Reconocemos que Mogwai nos flipan tanto que aprovechamos cualquier excusa para volver a hablar de ellos. Y les hicimos todo un repaso discográfico en nuestra anterior etapa. Y escogimos sus mejores canciones. Y más cosas. Son de esos grupos que, a poco que vuelvas a sus discos, encuentras más cosas en ellos, incluyéndote a ti mismo, y de tan ganas de decir otras cosas sobre ellos.
Y qué mejor ocasión que ahora. Sacan As the Love Continues, su enésimo disco en una carrera con pocos deslices y muchos aciertos. Y a diferencia de muchas otras bandas de post-rock, la perspectiva de un disco nuevo suyo no transmite necesariamente pereza. Quizá porque, a diferencia de otros, su propio canon ha sido siempre lo bastante mutable para poder darle más vueltas y que sus cambios, aunque nimios, sean lo suficiente para que no se noten anquilosados (demasiado).
Pero bueno, vayamos paso a paso.
Ten Rapid (1997): no soy Batman, pero podría serlo
★★★1/2
Si vamos a hablar de Mogwai, resulta pertinente también hablar de Ten Rapid, su primer trabajo propiamente dicho. En realidad, una compilación de las canciones que tenían grabadas y lanzadas entre 1996 y 1997. Resulta pertinente porque, nada más empezar, ya está todo lo que necesitas saber. 'Summer' es su piedra Rosetta, el punto donde edificarían su marca registrada de construcciones elegantes, melodías bien hiladas, explosiones guitarreras que te levantan el bisoñé, llevárselo todo por delante en el clímax. Todo en cuatro minutos.
Hay más claro, aunque sea sólo a chispazos. 'Angels versus Aliens' crea una tensión brutal, Godspeed You! Black Emperor un poco antes de que supiéramos quiénes eran Godspeed You! Black Emperor. En 'I Am Not Batman' ya empiezan a dejar canciones con títulos mucho más guays que las canciones en sí. 'Ithica 27 Φ 9' son también los Mogwai en modo puro músculo, dando tortazos que te ponen en la órbita de Saturno. Los Mogwai de 'Helicon 1' son también los Mogwai que te abrazan en medio de la explosión nuclear. Había todavía cosas por pulir, pero ya empezaba aquí a percibirse algo.
Young Team (1998): ¿Hemos llegado ya? ¿Tan pronto?
★★★★1/2
Tras las primeras canciones y unos directos que ya estaban generando leyenda por aquel entonces, el grupo se plantó ante su primer disco propiamente dicho con una idea muy clara del grupo que eran y querían ser. Todo y nada a la vez. Juegan con elementos similares a las bandas de post-rock que habían emergido antes que ellos, pero al mismo tiempo rescataban cosas que a otros ni se les pasaba por la cabeza introducir. Entre guitarras que parecen ajustadas por Steve Albini, el tono tan indie-rock por momentos, de repente te sacuden con una 'Like Herod' que muestra que la influencia de Black Sabbath está también fuera de los rincones del metal y el stoner rock.
Aquí Mogwai aparecen con menos dudas de las que terminarían aflorando en discos posteriores. 'Yes I Am A Long Way From Home' te empieza con unas guitarras que acarician y te suelta la hostia en el momento justo, con el perfecto equilibrio de rabia y belleza. Young Team es un disco que te lleva todo el rato de la mano para luego hacerte volar por los aires a velocidad de turbina. Y siempre estás dentro del juego, porque incluso en los momentos donde parecen más adormilados te están seduciendo. Tocándote sin tocar. También son capaces de estar transmitiéndote una sensación de calma cuando todo lo demás está en llamas. Sí, Mogwai traen a la vida el meme de This Is Fine.
Y bueno, 'Mogwai Fear Satan', por supuesto. Dieciséis minutos para quedarse a vivir, dando vueltas en círculos concéntricos, jugando todo el rato con la calma y la tempestad. Sound and Fury. La épica bien entendida que otros han querido replicar sin éxito. Ni ellos mismos, aunque siendo justos no han intentado asomarse tantas veces a estas ascuas, probablemente por miedo a quemarse vivos.
