Las mejores películas de 2023 (y II)
Ordenadas en cómodo ranking tal y como querría Tom Cruise
Parte 1 ya entregada. Ahora con la parte final de nuestro top.
15. Misión imposible: Sentencia mortal - Parte 1
Fast X tiene una persecución por Italia. John Wick 4 tiene una de intrigas en una discoteca. Indiana Jones 5 tiene lucha en un tren.
Esta tiene todas esas escenas y las hace mejor y más excitantes. Hasta se le da mejor el continuará que muchas “Parte 1” de este año. El conjunto se va volviendo algo más desequilibrado cuando tiene demasiados personajes en danza, pero la saga kamikaze de Tom Cruise sigue siendo una experiencia alucinante donde vuelve a reivindicarse como artesano del espectáculo por encima de exigencias tecnológicas o guiones escritos por IA.
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14. Los osos no existen
Más kamikaze aún que Cruise es Jafar Panahi, dispuesto a tantear todos los límites sobre cuántas cosquillas puede buscarle al régimen iraní con su cine. Mientras era perseguido por las autoridades (y fue finalmente arrestado y detenido), Panahi intentó hacer una amarga reflexión sobre el impacto de su cine, dándose a sí mismo un particular protagonista exiliado observando las consecuencias de su curiosidad. No sólo está repleto de reflexión y de búsqueda de respeto, sino que mantiene su incisiva mirada al conservadurismo social del país, dejando un final completamente desgarrador.
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13. Nimona
Mientras Disney y Pixar viven sus respectivas crisis existenciales con una animación que parece estar pagando tendencias acomodadas, vemos como en otros estudios están saliendo obras realmente frescas en lo visual y en el tono. Esta película de Netflix, rescatada tras ser cancelada por Disney, da un estupendo soplido a la fantasía de cuento de hadas con su irreverencia y una emoción convincente aunque tenga necesidad de subrayarte el mensaje porque ya no tiene que jugar al subtexto (Práctica habitual de Disney). La mejor peli de Dreamworks en años.
12. Pearl
Entre Tobe Hooper y Douglas Sirk, con El mago de oz entre medias, haciendo un fabuloso relato de sueños rotos en technicolor teñido de sangre. Tanto si te gustó lo que hicieron Ti West y Mia Goth en X como si te dejó frío, esta película puede dejarte alucinado. Ambas películas se complementan, pero también funcionan perfectamente por su cuenta, aquí haciendo la mencionada mezcla del melodrama colorido con un slasher bestia aunque brillantemente rodado. Vaya golazo de esta pareja, qué ganas de la tercera película.
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11. TÁR
TÁR puede ser un anagrama para ART, pero también puede serlo para TRÁ(-TRÁ). Es una coña, pero realmente habla de todas las maneras de las que puede verse la película de Todd Field, un increíble prodigio de complejidad que no aborda un único tema ni tampoco te da una opinión clara de ninguno. En el mejor sentido, porque hay una diferencia entre vaguedad y ambigüedad, y ahí reside la genialidad de la película.
Que se haya posicionado como la película de la cultura de la cancelación sólo habla de cómo ha derivado nuestra manera de conversar de estas películas porque, al igual que su protagonista, hay mil caras a observar y todas son tan absorbentes como inquietantes. La genialidad, el ego, la prominencia en un arte pensado en ser colaborativo, el sostén de la toxicidad en las industrias culturales, los pisoteos para llegar a la cima, la falta de consideración a casi cualquier persona.
En un vistazo general, podría decirse que Field tiene una posición bastante clara sobre su personaje y sobre el tema, tanto por cómo empieza (un fascinante uso de los créditos) como por cómo termina. Observando bien el caleidoscopio se ve la imagen moviéndose, y de una manera fascinante. Además de también con un fabuloso sentido del humor que sobresale cuando menos te lo esperas (es kubrickiana hasta para eso). Y Cate Blachett está todo lo bien que has podido leer u oír, o incluso mejor que ello.
10. La belleza y el dolor
Un fabuloso documental donde recuerdas que estás viendo uno porque tienes delante las imágenes de archivo y por la fotografía natural, porque por lo demás consigue atraparte en su historia de una manera que te olvidas de todo. Sabe salir y entrar de su protagonista de maravilla, aprovechando su historia para hablar de crisis más comunes, desde el SIDA a los opiaceos, y de cómo ella se termina hartando de tener que ver a gente de su alrededor marchándose para que luego sus problemas se intenten tapar bajo la alfombra.
