Los Punsetes, la tier list: sus discos de peor a mejor
Los discos punseteros, ordenados en cómodo ranking para que no tengas que pensar
Hi, personicas:
Vuelven Los Punsetes, que tienen canción nueva y anuncio de disco nuevo, con acrónimo de esos que nos gustan:


Ya os contamos el miércoles nuestro veredicto sobre ‘Ocultismo’ pero ahora tenemos prisa porque hay que sentar cátedra sobre sus cosas previas.
Discos que NO
LPIV (2014)
LPIV es el momento en que Los Punsetes empezaron a darnos miedo de verdad. Porque 2 es otra cosa, es perdonable, pero LPIV es ya el disco (cuarto, claro) de una banda madura que, sin embargo, a) parece incapaz de ir más allá de los chispazos ocasiones (los singles, que son muy buenos); y b) se vuelven a equivocar en el sonido con el que vestir sus canciones.
El puto productor, vamos (que encima repite y son dos y todomalmecagüenmicalavera).
Es una pena que sigan siendo el grupo que mejor puede cantarnos y contarnos (‘Opinión de Mierda’, el zeitgeist de la era social media hecho canción; ‘Arsenal de Excusas’, otra maravillosa canción de no-amor de uno de los grupos que mejor ha cantado sobre eso en España en este siglo) y, sin embargo, aquí se mostrasen tan planos, tan ramplones, tan random. Tan indietex español.
Discos que MEH
LP2 (2010)
A LP2 siempre le he tenido paquete, desde el mismo momento en el que salió. Y siempre lo he achacado al sonido que le dio un David Rodríguez (Beef, La Estrella de David; joder, dos de mis grupos favoritos) empeñado en que las canciones pareciesen más romas, menos luminosas, de lo que en directo nos habían parecido antes de que saliese el disco. Oír ‘Tus amigos’ o ‘De moda’ en su versión definitiva, tras muchos conciertos previos al discos en los que eran “buah, jitazo, dioses” fue un poco algo parecido a un shock nunca superado.
Pero, en realidad, puede que la culpa no fuese tanto del productor como de las canciones en sí. De hecho, ‘Los Cervatillos’ y otras se benefician del tratamiento sonoro (especialmente en las guitarras; en la batería siempre ha sido otro cantar) y, además, luego ya tendríamos a otros productores que entendieron PEOR a Los Punsetes. Puede, digo, que las culpables fuesen las canciones de LP2: veníamos de tantas sorpresas y tan buenas en sus EPS y su debut que era imposible estar a la altura. Varias canciones medias, algunas notables y 2-3 buenísimas.
Como nota de color, fui incapaz de escribir una crítica de este disco para Hipersónica porque no veía cómo darle forma a mi decepción. Mientras lo pensaba, una noche que volvía a casa emporrado, me lo puse con auriculares por la calle y me pareció la mejor producción posible, llegando al punto de elaborar una teoría irrefutable sobre su valía que sólo tenía que poner por escrito. Afortunadamente, caí redondo en el sofá de casa hasta el día siguiente, cuando ya fui incapaz de reproducir el transcurrir de mis pensamientos el día anterior. Gracias, dios o quien seas, por la droga.
Todo el mundo quiere hacerte daño (2021)
Single con una canción titular que reincide en todo aquello donde ellos suelen ganar, pero que no acaba de rematar a gol, como si fuese la Morata de Los Punsetes. ‘Shiseido’ mejor, entroncando con su parte más emotiva (no en la letra, corrosiva y certera), pero ‘Imagina ser una piedra’… sobras.
Discos que OK
¡Viva! (2016)
Los signos de exclamación del título no sobraban. Frente al difuso LPIV, Los Punsetes retomaron en 2016 la senda de ser un grupo con toda la sangre dentro. Muchísimo mejor sonido para acompañar canciones muchísimo más inspiradas que en el anterior. La recta inicial, con ‘¡Viva!’, ‘Alphaville’ y ‘Tu puto grupo’, es simplemente fantástica y borra de un plumazo la opinión (de mierda) de quienes insisten en que son un grupo con poco o ningún matiz.
Todo el listado se defiende sin apenas bajones, algo que se echaba de menos tras IV. Punseterismo extremo con bolas de ruido; noise-pop que esta vez elguinchismo y compañía deciden no arruinar; punk de after (que no afterpunk); más singles pa’ la saca (‘Mabuse’, ‘Camino’; hits tienen para aplastarte a ti y mucho más a mí, critiquillo de mierda); y el disco que más rápido (parece que) se acaba.
Discos que Sí
Aniquilación (2019)
No, no es pronto para decir que Aniquilación está entre los tres mejores discos de Los Punsetes. Su álbum de final de década pasada consigue por fin recuperar la ambición de Una montaña es una montaña y sumarla a esa idea de la gran colección de hits inmediatos con la que llevan fantaseando desde siempre. Aniquilación no es solo el disco de Los Punsetes que mejor suena (y justo cuando ellos han tomado el mando de la producción, algo tendrá que ver), sino que es aquel en el que las canciones más te sorprenden una y otra vez.
En cada escucha hay novedades, hay capas nuevas, efectos que habías pasado por alto, cambios en las canciones que parecían sencillísimos y que por eso no reparaste en ellos la primera vez. O la segunda. O la tercera. Parece un disco inagotable, justo lo contrario de lo que siempre se les ha achacado y donde se resentía ¡Viva!, cuya mecha era, quizás, muy corta.
Ah, no sólo eso: Aniquilación tiene, posiblemente, dos de sus mejores cinco canciones, en un grupo que llega a su sexto disco en un sorprendente estado de forma creativa. ¿Podría ser un excel? Podría. Quizás lo sea si su siguiente disco sale mal.
