paran de contraponerse en el soberbio cierre de ‘No fair (42T)’. ¿Cuándo se empieza a catalogar a uno como clásico? (Ferraia)
Crítica en la tier list: Brainwaltzera - ITSAME
25. KNO & Sadistik – Bring Me Back When The World Is Cured
No hace falta ser un lince para ver claramente que en Hipersónica las ramas hip-hop que más nos interesa suelen ser menos melosas, más abstractas, oscuras o agresivas de lo que premia el mainstream de un género que ha acabado siendo el mainstream del mainstream. Aun sabiendo esto, no le hacemos ascos a discos que podrían sonar fácilmente en cualquier lugar y que nadie se sintiese incómodo, pero para hacernos tilín tienen que tener mucho más que un par de jitazos explosivos y mucha zona media-baja. Bring Me Back When The World Is Cured es de esos: una experiencia casi perfecta que durante 18 canciones, 56 minutos, mima los versos y sublima los beats.
A Kno le conocíamos de sobra por su trabajo, diferente y necesario, con CunninLynguists. Tiene el don de hacer canciones de ganchos obvios sin dejar de sonar diferente, imaginativo y arriesgado. Es curioso que habiéndolo demostrado ya en numerosas ocasiones, aún no tenga esa vitola de productor estrella. Por su lado, Sadistik llegó de Seattle en 2008 y, ahora, con 35 años, vive una madurez creativa que apuntala lo visto en discos como Ultraviolet o Haunted Gardens: un enfoque lírico diferente, nada atropellado, dirigiendo un flow absolutamente adictivo.
‘The Earth Was Empty’ posee las cualidades de un sleeper. Las dos ‘Rainclouds’ son el mejor ejemplo de cómo la electrónica y la tradición, juntas, aún pueden nutrir a un hip-hop que vaya más allá de lo saltarín, de la fiesta sin fin y de los billetes y los cuerpos. ‘Blue Tree Meadow’, la sugerente ‘Mulholland Drive’, las fantásticas y muy diferentes producciones que apuntalan ‘Carnelian’ y ’27 Club’… Vaya colección de canciones. (probertoj)
Crítica en la tier list: KNO & Sadistik
24. RTR - 61 Cygni
Si bien en sus dos anteriores trabajos el proyecto francés ya había explorado estos caminos, es en 61 Cygni donde la propuesta sale más redonda, donde hay un equilibrio entre ese acidorro acelerado y barnizado de breaks, pero que conforme avanza en el minutaje va sumando nuevos esquemas sonoros.
Del toque jazz que bien se explicita en 'Jzzaax' a lo Squarepusher a la sofisticación y toque añejo de '2999', jugando con lo clásico y lo nuevo, hay aquí una interesantísima gama de matices y armónicos que se van asomando en la base para salir a la superficie y fusilarte. Sobre todo, ese culmen llega en 'Spaceopera', conjugando un aire espacial con una preciosa melodía en la que hay acid y breakbit, todo en perfecto equilibrio.
RTR tiene las cartas bien claras y el resultado es estupendo. Aunque los discos notables de IDM no son rara avis, valga el ejemplo de Brainwaltzera reciente, este nivel de manejo entre ambas vertientes no es tan habitual. Hacia el final del disco muestra la lección bien aprendida, con muchos clásicos del género de fondo, con sonido Warp, Rephlex o Planet Mu, y un emocional cierre con 'Neverever'. Lo mejor que ha hecho hasta la fecha. Un gustazo de disco. Chapó. (Ferraia)
Crítica en la Tier List: RTR - 61 Cygni
23. Drug Church - Hygiene
Se ha abierto cierta puerta para el hardcore socialdemócrata en los medios musicales mainstream y Drug Church parece que pueden ser los siguientes en capitalizar este fenómeno tras unos pocos años siendo una sensación de culto. Quizá no lleguen a los extremos que sí están logrando Turnstile, pero parece que hay bastantes ojos puestos en este proyecto de Patrick Kindlon, voz de Self Defense Family que opta aquí por un registro bastante diferenciado del melódico toque emo e indie de aquel proyecto.
En Rate Your Music una reseña los define como "riffs de vivir bajo el umbral de la pobreza", un concepto que tiene todo el sentido cuando lo escucha. Suenan potentes, con distorsiones gruesas en sus guitarras, pero siguen metiendo esas melodías bien hiladas y sus canciones van guiadas por el pop, así que caen de manera clara en la socialdemocracia. Y lo hacen bien. El grupo logra un estupendo equilibrio entre rabia y aflicción, con canciones que sacuden pero también se abren el pecho ante ti. Todas cortitas y al pie (unas pocas llegan a los 3 minutos), con la mayoría de temazos llegando en la segunda mitad. Empezó como un Sí claro y, por supuesto, se ha acabado transformando en excel. (Black Gallego)
Crítica en la Tier list: Drug Church - Hygiene
22. Romero - Turn It On!
Aquí tenéis vuestro disco de disfrutar la vida y ser felices durante 40 minutos. Romero son de Melbourne, pero en vez de indie pop como casi todos los grupos que os traemos de allí ellos son purito power pop y garage/rock & roll juvenil y delicioso. Su fórmula no tiene demasiados recovecos, pero la aplican tan bien que suenan irresistibles y hasta te da la impresión de que sólo dan temazos.
Con una energía similar a otros grupos recientes como Sheer Mag, pero metiéndose en vena los Strokes del Room on Fire, su debut Turn It On! entra como una bocanada de aire fresco y se mantiene así en sus 11 temas. De verdad, no hace falta darle muchas vueltas. Coge cualquier tema al azar, verás cómo te recarga las pilas y te llega a convencer que son todo lo que te hacía falta para levantarte la semana. Discos así, que son pura alegría de la huerta y te apetece ponértelos todo el rato, son excel clarísimo. (Black Gallego)
21. White Ward - False Light
A los ucranianos White Ward ya los tuvimos en el radar con su interesante debut Futility Report. Ahora, cinco años después de aquel trabajo, llegan con un tercer disco que confirma todas las promesas. False Light es un disco de black metal meticuloso, que explora todos los espacios en los que crecer otorgarle cierta sofisticación oscura. Encontramos detalles algo avant-garde, algo colindantes con el progresivo, pero sigue siendo ante todo un disco abrumador desde la vertiente atmosférica. Sus desviaciones jazzísticas dan un distintivo toque a su estilo, que está mejor ensamblado que nunca y da pie a mejores construcciones -y hasta canciones-.
Crítica en el volquete del metal