Es tremendamente inteligente hilándolo todo, y consigue tocar también cómo la cultura y el arte juegan un papel tanto para sostener los aspectos más problemáticos del sistema como para ofrecer una sensación de justicia allí donde la verdadera justicia no llega. Un doble filo que Laura Poitras hace muy bien en dejar flotando en el ambiente para que no se despegue del todo ni de las víctimas ni de su protagonista, que se pone al servicio del conjunto de una manera lúcida y poco común para una pieza documental.
9. Vesper
Que una película lituana con 5 millones de presupuesto logre resultar más asombrosa y espectacular que casi todos los blockbusters de este año es para quitarse el sombrero (no, en este caso no es demérito del resto). Pero Vesper tiene mucha más chicha que su milagro a la hora de crear una distopía bio-tecnológica consistente y creíble con pocos recursos.
Una bella historia de semillas, de supervivencia y de relaciones inesperadas que brota en medio de diseños entre Jean-Pierre Jeunet y David Cronenberg. Menuda maravilla.
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8. Decision to Leave
Es difícil hablar de película accesible o comercial en Park Chan-Wook. Es también difícil hacerlo de una película coreana con un pie en el thriller negro y otro en el melodrama romántico que, además, hace un movimiento propio de twister para tocar también comedia algo gansa y un policiaco elegante. El caso es que Decision to Leave lo consigue todo el rato.
Quizá complicada de más en su misterio, y con un montaje tan ágil que puede ahondar en la confusión del que la ve. Pero al mismo tiempo sientes que estás en un vehículo bien manejado, porque la dirección del coreano es exquisita, te sabe mover entre Hitchcock y el David Lean de Breve encuentro, y desarrolla un romance tan intrincado como embriagador. Es toda una delicia.
7. Una bonita mañana
Las películas de Mia Hansen-Løve tienden a explorar vaivenes emocionales complejos desde una poderosa contención emocional que parece eliminar toda catarsis, aunque sus personajes logran vivir cada momento de manera única. Aquí hace una perfecta oscilación entre contrastes marcados por esas diferentes cartas que te lanza la vida, desde las maravillas (ese redescubrimiento del placer) hasta las putadas (observar que esa versión que recuerdas de tu padre se desvanece).
Es una película llena de turbulencias que trata de pasar por luminosa, y que logra ser preciosa sin dejar de lado lo doloroso gracias a una maravillosa Léa Seydoux.
6. Los asesinos de la luna
Martin Scorsese vuelve a callar a posibles detractores cerrando una década prodigiosa que pocos cineastas pueden igualar (El lobo de Wall Street, Silencio, El irlandés y ahora esto). Tres horas y media completamente esenciales donde coge el western y el drama épico clásico americano, lo pervierte en forma de atmosférico film de gángsters y lo usa para ajustar cuentas con el genocidio Osage y con el retrato de la comunidad nativa en el cine americano.
Las raíces de Estados Unidos expuestas en toda su podredumbre en una historia de codicia, amor trágico, racismo y tontos útiles. Marty sigue introduciendo nuevos trucos en su arsenal para seguir mostrándose como un cineasta vital y urgente, incluso aunque cada vez requiera más paciencia de sus espectadores. Pero la verdad es que pocos recompensan tanto como él.
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5. 20.000 especies de abejas
Una de las mejores adiciones recientes al género "Niñas creciendo en España" en el que están desarrollándose tantas cineastas nuevas. Afrontar la experiencia trans sin duda la distingue, pero no es el único aspecto que la vuelve especial, aprovechando el folklore religioso para subvertirlo y emplearlo a favor de su discurso, o usando el arte para desarrollar el personaje de la madre.
Cada poco tiempo te suelta una de esas frases que se te quedan clavadas por elocuentes y emotivas, que son pequeñas pero cuentan tantísimo. Esos detalles, al igual cómo permite que cada personaje tenga su propia perspectiva y forma de actuar sobre el tema, muestran una perfecta delicadeza que la vuelven tan trascendente como su impresionante actriz protagonista.
4. Retorno a Seúl
Francesa o coreana, o quizá todo a la vez. Como su protagonista, Retorno a Seúl rechaza por completo la categorización fácil, haciendo un coming of age diferente sobre una joven coreana que fue adoptada de niña y regresa por primera vez al país para intentar obtener respuestas, aunque dé vueltas en círculos y desvíos para pedirlas y llegar a ellas. Davy Chou nos ofrece un estudio de personaje complejo y exquisito.
Épico por su manera de cubrir distintas etapas temporales e íntimo por cómo se acerca con sumo cuidado a su mundo interior. Impredecible pero contada con inteligencia, con secuencias rodadas con un gusto inmenso. Y, como cabría esperar, grandes escenas que involucran comidas grupales y otras con gente bailando sola. Muy buen nivel.