Come On Die Young (1999): ¿Eres punk-rock?
★★★1/2
Casi como incómodos con el bombo que estaban recibiendo, los escoceses empezaron pronto a cambiar de registro. Tras experimentar distorsionando una entrevista a Iggy Pop a la CBC en 1997 en 'Punk Rock', la primera hostia de Come On Die Young te la da 'Cody'. No en plan mal, de hecho muestra mayor honestidad. Mogwai nunca estuvieron tan cerca de Slint como lo estaban de Codeine o incluso de Low, y en 'Cody' se ponen más indie-rock de lo que hasta entonces habían mostrado.
La tónica general de Come On Die Young termina siendo bastante monolítica, girada a ese indie rock de finas melodías, de ambientación de peli post-apocalíptica, y poco de los guitarrazos que más tarde se consolidarían como su marca registrada. Sigue habiendo mucho Mogwai y de todo lo que les importa aquí, quizá por momentos demasiado monocorde y con menos canciones de las que debería tener para justificar la jugada de intentar quemar puentes. Aun así, 'May Nothing But Happiness Come Through Your Door' es de las que pone la piel de gallina, 'Ex-Cowboy' es para perderse en ella, y en general está mejor de lo que recuerdas. Tampoco demasiado, pero lo está.
EP+6 (2000): inquietos y crudos
★★★1/2
Doble combo. Los escoceses cogieron una semana de verano y escribieron 'Stanley Kubrick', y les gustó tanto que hicieron otras tres más para dar forma a EP que, en efecto, es un EP. Con la excusa recuperaron también sus dos primeros EPs, 4 Satin, de 1997, y No Education = No Future (Fuck the Curfew), de 1998. Vale la pena destacarlo porque aquí tenemos mucho material relevante, y más variado que Come On Die Young.
Cojamos mismo 'Superheroes of BMX', del 4 Satin. Mogwai coqueteando más que nunca con el noise, separándose y volviéndose hacia sí mismos todo el rato sin perder el pulso. 'Stereodee' es una apisonadora que no sabes ni por dónde te ha venido. 'Xmas Steps' suena aquí más cruda y con más garra que en Come On Die Young. Y sí, 'Stanley Kubrick' también está bastante guapa, con esa tensa calma con ligeros estallidos y mucha distorsión abstracta que les sienta bien. Hay mucho que rascar y bastantes pinceladas de lo que luego pulirían más adelante.
Rock Action (2001): el momento dulce
★★★★★
A diferencia de algunas de las bandas que les apasionaban, como My Bloody Valentine o incluso Slint, ellos sí habían llegado al tercer disco. Y quizá con más que demostrar, teniendo en cuenta que Come On Die Young no tuvo el aplauso unánime de Young Team. Pero lo demostraron. Rock Action es quizá su momento más dulce, con el perfecto equilibrio hacia la consolidación post-rock y el seguir picando de otros rincones alejados del mismo.
Aquí tenemos de nuevo en su esplendor a los Mogwai del sube y baja, como se ve en el combo 'Dial : Revenge' y 'You Don't Know Jesus', pero tampoco renunciaban al indie y al slowcore y consiguen uno de sus puntos más altos en esa faceta con 'Take Me Somewhere Nice'. Tuvieron hasta tiempo de anticipar los Mogwai más electrónicos del siguiente disco con 'Two Rights Make One Wrong'. Son varias facetas, pero todo el rato transmiten la sensación de ser el mismo grupo. Uno ya bastante seguro de sus virtudes y de la clase de espacio que ocupan. Todo en su lugar.
My Father My King (2001): serenidad y death metal
★★★★
Otra parada relevante en el camino. Mogwai llevaban un tiempo cerrando sus conciertos con esta mastodóntica composición de 20 minutos, y vieron que era tontería no sacarla aunque fuera como single. Sí, single de 20 minutazos. Se metieron tres días en el estudio con Steve Albini y este capturó como nadie lo que realmente buscaban: "dos partes de serenidad y una de death metal". Los vaivenes de la canción ofrecen toda una montaña rusa de emociones que todavía renuncia a convencionalismos y se vuelve el perfecto acompañamiento para Rock Action.