Las maquetas y cd-rs iniciales
‘Los gordos’, ‘Los médicos’, ‘Teoría de la clase ociosa’, ‘La dificultad que encierra’… Nacieron Los Punsetes como la lava recién salida de una explosión volcánica, lentamente abrasándote en cada nuevo centímetro que conquistaban.
Y, ay, por aquí está también ‘El Bar del Tanatorio’. Si la escucháis una vez, la recordaréis siempre y os aseguro que, a partir de cierta edad, la vais a tener en la cabeza en un montón de ocasiones.
Directos al Excel
LP (2008)
Grabados en piedra nacieron Los Punsetes, con un debut magnífico en el qu ya estaba todo lo que nos gusta y os disgustó (a los haters, cuya opinión en realidad nos da igual). Las canciones sobre el mal rollo que es vivir, sobre la gente y sus miradas, sobre lo molesto del mundo, Madrid como laboratorio de todo lo que está MAL (ay, ‘El Escorial’), un punto de autodesprecio y un cantidad ingente de sarcasmo con mucha, muchísima gracia e inventiva.
Eso en las letras, que en la música también: la tensión postmilenio, las guitarras coloristas y llenas de efectos encaramadas en el racaraca, el ruido contundente, la gracia pop. Y Ariadna, hierática en la pose, incómoda en la voz, dominando el panorama y haciendo de las canciones de Los Punsetes algo muchísimo mejor, más propio y distintivo de lo que cualquier otro podría hacer. ¿No es eso ser un cantante perfecto?
‘Dos policías’ se llevó la atención, inaugurando a lo bestia la tradición del hit inapelable por disco que, en realidad, ya estaba en sus maquetas (¿’El bar del tanatorio’ es aún una de sus mejores canciones? ‘El bar del tanatorio’ es aún una de sus mejores canciones), y ‘Maricas’ mostró la contagiosa crudeza de su lado menos acelerado. Pero había mucho más en uno de los mejores discos de 2008: esa maravilla que es ‘Lo natural’, la ballardiana ‘Accidentes’, la brevísima pero incisiva ‘Matadero’ o ‘queridoalberto’, posiblemente la definición existencial de lo que es Hipersónica y la gente que lo habitamos.
Y, claro, ‘Pinta de tarao’, definitivamente quizás la mejor canción sobre psicopatas escrita nunca en español.
Una montaña es una montaña (2012)
Toda su ambición está aquí. Todo lo que Los Punsetes podrían hacer mal como grupo se deja a un lado para un disco fantástico, completísimo, que hace requiebros a casi cualquier cosa donde Los Punsetes a veces hayan fallado. Y que, si acaso, sólo falla donde siempre acertaban: es un disco tan completo y redondo que lo más flojo es su single estrella, ‘Los tecnócratas’.
Da igual, porque todo lo demás es fenomenal. ‘Alférez provisional’ es un trallazo en la apertura. Lo que en LP2 habría salido mal, como ‘Un corte limpio’ o ‘Los glaciares’, aquí brilla. ‘Tráfico de órganos de iglesia’ se tensa y exprime sus guitarras. Sabíamos que eran muy The Cure, pero no que podían hacerlo tan fenomenal como en ‘Mis amigos’ (con otra letra hijadeputa, cuántas hay en su carrera). Y las guitarras les suena como nunca en ‘155’, que es un no-hit; o sea, que es un jitazo de cuidado, pero ellos decidieron tratarla como algo secundario… lo cual la hace aún más importante (‘Desaparecer’, vamos).
Aunque citemos ‘Desaparecer’, esto no es Una semana en el motor de un autobús, sino, más bien, Unidad de desplazamiento. El disco que refleja el sonido maduro de un grupo mejor que ninguno de los demás. Tal vez no el disco perfecto (Los Punsetes ni lo tienen ni lo necesitan; aquí la recta final baja al notable), pero sí uno que puedes querer en el momento de su salida y volver años después, siempre, con la seguridad de que vas a seguir descubriendo algo.
Ah, bueno, y no hay canción mejor sobre amor-MAL (ni más perra, ni más salvaje, ni más triste) que ‘Untitled’.
No soporto tu amor, me hace peor persona
no soporto los besos que me das a todas horas
no soporto la dicha de tenerte a mi lado
estaría mejor borracho, solo y desquiciado
y ahora quiero llorar
quiero vomitar
quiero que me dejes de una santa vez en paz
quiero sufrimiento y lo quiero ahora
quiero que salgas por la puerta sin demoraMe has buscado la ruina con tus atenciones,
hasta iría al altar contigo si me lo propones.
Y me da mucho asco, y me da mucha pena
malgastar contigo todo el tiempo que me queda.
Será como un cuento con final perfecto,
me habrás convertido en todo aquello que detesto.
Sin Los Punsetes, no habría existido. Imaginaos.
Todos los disco a disco de Hipersónica
Angel Olsen: canciones de las memorias lejanas
Bill Callahan (Smog): Buenas y malas ideas para canciones country
Carcass, la banda que reinventó continuamente el death metal
Cloud Nothings: errejones o PITs
Godspeed You! Black Emperor: The car is on fire and there is no driver at the wheel
Gojira: ballenas en el cielo
Mogwai: abrazos y guitarras en medio de la explosión nuclear
Panopticon: cuando el campo grita Black Metal
Radiohead: ojo al dato
Screaming Trees: este camino nos nos llevará de vuelta a casa, Mark
The Velvet Underground: Un grupo pop perfecto en una lucha constante