3. Almas en pena de Inisherin
Volvió Martin McDonagh a hacer una de sus comedias negras como el tizón, tan humanas, tan hilarantes y tan amargas en su interior. Aquí se reúne con Colin Farell y Brendan Gleeson para hacer una película de ruptura. Ruptura de una amistad, ruptura de la cordialidad, ruptura del tejido que nos hace seres sociales. La película explora todo eso con una inmensa carga melancólica, cambiando el nihilismo extremo por una sosegada mirada a la obsesión de tener razón y a la de cortar por lo sano.
Eso evita que caiga en sentimentalismos fáciles, en mensajes digeridos a costa de personajes interesantes o que manufacture un final complaciente que en parte desdiga lo elaborado. Es una película tremendamente humana en todos los sentidos, tiene a actores geniales siendo a la vez naturales y absurdos, y tiene un montón de hilos del que tirar para el espectador. Otra gran obra de McDonagh. Otra más.
2. Vidas pasadas
Lo teatral puede tener la virtud de explorar las emociones internas de los personajes de manera muy viva, pero muchas adaptaciones terminan dando pereza por su puesta en escena pobre, donde se aprecia demasiado que las escenas están pensadas para el teatro, y por una estructura que se siente, bueno, muy constreñida. Por eso hay que tener cuidado con los dramaturgos que cambian de medio.
Pero Celine Song demuestra que está por encima de eso. Con una colisión de identidades propia de la que experimenta su protagonista, donde el cine indie de Sundance y A24 se encuentra con un drama oriental muy reposado y exquisito, Vidas pasadas encuentra una naturalidad envidiable que hace florecer todas las partes del libreto.
Un cine romántico anticlimático sobre dos personas avanzando por la vida, sintiendo que están en el rumbo que les toca pero llegando a considerar todas las decisiones que tomaron o dejaron de tomar hasta ese punto. Es realmente increíble e inteligentísima en varias de sus decisiones, destacando especialmente cómo escribe el personaje del marido, y su final se siente como una puñalada.
En cines.
1. Barbenheimer
En uno de los años más catastróficos para el puro negocio de Hollywood, donde se ha desmontado la apuesta constante por propiedades viejas en películas inofensivas e incluso descerebradas, tuvo que ser un meme de Internet y dos voces importantes en el cine mainstream los que demostrasen que había ganas del público por ir al cine. Dos películas bastante diferentes y con mucha personalidad que, sin embargo, son interesantes en la manera en las que se complementan para poder dar un fenómeno que va a ser bastante recordado cuando se toque 2023.
No hay exageración ninguna a la hora de poner por las nubes el trabajo de Greta Gerwig en Barbie. No sólo consigue una gran comedia pura con un altísimo ratio de acierto en sus chistes, sino que de una muñeca ultrafamosa encuentra una película emocionante y divertida sobre encontrar tu propio camino en ese caos que llamamos vida humana. Se pueden poner pegas, como el hecho de que al final se nota el esfuerzo por atas sus cabos, pero compensa de sobras con momentos tronchantes, con reflexiones pertinentes y con un reparto aprovechadísimo lleno de secundarios robaescenas y una Margot Robbie excelente.
Christopher Nolan hace el salto total al cine para padres en su descomunal biopic Oppenheimer, que busca la magia de películas como J.F.K. Caso abierto o El dilema. El director vuelve a hacerse presente de sus ganas de trastocar la estructura convencional y de hacer peripecias visuales en medio de conversaciones de despachos, pero en general logra contener alguna de sus peores tendencias para hacer su trabajo más fino y complejo hasta la fecha. Una increíble exploración de la culpa y los actos imperdonables, de la tensa relación entre la ciencia y el poder, y de un señor que creía tener el fuego en sus manos pero sólo ha acabando prendiendo mechas. El Mad Max: Furia en la carretera de los biopics.
Una es un contundente drama sobre cómo nos hemos dirigido nosotros solos hacia la destrucción mutua asegurada. Otra es un tronchante intento por respirar e intentar abrazar la vida en este planeta. Una es músculo clásico realizado de una manera poco complaciente. Otra es pura brillantina festiva de grandes valores de producción y apasionante uso de referencias. Ambas son películas muy diferentes, pero ambas han conseguido trabajar juntas, con logros propios y un éxito conjunto que invitan a soñar con que realmente tengamos un cine grande con ambiciones que la gente quiera ver en salas.
Barbie se puede ver en HBO Max. Oppenheimer está en alquiler.