Happy Songs for Happy People (2003): la emoción en lo gris
★★★★
Resulta también fascinante cómo, siendo un grupo considerado como pilar imprescindible del post-rock, se haya caracterizado en sus inicios por todo su inconformismo y por cómo pueden reformularse a sí mismos. Happy Songs for Happy People es claramente su disco electrónico, pero no se metieron en esos fregaos por sensación de anquilosamiento o porque les parecieran sonidos exóticos, simplemente son una excusa para encontrar sus mismas tensiones y emociones con otras herramientas.
Es por eso que encontramos aquí uno de sus discos más cuidados emocionalmente, de los más contenidos y de los que más profundo llegan, a pesar de añadir más elementos "artificiales". Mogwai también encuentran formas para succionarte en su agujero, como muestran en 'Hunted By A Freak', y aprovechan las distorsiones para dejar más espacio a sus voces, brillando en ese aspecto en 'Kids Will Be Skeletons'. Ese continuo desafío contra sí mismos les aportaba una vitalidad que les volvía totalmente imprescindibles.
Mr. Beast (2006): el enemigo dentro
★★★★
Los peores momentos de Mogwai son cuando más se acercan a aquello que otros grupos han copiado hasta el hastío. Es decir, cuando más suenan a tópico. Mr. Beast, en ese sentido, es un disco muy peligroso, porque es donde parece que más quieren establecer a qué suena y qué es un disco puramente Mogwai. Es un disco de menos riesgo que todos los que los han precedido y donde más quieren delimitar por dónde quieren discurrir. Sin embargo, es donde son más capaces de no perder de vista el suelo y donde más parece que las canciones se le caen de los bolsillos.
Nada más empezar tenemos esa 'Auto Rock', que Michael Mann decidió convertir en el leit motiv de su actualizada Corrupción en Miami en lugar de 'In the Air Tonight'. Tan artie, pero también tan tensa que no puedes quedarte impasible. Luego está 'Glasgow Mega-Snake', donde te mandan a Saturno con sus guitarras y te quedas con media sonrisilla de bobo porque no sabes de dónde te ha venido.
En 'Travel Is Dangerous' parecen como si alguien le hubiera metido anabolizantes a Slowdive. En 'Friend of the Night' vuelven los Mogwai que mejor conjugan lo bonito con dar mal rollo. 'Folk Death 95' hace bien lo que las versiones de Aliexpress aspiran y 'We're No Here' es uno de los mejores cierres de su carrera.
The Hawk Is Howling (2008): no soy Batman, soy Jim Morrison
★★★
Ah, el inefable sabor del disco menor. Todos juntos: ¡Disco menor! Es junto la palabra que viene a la mente cuando se pronuncia el título de The Hawk Is Howling. Se podría argumentar incluso su disco más flojo o el peor, y no se andaría desencaminado. Y aun así, su "peor disco" empieza con 'I’m Jim Morrison, I’m Dead'. Es algo fórmula, pero también contiene multitudes. Mogwai tejen con sus instrumentos un perfecto equilibrio entre pura emoción y músculo, conseguido a través de una construcción ejemplar y extraordinaria. Es la canción que muchos grupos se pasan toda una discografía intentando conseguir (y fracasan en el intento).
Y así empezaría una nueva tendencia del grupo, donde discos enteros empiezan a justificarse sólo porque siguen teniendo al menos una canción que no sólo está por encima de la media, es un verdadero temazo. El resto lo consiguen sostener. Y a muchos ratos también lo hace The Hawk Is Howling, porque hablamos de su disco más flojo o menor, pero no de uno malo. No puede ser malo cuando tiene en su interior cosas como 'Bat Cat' o 'I Love You, I'm Going To Blow Up Your School'. Mogwai parecían más que nunca aquí un grupo vulgar, pero también uno con más facilidad que el resto para encontrar el oro.
(Continúa en la segunda parte)
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habrá que actualizar este "disco a disco" ¿no? :-)