Una canción, una escena #26: 'Me quedo contigo' en 'Deprisa, deprisa'
Un hombre, un país perdido.
Una canción, una escena es una sección Hipersónica donde se repasan algunos de los mejores momentos musicales en la historia del cine. O los mejores momentos cinematográficos de nuestras canciones favoritas. Sea lo que sea, es un perfecto cruce de nuestras grandes obsesiones.
La canción: 'Me quedo contigo', de Los Chunguitos
Por su cansina afición a tirar pedradas a los trenes que pasaban a los Salazar se les quedó el apelativo de Los Chunguitos que luego sería su nombre artístico. Con tradición cantaora, siendo sobrinos de Porrina de Badajoz, Juan, Cristobal y Enrique (José no se sumaría hasta 1980) iban tocando en fiestas populares canciones que ídem. En una de estas les descubre Ramón Arcusa, lo que lleva a que graben su primer disco producido por el Dúo dinámico.
'Dame veneno' les pone en el mapa, cruzando la rumba gitana con psicodelia, aunque es realmente la mezcla con la canción melódica española la que deja huella imborrable en la cultura española. Sobre todo con sus letras sobre marginación y sobre drogas en el barrio que los hacían aptos para ser la música del cine quinqui. 'Me quedo contigo', escrita por Enrique junto a Crescencio Ramos Prada, apuntaba ya a clásico que terminó de ser propulsado por esta vertiente del cine español.
La película: 'Deprisa, deprisa', de Carlos Saura
No ha habido muchos cineastas como Carlos Saura. En el cine español y en general. Su habilidad camaleónica para ir habitando géneros se conectó gracias al decidido compromiso del director por denunciar la represión causada contra la ciudadanía a través de la dictadura, la religión u otros perniciosos elementos del sistema. Es por ello que cintas tan dispares como La caza o Ana y los lobos pueden conectarse.
Ya era un cineasta consolidado a finales de los setenta, pero nunca dejó de tener inquietud. Es por ello que depositó su ojo en el cine que estaban haciendo gente como José Antonio de la Loma o Eloy de la Iglesia, que mostraban la dureza de lo que sucedía en las calles bajas de la sociedad española mientras se daba una "modélica" transición a la democracia. El cine quinqui era una de las expresiones artísticas más potentes del momento, y Saura se acercó con acierto al mismo con Deprisa, deprisa.
La escena
Claramente al director aragonés la atraía la posibilidad de hacer una especie de cine documental a partir del realismo social que caracteriza a lo quinqui. Paulatinamente fue llevando la película hacia un cine romántico de antihéroes. Sin quererlo, acabó haciendo un falso cine musical antes de hacerlo abiertamente con películas como Bodas de sangre o El amor brujo, con canciones como 'Me quedo contigo' siendo la voz indirecta de unos personajes que sólo gracias a este cine podían empezar a ser protagonistas de historias dignas de pantalla grande.
'Me quedo contigo' es uno de esos casos donde una canción aparece repetidamente a lo largo de la película, por lo que no hay una escena concreta a destacar. La letra y la voz de Salazar actúan de perfecto termómetro del drama que viven los personajes, elevando las emociones vividas al ser el elemento con el que terminan de hacer click. Es lo que marca la diferencia para que no parezca que Carlos está de turista en esta realidad, en estas vidas. Está conectando con ellos.
Cada vez que aparece ese "Si me das a elegir / entre tú y mis ideas / que yo sin ellas / soy un hombre perdido / ¡Ay, amor! me quedo contigo" notas como la película se engrandece, los instantes resultan mucho más vivos y reales incluso aunque Saura emplee la canción con intención manipuladora. Como ese final tan punzante y redondo que rivaliza a la perfección con uno tan chocante como el de Trainspotting. Aunque Deprisa, deprisa estuvo ahí 15 años antes.